Puede parecer pretencioso denominar a una bici únicamente como SL -Super Light-, pero la báscula no engaña y esta nueva Fuji, heredera de la anterior escaladora de la marca, la Altamira, llega con fuerza para hacer frente a otras máquinas ultraligeras que ya han pasado por estas páginas como Trek Émonda o Merida Scultura.
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Rigidez y ligereza convierten en agradable cualquier subida que afrontemos con esta SL.
La SL se apoya en un fantástico bastidor, afinado al máximo, pero sin perder el gran comportamiento del que hacía gala la Altamira. Sigue siendo una bici de reacciones vivas, con la que resulta agradable subir, ya no por su ligereza sino por la combinación de esta con una solidez que se agradece a la hora de transmitir vatios a la rueda trasera. Gran parte de la culpa de este comportamiento lo tiene ya no el rígido cuadro, sino las ruedas Reynolds RZR, que con su construcción con radios de carbono son el calzado ideal para la SL.
No así los tubulares elegidos, unos ligerísimos Vittoria Chrono de apenas 160 g, con los que tenemos prácticamente garantizado pinchar a la mínima. Resulta un contrasentido cuando el resto del equipamiento opta por la efectividad de una sólida potencia de aluminio, firmada por Oval, la marca de componentes de Fuji, o un manillar de carbono de idéntica procedencia. Se trata de una bici de claros genes deportivos y como tal, de sensaciones directas. Puro nervio a la hora de encarar bajadas aunque con un punto dulce que, a pesar de sus cotas agresivas, nos permite pasar horas sobre ella sin dejarnos el cuerpo machacado. Algo que demuestra una vez más que en Fuji no son primerizos, ni mucho menos, trabajando el carbono y de nuevo han sabido dar una vuelta de tuerca a sus máquinas, sin alardes ni diseños estrambóticos. Simplemente buscando que la bici funcione de la mejor manera posible.
Fuji logra combinar máxima ligereza, rigidez a prueba de bombas y un tacto puro de bici de competición en una máquina pensada para aquellos que no son capaces de ir despacio.
Minimalista
Sobre la base de la ya excelente Altamira, Fuji ha buscado cómo aligerar al máximo. Para ello no han optado por soluciones extrañas sino que se han limitado a aplicar la lógica. Partiendo de su carbono C15, han reducido las secciones de los distintos tubos, con mención especial a los finísimos tirantes, responsables por otra parte del punto de confort, muy de agradecer en un cuadro que ante todo persigue la rigidez. Se ahonda en el uso de moldes internos de silicona, que consiguen una mayor compactación y eliminar puntos de estrés en el interior del cuadro, y para rematar disminuye el número de piezas que componen el cuadro, de manera que haya menos uniones que añadan peso. Ahora sólo tres piezas forman el conjunto. Triángulo delantero completo y los dos bloques de vainas, punteras y tirantes, quedando tan sólo cuatro puntos de unión. El resultado, unos sorprendentes 695 g, logrados sin comprometer una fantástica rigidez.
Mágicas
Auténtico calzado pata negra el elegido para esta Fuji. Las espectaculares Reynolds RZR seguro que forman parte de los sueños húmedos de más de uno. No es para menos con su peso de menos de un kilo y la construcción full carbon. Todo ello para lograr un juego de ruedas que aceleran de forma instantánea y que además refuerzan la gran rigidez que muestra el cuadro. Pero donde de verdad nos enamoran las Reynolds, no sólo estas RZR, también sus hermanas, es en el comportamiento frente al viento. Hasta que no te toca lidiar con ellas en un día huracanado no te puedes creer lo realmente bien que funcionan en esas jornadas en las que la mayoría prefieren dejar sus bonitas ruedas de perfil en casa, incapaces de manejarlas. Mientras, las RZR se mantienen imperturbables e indiferentes al vendaval reinante. La única pena son los tubulares elegidos para vestirlas, tan frágiles que casi nos obligan a llevar el coche de apoyo detrás.
Echa el ancla
Nos suelen causar recelo los puentes de freno ultraligeros y de diseños complejos. Sin embargo, hay que admitir que los EE Cycleworks que equipa esta SL 1.1 dan la talla. Tanto en el parámetro peso, con sus menos de 200 g declarados el par de puentes, como en la potencia que aportan, más que suficiente. No queremos hacer valoraciones acerca de su tacto, ya que, al igual que ocurre con el cambio, este se ve perjudicado por los cables PowerCordz que Fuji ha decidido montar en esta bici. Se trata de unos cables elaborados con un polímero que si bien restan unos cuantos gramos respecto a los metálicos, no cuentan con la solidez de los convencionales. El resultado es un accionamiento chicloso de la maneta de freno. Algo menos grave que su uso en el cambio, que obliga a dar bastante tensión al mismo con lo que es imposible lograr que el SRAM Red trabaje de forma mínimamente fina. Una lástima estropear así el funcionamiento de una bici por ganar apenas un puñado de gramos.
De la casa
Nos agrada encontrar de nuevo los componentes que firma Oval. Componentes que no solemos ver fuera de las Fuji pero que, sin embargo, cuentan con una calidad más que sobrada. La potencia, siguiendo la línea del resto de la bici, une ligereza y rigidez mientras que el manillar de carbono demuestra su buena factura con un óptimo filtrado de vibraciones y una forma, con un ligero barrido hacia delante, que resulta muy cómodo logrando una postura natural que evita sobrecargas en las muñecas y antebrazos, a pesar de la radical posición a la que nos obligan las medidas deportivas del cuadro. Tija y sillín se dejan en manos de Ritchey. La primera colabora en la absorción del tren trasero con su diámetro de 27,2 mm, mientras que el segundo sigue la línea agresiva del conjunto con un acolchado escaso y firme que, junto a su escasa anchura, resulta sólo apto para aquellos con un cuerpo de escalador.
Geometría
Cotas que parecen sacadas del manual de cómo hacer una bici de competición las de la SL, que huye de inventos y utiliza conceptos sobradamente probados. Larga en el puesto de conducción, cerrada de dirección debido al corto avance de su horquilla, que no a su ángulo, que mantiene cifras estándar, y una escasa distancia entre ejes convierten a esta bici en puro nervio. Hace falta un ciclista experimentado para llevarla rápido en las bajadas, ya que la mínima insinuación sobre el manillar se convierte en una respuesta. Agilidad que agradecerán aquellos que buscan prestaciones por encima de cualquier otro parámetro y que encontrarán a la hora de responder a cualquier cambio de ritmo.
Juicio
Tener una bici lo más ligera posible, sobre todo si se mantienen sus cualidades, es el sueño de casi todos los ciclistas. Sin embargo, es algo que hay que hacer de forma consecuente y manteniendo la funcionalidad. Esta SL 1.1 es una bici fantástica, sin embargo, luego la montas con unos tubulares tipo papel de fumar o unos cables que echan por tierra el funcionamiento del cambio y el sabor de boca que se te queda es totalmente agridulce. ¿Realmente importan 200 g más o menos? Está bien demostrar lo que ha avanzado la tecnología y cómo es posible lograr cuadros ultraligeros con una rigidez envidiable y un rodar razonablemente cómodo. Preferimos quedarnos por tanto con lo positivo de esta bici, de la que seguramente elegiríamos su hermana 1.5 para garantizarnos una ruta sin sobresaltos.
FUJI SL 1.1
Cuadro
Cuadro: C15 ultra high-modulus carbon
Horquilla: FC-330 carbon monocoque
Tallas: XXS (46 cm), XS (49 cm), S (52 cm), M (54 cm), L (56 cm), XL (58 cm), XXL (61 cm)
Colores: Carbono satinado/lima
Transmisión
Bielas: SRAM Red22, 53/39
Desviador: SRAM Red22
Cambio: SRAM Red22
Mandos: SRAM Red22
Cadena: KMC X11SL
Ruedas
Ruedas: Reynolds RZR 46
Casete: SRAM Red22, 11-26
Tubulares: Vittoria Chrono CS
Frenos: EE Cycleworks eebrake
Componentes
Manillar: Oval Concepts R910SL
Potencia: Oval Concepts 777S
Tija: Ritchey SuperLogic Carbon Vector Evo
Sillín: Ritchey SuperLogic Vector Evo
Cifras
Peso total: 5,050 kg (sin pedales)
Precio: 11.999 €
Distribuidor: Punto Bike S.L., 91 632 59 72