Aunque casi el 100% de las bicicletas que se comercializan en nuestro país se diseñan, fabrican, pintan y montan fuera de nuestras fronteras, Racormance es una de las excepciones que rompen esta regla. Formado por un joven equipo de ingenieros aeronáuticos e industriales con experiencia en el campo de los monoplazas de carreras, diseñando y fabricando en fibra de basalto y carbono la carrocería y elementos aerodinámicos del equipo ARUS -Andalucía Racing Team-; han trasladado todos sus conocimientos al deporte que practican, el ciclismo, su pasión.
Escogieron la fibra de basalto por su módulo de elasticidad, que es inferior al del carbono, lo que permite una mejor absorción de las vibraciones. Desde el primer día han querido controlar todo el proceso en sus instalaciones de San José de la Rinconada (Sevilla), incluyendo la ingeniería y la fabricación. Hubiese sido mucho más fácil, tal y como hacen algunas marcas, elegir un modelo del catálogo de un fabricante asiático y decorarlo con sus colores, pero es una filosofía en la que no creen. Poco a poco van dándose a conocer, buscando como cliente al ciclista que no quiere una bicicleta de serie, sino una creada acorde a su fisionomía y con los componentes y decoración que elija, discreta, llamativa... como un traje a medida.
MUY PERSONAL. Los tirantes se anclan al tubo vertical muy por debajo de lo habitual y prescinden del puente de unión para el freno trasero, consiguiendo una estética inconfundible.
TIRALÍNEAS. El reforzado racor de dirección logra una precisión sobresaliente a la hora de afrontar carreteras reviradas y a su vez evita ligeras flexiones laterales al esprintar.
COLCHÓN DE BASALTO. Al igual que el cuadro, la tija de sillín Racormance también está fabricada con fibra de basalto, proporcionando una excelente absorción.
A LA ÚLTIMA. Debajo del musculoso racor de la caja de pedalier, en el que confluyen las vainas, el tubo diagonal y el del sillín, se oculta el freno trasero de anclaje directo o doble pivote.
Todo un lujo
En esta ocasión no nos limitamos a tomar unas fotos y recopilar información, en este Fuera de Serie se nos ofreció la oportunidad de rodar durante unos meses con una Statera -equilibrio en latín- fabricada en exclusiva y a medida para Bicisport. Aceptamos sin dudarlo. La primera impresión resultó la habitual en una bicicleta con un ángulo de dirección de 73º y medidas ya probadas en unidades de test de otras marcas. Nos sorprendió gratamente la rigidez de la dirección y pedalier, bastante por encima de lo esperado teniendo en cuenta la absorción y comodidad del cuadro. Gran parte de la labor de mitigar las vibraciones e irregularidades de la carretera recae sobre la tija de sillín, también fabricada por Racormance con fibra de basalto, de la que ya os dimos parte de su buen funcionamiento en nuestra sección de pruebas.
El freno trasero, ubicado bajo el pedalier, no provocó roces de las zapatas con las llantas al pedalear con fuerza gracias a la rigidez de la zona, cualidad de la que no pueden presumir todas las marcas con modelos que llevan el freno en esa posición. Como puntos a mejorar, señalar que se ganaría en limpieza de líneas alojando los cables de cambio y freno por el interior del cuadro; también hubiésemos deseado más espacio en el paso de la rueda trasera, algo justo con cubiertas de 25 mm, aunque el fabricante nos confirmó que ya tienen el problema solucionado sustituyendo los racores por unos más finos en su unión con las vainas, logrando a su vez más rigidez. Es una de las ventajas de controlar todo el proceso, las mejoras se pueden aplicar inmediatamente.
Una fina capa de pintura dorada da el toque final con un resultado espectacular. Sólo falta el barniz protector.
¿Cómo se fabrica una Racormance?
Como el nombre de la marca nos sugiere, sus cuadros se fabrican a partir de tubos unidos con racores, una técnica que se empleaba muchísimos años atrás pero que sigue en boga actualmente para crear cuadros composite que no utilicen moldes. Con bobinas de hilo de basalto de origen alemán -foto 1- se van formando con una máquina controlada por ordenador las capas de los tubos -2-, uniéndose y endureciéndose posteriormente con epoxy. Se cortan a medida -3- antes de intruducirlos en los racores, que a su vez se elaboran a partir de los moldes que una impresora 3D ha creado con las cotas y ángulos pedidos por el cliente. Finalmente, se ensambla el conjunto en un potro -4- al que se le han trasladado todas las medidas para verificar si son correctas y garantizar el alineamiento.
Pintura personalizada
Un cuadro completamente artesano pide una decoración especial que lo distinga de las versiones que comercializan otras marcas, sin opción a colores o diseños fuera de las incluidas en sus catálogos. Racormance encomendó la misión de pintar su Statera a Artenruta, unos genios del aerógrafo de los que ya conocíamos su buen hacer en la Eddy Merckx que restauramos en la sección retro de Bicisport nº10 y la neoclásica réplica Bianchi del número anterior. La combinación de negro y dorado ha suscitado más filias que fobias, pero a nadie ha dejado indiferente. Las fotos no la hacen justicia, gana mucho en vivo, sobre todo cuando los flakes -o purpurina- protegidos bajo el barniz reflejan la luz del sol.
¡Terminada! Ya está lista para proceder al montaje de todos los componentes que formarán la Statera.
Más información en la página web de Racormance.
P.V.P: Desde 3.630 € (cuadro, horquilla, dirección, tija y cierre, freno trasero)
La primera capa de pintura que reciben el cuadro y la horquilla es la imprimación especial para carbono.
Una vez seca se prepara con lija de grano muy fino y al agua para que se adhieran las capas de pintura posteriores.
Tras recibir la pintura negra y plateada que da forma a los textos y logos, se despegan los enmascaramientos.