Tenemos fama los cicloturistas españoles, al igual que los italianos y, en menor medida, nuestros vecinos franceses, de que sólo tenemos ojos para las bicis deportivas, aquellas que vemos en las carreras profesionales, a diferencia de otros países de Centroeuropa o Estados Unidos, donde existe un mercado más amplio para bicis de diferentes tipos. Aunque las gran fondo llevan más de diez años en el mercado -en el caso de la Synapse, la primera versión se lanzó en 2005 y se convirtió en la primera bici full carbon de Cannondale-, lo cierto es que en las marchas cicloturistas aún son mayoría las bicis que utilizan los profesionales.
Mientras sus competidores exploran sistemas para hacer este tipo de bicis más cómodas, Cannondale parece haberse fijado en las peticiones de los europeos para desarrollar en la nueva Synapse una geometría que ha bautizado como Endurance Race; es decir, unas cotas equilibradas, ni excesivamente exigentes ni con una posición tan alta que nos quite las ganas de apretar los pedales con fuerza. Para potenciar sus cualidades deportivas, el cuadro de la Synapse ha adelgazado más de 220 gramos respecto a la versión anterior hasta los 918 g en talla 56 sin pintar -en torno a los 950 g pintada- y la horquilla, de la que se han diseñado tres modelos con avances y dimensiones diferentes en su parte inferior para adaptar su comportamiento a las distintas tallas, rebaja su peso hasta los 367 g, casi 120 gramos menos que en la anterior.
Además, la marca estadounidense asegura que su construcción asimétrica, con la vaina izquierda hasta un 18% más grande en puntos críticos que la derecha, acerca su rigidez lateral a la que ofrece la SuperSix, mientras que en la parte frontal se ha aumentado casi en un 9,5% la rigidez del tubo de dirección respecto a la versión anterior. Por supuesto, y es lo que define a la Synapse desde su nacimiento, el encargado de la comodidad es el sistema de microsuspensión SAVE. De hecho, las siglas surgieron de Synapse Active Vibration Elimination, antes de que el sistema se extendiese a prácticamente toda la gama de montaña y carretera.
En la nueva Synapse, además de mantener la tija de 25,4 mm y rediseñar el laminado del carbono en la horquilla, tirantes y vainas, Cannondale ha introducido un nuevo e ingenioso conjunto de potencia y manillar integrados, pero con las dos piezas disponibles en distintas medidas por separado para evitar los habituales problemas de adaptación, del que la marca asegura que ofrece entre 4 y 6 mm de flexión en las carreteras habituales -hasta 15 mm han comprobado en diferentes test-. Estas soluciones para mejorar la comodidad se complementan con el amplio paso de ruedas de hasta 32 mm, aunque los montajes de bicis de serie, excepto las versiones SE, utilizarán cubiertas de 28 mm.
IDÍLICA ITALIA
Con la experiencia del modelo anterior, nuestra sensación inicial al comenzar la primera de las dos rutas en los alrededores del lago de Como fue de una comodidad incluso mayor, con la misma impresión que tuvimos en nuestro primer contacto con la rígida de mountain bike FSI -de ir rodando como si llevásemos la rueda pinchada- por la flexión de los tirantes y la absorción de la tija, reforzada por la cubierta de 28 mm. Tras 20 km y un breve viaje en ferry para cruzar el lago hasta Bellagio, comenzamos la ascensión al santuario de la Madonna del Ghisallo. Y ahí… descubrimos otra bici. La reducción de la distancia entre ejes y el tubo de dirección -casi 1,5 cm- y el ángulo de la horquilla ligeramente más cerrado han modificado un comportamiento bastante tranquilo para convertir a la Synapse en una bici que nos permitió defendernos en las duras pendientes de la ascensión lombarda. Probablemente, con una SuperSix hubiésemos subido en el mismo tiempo. Esas buenas sensaciones se repitieron en la segunda ascensión de la jornada, la Colma di Sormano, casi 9,5 km al 7% que concluye en el mismo lugar del mítico Muro.
De nuevo, la Synapse se mostró ágil cuando se lo pedimos para salir a alguno de los típicos piques con los periodistas, y si en algún momento dejamos más metros de los deseados con el compañero de delante no fue porque la bici sea perezosa o pesada, sino porque no había para más. Por eso, salvo que seas muy meticuloso con el peso o eres de los que buscan una posición de conducción más agresiva, será difícil que la Synapse se te quede corta para ir rápido. Eso sí, tendrás que pasarte a los discos, porque Cannondale ha enterrado el sistema tradicional en su bici gran fondo. Evidentemente, los frenos SRAM Hydro del eTap nos permitieron bajar con seguridad -se agradece cuando es la primera vez que montas en una bici y lo haces por carreteras nuevas- y en el segmento de la Synapse parece que no hay alternativas, sobre todo si la sacas todo su partido en grandes rutas o en jornadas con varios puertos.
En España estará disponible con cuadro de aluminio -1.199 € con Shimano Tiagra y 1.399 € con 105-; en seis montajes con el cuadro Carbon, que es aproximadamente 150 gramos más pesado -desde 2.199 € con Shimano 105 hasta los 5.999 € con el SRAM eTap-; y en tres versiones con el cuadro tope de gama Hi-Mod, donde el precio se sitúa en 9.999 € con Shimano Dura-Ace Di2. Además, habrá 6 versiones para mujer -dos de aluminio, tres con cuadro Carbon y uno Hi-Mod- y tres opciones de la versión especial SE, que coquetea con el gravel con cubiertas de 30 mm y cuya versión monoplato con SRAM Apex es espectacular. La Synapse, además de ofrecer en carretera un carácter deportivo suficiente para la mayoría -para nosotros, desde luego-, hace de la polivalencia su mejor virtud.