Rutas: descubre Burgos con Carlos Barbero

Joseba Beloki se reune con el talentoso ciclista del Caja Rural-Seguros RGA Carlos Barbero para que le muestre algunas de sus habituales rutas de entrenamiento por la región de Burgos.

Joseba Beloki

Rutas: descubre Burgos con Carlos Barbero
Rutas: descubre Burgos con Carlos Barbero

En esta ocasión hemos empezado la casa por el tejado. Lo normal suele ser escoger la ruta y posteriormente al protagonista. En este artículo ha sido a la inversa, primero el protagonista y después el resto. Hablar de Carlos Barbero es hacerlo, sin ninguna duda, de uno de los corredores con más presente y futuro de nuestro país. Ciclista rápido, valiente y fuerte, ahora mismo lo más parecido en llegadas con un pelín de porcentaje a Alejandro Valverde. Decir eso es mucho y desde luego que una gran responsabilidad para quien cogerá, ojalá, ese relevo. Un ciclista joven, del 91, humilde, fácil de trato, personalmente no nos conocíamos y debo decir que es un tío majo.

Ser un rematador no está exento de carácter y el joven corredor burgalés lo tiene… y lo sabe. Hemos llegado hasta su Burgos natal, más concretamente al barrio de Gamonal que es donde Carlos reside. Estamos casi en verano por lo que, por lo menos para uno que reside en Vitoria, el frío no va a ser protagonista de nuestra salida. Lo digo medio en broma medio en serio pero que levante la mano quien no relaciona con Burgos su Vuelta Ciclista, la catedral, el frío y el viento. ¿A que sí?

Nos encontramos en la iglesia de Santa María La Real y Antigua. Aquí es donde Carlos tiene lugar de encuentro con sus compañeros. Son las 9 de la mañana y la temperatura es perfecta, la sensación de viento nula y solamente estoy a la espera de que Carlos llegue para ver qué ruta nos ha preparado. Mucho no me va a pillar por sorpresa, ya que son unas cuantas las carreras que hemos disputado por aquí. “Puntual como un reloj, así me gusta. Ya habrá algún otro que llegue tarde”, comenta Carlos entre risas nada más llegar. Vestimenta de verano ALÉ, firma de ropa que viste al Caja Rural-Seguros RGA, bicicleta Fuji con Shimano y Rotor, casco Spiuk y zapatillas Vittoria, cada una de un color.

JB: Aunque hayamos venido a hablar de muchas cosas permíteme que esta sea la primera -¿una zapatilla de cada color? Como el gran Marino Lejarreta.

CB: (Risas) Me gusta, además lo hago porque así mi madre me distingue por la tele.

Ciclocomputador a cero y comenzamos con nuestra ruta hacia Vitoria, ya sólo con ver la dirección que tomamos de salida el tema me va a gustar. Como en toda ciudad, salir casi siempre es lo más complicado. Cogemos por el bulevar rumbo Sur, camino a Carcedo, por lo que ya de inicio nos encontramos el primer repecho. Cuidado porque todo suma al final del día. Tras el mismo, proseguimos en dirección Cardeñajimeno.

JB: Podíamos haber salido también directos por la nacional.

CB: Sí, lo que pasa es que por ahí tenemos mucho más tráfico. Esta es más tranquila. Un poco más adelante, en Castrillo del Val, ya giramos a la izquierda y nos incorporamos a la N-120. En esta localidad nos encontramos otro repecho. Cortito, de unos 400 metros.

CB:Este lo suelo utilizar para darme algunos achuchones. Se trata de un repecho corto y es donde puedo trabajar la explosividad.

Al entrar en la nacional, el tráfico va a más. Tampoco es un tramo muy largo. Tras apenas seis kilómetros, en Ibeas de Juarros, giro a la derecha para incorporamos a la BU-820, donde todo vuelve de nuevo a la calma. Carretera general y de rodar fácil.

Es el momento en el que una furgoneta se pone a nuestro par. Es el padre de un antiguo compañero de equipo de Carlos que le muestra toda su admiración. Soy testigo de cómo la gente se implica y se alegra de ver los logros de alguien a quien han visto crecer. Bonito, la verdad. Reanudamos la marcha. Aún nos quedan muchos kilómetros por delante aunque en este tramo es casi como si jugara en casa. Por estas carreteras es por donde se celebra todos los años la KDD Campagnolo que el primer fin de semana de mayo organiza David Ibáñez, gerente de la marca en España, en su pueblo: Urrez. Nosotros dejamos a la derecha el cruce hacia este pequeño pueblo y seguimos por la BU-820. El siguiente punto caliente es el embalse de Uzquiza.

CB: Desde aquí en adelante es una zona donde suelo aprovechar para hacer entrenamiento específico. Tiene algún que otro repecho y siempre con buena carretera. El alto del Matorro es donde suelo hacer series de unos seis a ocho minutos. Es un buen sitio para series cortas e intensas.

JB: Lo que cambia esto con sol, sin viento y sin dorsal (risas).

CB: Esta zona con mal tiempo no tiene nada que ver. Son cuatro bonitos kilómetros bordeando el embalse, después ya continuamos hacia Valmala. Descendemos unos cuantos kilómetros, bajada muy cómoda y sin ningún tipo de dificultad.

JB: Yo de este tramo me acuerdo más por lo negativo, negociándolo en sentido contrario en la Vuelta a España 2005. Defendíamos en Liberty el liderato de Roberto Heras. La carrera venía cómoda y quedaba sólo subir Valmala en sentido contrario a como lo estamos haciendo para llegar a Burgos. No sabemos cómo, pero de repente Roberto se fue al suelo.  ¡Menudo golpe! Su rodilla no paraba de sangrar, por momentos pensábamos que se tendría que bajar. Por fortuna no quedaba mucho a meta y pudo salvar el día. Madre mía qué calentón para pillar al grupo que, todo hay que decirlo, se portó levantando el pie. Valmala me pareció el Tourmalet ese día. No me extraña que te sirva para entrenar explosividad. Con las aventuras del abuelo cebolleta llegamos a Pradoluengo, ya en plena Sierra de la Demanda.

CB: Aquí solemos hacer paradita, sobre todo en invierno, en el bar que hay justo en la curva. Ya lo hemos hablado antes, pero cuando hace frío esta zona es mortal de necesidad. El frío te deja tieso por lo que una pausa nunca viene mal.

JB: ¿Sales en grupeta?

CB: Los fines de semana sí, pero casi siempre solo. De vez en cuando me acompaña gente. Aquí es donde, en función de las prisas, nos solemos separar. Unos vuelven a Burgos directo por Belorado y otros, como nosotros ahora, primero subimos el alto de Pradilla.

JB: Me imagino que aquí a vosotros os pasa como a nosotros en Vitoria. Antes de entrenar hay que mirar al cielo y al termómetro.

CB: Sí, desde luego. Cuando hace frío hay sitios donde no puedes ir. Lugares en los que la niebla aparece y desaparece con la dificultad que supone. En esta ruta suele ocurrir que cuando se echa la niebla se queda libre sólo la zona del pantano. Pradilla lo conozco, aunque he de decir que por este lado sólo lo he bajado. Siempre lo he subido por el lado de Ezcaray. La última vez acompañando a un grupo de cicloturistas en la etapa del Camino de Santiago entre Logroño y Burgos. De todas formas, el puerto no me pilla por sorpresa. Carretera buena, muy ancha y comienzo progresivo.

CB: Son 5 kilómetros tendidos. No hay cambios bruscos de pendiente, más o menos con una media del 6%. El ritmo es bueno para mí, con eso me conformo. La mayor parte de la subida la hacemos con vista al valle por nuestro lado derecho. Salvo alguna que otra curva y contracurva, se trata una ascensión en la que en todo momento tienes referencia visual de lo que te queda.

JB: Habla tú, que a mí ya me da la risa.

CB: Este sí que es un puerto para sacarle mucho provecho. Con mis cualidades tampoco entreno específico trasladándome a grandes puertos. Cuando estoy concentrado en altura los trabajo, pero en casa a estos cinco kilómetros les saco buen rendimiento. Es un esfuerzo de 12 a 14 minutos de intensidad. Entre explicación y batallitas, inconfesables, ya estamos arriba. Alto de Pradilla, 1.245 metros. No sé por qué me da, pero creo que ya he hecho la labor del día. Hay que entrenar más, que el próximo 4 de octubre tengo el homenaje a Marino Lejarreta y hay que estar a la altura en competición. Descendemos de nuevo a Pradoluengo para coger la BU-811 en dirección a Belorado. Esta es una localidad muy reconocida por su relación con el negocio de las pieles. Son muchos los establecimientos que hay de venta textil y complementos relacionados con el sector. Casi sin darnos cuenta nos plantamos ahí por una carretera más estrecha y con tendencia descendente. No sé si se me ha hecho rápido porque he asimilado bien el calentón de Pradilla o porque verdaderamente se rueda a alta velocidad. Toda esta parte será la última por la que podemos rodar resguardados del viento.

CB: ¿Sabías que en este tramo Movistar Team batió todos récord de velocidad media en una contrarreloj por equipos? Fue en 2011 durante la Vuelta a Burgos, y sacó una media de más de 70 km/h.

JB: Ya me acuerdo. Lo que no sabía es que había sido aquí. De todas formas no me extraña. Buen terreno y un equipazo. Ya llevamos unos cuantos kilómetros y, por lo que mi instinto ciclista dice, podría asegurar que la parte más complicada de la ruta ya está finiquitada.

CB: Ahora, durante unos kilómetros vamos a rodar por la N-120. Esta carretera tiene mucho tráfico por lo que hay que ir con cuidado. Tras unos pocos kilómetros, giramos a la derecha dejando la complicada nacional y nos dirigimos a la Yesera. Rodamos ahora por un tramo un poco malillo y botoso, nada que ver con lo que hasta ahora hemos tenido. Son 3 km de subida constante que se agarra, no sé si por lo que llevamos acumulado o por la carretera en sí.

JB: ¿Este será el último repecho, no? (risas)

CB:Sí, ahora ya bajamos a Barrios de Colina y directos a Atapuerca.

JB: Mira, eso también lo conozco. Dicho y hecho. Según lo previsto alcanzamos Atapuerca. Sólo con ver el ambiente deducimos que aquí se cuece algo interesante.

¿Quién no conoce Atapuerca y sus yacimientos prehistóricos? A estas alturas ya llevamos las patas un poco tocaditas. La campana lleva sonando unos kilómetros. Será la edad. Carlos me ha prometido que desde aquí es todo llano hasta alcanzar la N-I y entrar a Burgos. Por suerte, hoy no sopla viento. El  final bonito, rápido y fluido. Con algo de callejeo porque, como no podía ser de otra manera, mi anfitrión ha decidido poner el punto final a la ruta en la misma Catedral de Burgos, símbolo de la ciudad. Por hoy ya todo listo. Puedo decir que he disfrutado muchísimo, tanto por el recorrido como por la compañía. Un ciclista que tiene bien claro lo sacrificada que es la vida en este deporte y ha encontrado perfectamente cuál es su rol. Poco a poco se va haciendo hueco en una especialidad complicada, pero en la que hasta ahora se ha manejado de maravilla. Regreso a casa con la sensación de haber disfrutado de un precioso lugar para pasar un fin de semana cicloturístico con la familia. Quien diga que Burgos sólo tiene frío y Catedral no sabe de lo que habla. ¿A qué esperáis para descubrirlo?

RUTA DEL ALTOTERO

Carlos Barbero: Una ruta típica que solemos hacer aquí de aproximadamente 100 km es la del Altotero. Salimos dirección al norte para ir a Rio Cerezo hasta y llegar a Poza de la sal. Desde aquí subimos el Altotero, una ascensión que se ha hecho mucho en la Vuelta a Burgos. Cuando no voy hacia Pradilla y tengo que hacer algún puerto vengo aquí, que es un buen tramo para trabajar. Siete kilómetros con un principio duro al 8-10% en algún tramo y luego bastante llevadero, tendrá un poco menos del 6% de media.  Justo a la salida de la localidad, parada técnica.

RUTA DEL ALTO DEL AGUILÓN

Carlos Barbero: Este es un recorrido muy conocido que la gente de aquí suele hacer tras salir de currar o cuando se tiene poco tiempo. Es perfecta para hacer hora y media. Salimos por la carretera hacia León. Vas en dirección Tardajos y Las Quintanillas donde giramos a la derecha. Pasamos por Santa Maria de Tajadura hacia Mansilla. Aquí tenemos una subida de 2,5 km. Cuando tengo que hacer series de 5 minutos es aquí donde vengo. Subimos el Aguilón, otra típica cota de 2 km al 5%. Sin ninguna complicación. Sólo queda bajar a Quintanadueñas antes de entrar en Burgos. Esta vueltita está muy bien para la gente que venga a pasar el fin de semana y quiere salir a dar una vuelta antes de ir a hacer turismo.