Alberto Contador se encuentra entrenando bajo el sol y la exigente orografía de Las Palmas de Gran Canaria junto a varios ciclistas del equipo sub23 de su Fundación, varios medios de comunicación, entre ellos Ciclismo a Fondo, y once ciclistas amateurs de distintos países europeos. Todo ello, obra de la Fundación Contador y su principal patrocinador, Polartec, que organizan estos días una concentración gracias a la que todos los participantes hemos podido experimentar las mismas vivencias que un ciclista profesional –charla técnica sobre el recorrido, material de primera calidad, entrenamiento con coches de asistencia, avituallamiento, asistencia mecánica, masaje…- además de compartir carretera con el Pistolero, Ivan Basso y Jesús Hernández.
Las dos primeras jornadas de entrenamiento, de unos 70 y 90 kilómetros respectivamente en las que tuvimos que abordar varias ascensiones de entidad, han dado paso a tardes de calma y recuperación en las que ha habido tiempo para que Contador nos revelara el enfoque que pretende darle a la temporada 2017. “El gran objetivo para el próximo año es el Tour. El equipo también está muy motivado con esta opción y ya están preparando tanto mi calendario como el de mis compañeros para que lleguemos al máximo”. Antes de la Grand Boucle, el madrileño repetirá un calendario muy similar al que ha completado en 2016, dando gran importancia a las principales vueltas de una semana en la primera parte de la campaña, y descarta por completo la posibilidad de disputar el Giro. “Intentaré ofrecer también mi mejor versión en París-Niza, Cataluña o País Vasco, pero el principal objetivo será el Tour. El Giro de Italia está descartado ya que no hay tiempo suficiente para recuperarse bien y poder estar posteriormente en condiciones de luchar por el maillot amarillo”.
La mala suerte en forma de caídas ha lastrado la actuación del ciclista madrileño en los que debían ser sus grandes objetivos en el vigente curso ciclista: el Tour de Francia, los Juegos Olímpicos y la Vuelta a España. Aun así extrae una lectura positiva de la que destaca que “a veces las cosas no salen como pretendes, así que tienes que intentar algo diferente para cambiar el rumbo de la carrera. Es mi visión: cuando compito es para ganar. Hacer un podio, que no es ni mucho menos un mal resultado, no me motiva para entrenar al mismo nivel o concentrarme 20 días solo en una habitación en Tenerife. En la Vuelta perdimos tiempo en la crono por equipos y luego tuve una dura caída antes del primer final en alto así que intente sorprender a mis rivales y pillamos a Froome camino de Formigal. Esas etapas son las que disfrutan y recuerdan por mucho tiempo los aficionados, y ser protagonista de ellas me hace feliz”.
En 2017, Contador estrenará nuevo uniforme, el del Trek-Segafredo, donde contará a su alrededor con un interesante grupo formado por Bauke Mollema, Jarlinson Pantano, Haimar Zubeldia o Fabio Fellini a los que suma “a Jesús Hernández y Michael Gogl, un ciclista austríaco que ha corrido este año conmigo en el Tinkoff y qué va a ser un gran corredor, y mi grupo de confianza: Steven de Jongh –su entrenador-, mi mecánico, mi masajista, Ivan Basso…”. A pesar de la interesante variedad de ciclistas talentosos con los que cuenta en la actualidad el futuro equipo del madrileño, sigue pareciendo poco cuando se trata de plantar cara al abrumador poderío con el que cuenta el Team Sky en su plantilla. “En este momento, Sky tiene un presupuesto de 35 millones de euros y de media el resto de equipos tienen unos 15 millones de euros con lo que competir contra ellos es difícil. Ellos, con su plantilla, podrían hacer dos o tres equipos diferentes para el Tour y todos con un grandísimo nivel. Las escuadras con menos medios tenemos que planificar muy bien la temporada para que cada uno de los corredores lleguen frescos al Tour de Francia”.
Tras descartar su intención inicial de retirarse al finalizar el 2016, Contador ha firmado un contrato para las dos próximas temporadas con el conjunto estadounidense, pero parece tener más que decidido a qué dedicará sus días cuando llegue el momento definitivo de colgar la bicicleta. “A día de hoy estoy 100% concentrado en la bici y en competir. Intentó ayudar todo lo que puedo a mi hermano con la Fundación, pero al final no puedo hacerlo tanto como me gustaría porque mi carrera deportiva no me lo permite. Estoy seguro que cuando me retiré trabajaré en la Fundación, aunque todavía no sé qué posición asumiré. Gran parte de mi tiempo será para la Fundación tanto en su faceta deportiva como en su lucha contra el Ictus”.
Uno de los grandes objetivos del equipo de la Fundación Alberto Contador, que cuenta con ciclistas de escuela, cadetes, junior y sub23, es contar con su propia escuadra profesional. Un sueño que ha estado muy cerca de convertirse en realidad hace escasos meses. “El plan que tenemos con la Fundación es seguir creciendo, aunque no tenemos presión por hacerlo muy rápido. Tenemos un buen equipo sub23 y cuando demos el salto al profesionalismo queremos hacerlo con garantías. Este año hemos estado muy cerca de conseguirlo pero al final no ha podido ser”. El Pistolero nos explica con claridad que el principal escollo fue que “si quieres hacer un buen equipo necesitas que una compañía te asegure un contrato de tres o cuatro años a razón de unos 12 millones de euros por temporada. Y además, lo normal es que necesites un copatrocinador. Es difícil hacerle entender a una empresa que va a aportar 12 millones de euros que va a tener que compartir el nombre del equipo con otra marca. El ciclismo está así: para un buen equipo World Tour necesitas unos 20 millones de euros. De momento, la idea de recuperar el maillot amarillo volverá a ser el combustible que llene de motivación el ánimo de Alberto Contador, que ya ha empezado su preparación para 2017.