A Marco Pantani lo sacaron de Madonna di Campiglio el 5 de junio de 1999 por la mañana cuando vestía la maglia rosa de aquel Giro que llevaba su nombre a falta de unos días para que concluyera. Eran las 7:25 de la mañana cuando un juez de la UCI tocó la puerta 27 del Hotel Touring. La del Pirata. Iban a hacerle un control sorpresa pero Marco se acostó la noche anterior sabiendo que los vampiros iban a despertarle pronto. Por eso, la noche anterior, la que le siguió a su llegada triunfal en rosa a la estación de esquí donde sumó otra victoria más a las del Gran Sasso, Oropa y Pampeago y le hacían inquebrantable en su camino a por la victoria total, Pantani y el médico del Mercatone Uno se encerraron en la habitación para hacer un control previo y asegurarse de que todo estaba en orden. 47-48 de hematocrito, dicen que marcó.
Pero esa mañana, las dos probetas que los inspectores llenaron con la sangre de Marco cambiaron de por vida la historia del ciclismo y el destino de Pantani. Antes de que partiera la etapa, Giuseppe Martinelli, el director entonces de Pantani acudió a la habitación del ciclista. Pálido. Él fue quien se lo dijo. Había superado el límite permitido de hematocrito. Estaba fuera del Giro. Para descargar su ira, Pantani rompió uno de los cristales de la habitación de un puñetazo y se quedó sentado en la cama con la cabeza hundida entre sus manos. Al poco rato llegó su padre, que venía siguiendo, henchido y orgulloso, el espectáculo de Giro que estaba regalando su hijo. Cuando Marco lo vio sintió pavor. De repente, a su mente le pareció que volvía a ser un niño y que su padre le iba a castigar por la última de sus travesuras. Por haberse pasado con el hematocrito. Pensó que iba a darle una bofetada en la cara. Sabía que lo había decepcionado. Ese fue el peor momento de Pantani.
Pero Paolo no dijo nada. Se fijó en las manos de su hijo, ensangrentadas del golpe que había dado al espejo y se puso a curarlo quitándole las esquirlas y cubriéndole las heridas. No le dijo nada.
Minutos después, entre una maraña de cámaras y micrófonos Pantani salía del Hotel Touring en lo que fue el principio de un fin que acabó el 14 de febrero del 2004 cuando fue hallado muerto por sobredosis en otro hotel, el Le Rose, de Rimini, después de años y años de adicción a las drogas. El Giro de Italia se fue de Madonna di Campiglio huérfano de líder y no volvió más. Hasta ahora.
Pantani, con sus excesos y su atractivo se convirtió en el ídolo de la mayoría de chavales. De Alberto Contador, por ejemplo. Como de pequeño siempre atacaba en las montañas y temblaba de miedo en los descensos, le apodaron así. A él le encantaba. “Y ahora estoy aquí, intentando el doblete Giro-Tour para repetir su gesta. Era uno de mis ídolos". No el de Mikel Landa. Él creció disfrutando de las gestas de Iban Mayo, el descarado ciclista que atacaba y arrasaba un día y desfallecía al siguiente. Él también ha sido siempre un poco de ese estilo hasta este Giro que está descubriendo su mejor versión y que tuvo su culminación en Madonna di Campiglio, donde añadió su nombre seguido del de Pantani como vencedor de etapa.
Landa corre en el Astana, el equipo que dirige el mismo Martinelli que aquel 5 de junio de hace dieciséis años le predijo a Pantani su muerte. Hoy, Martinelli asiste desde su coche a la superioridad numérica de su equipo que nada puede hacer frente a Alberto Contador, que solo se basta para derrotar a todos sus hombres. “No solo es complicado batirle, es que lo considero imposible", dice Martinelli. “Contador es el patrón del Giro". Igual que lo era su Pantani.
Y lo es tanto que, a los pies de Madonna di Campiglio, con más de 15 kilómetros para la meta, cinco ciclistas de Astana abren la marcha del pelotón cuando el madrileño ya rueda en su soledad habitual sin compañeros de equipo que lo protejan pero al ver la pancarta de la bonificación los sorprende esprintando y ninguno es capaz de taparle para evitar que sume dos segundos más a su abultada renta en la clasificación general. ¿Chulería? ¿Guerra psicológica? ¿o simple superioridad? “No tiene mayor importancia, los del sprint era gratis y cuando algo es gratis lo coges", defendió él después.
Nadie pudo hacerle sombra al madrileño. Los ataques de Landa, tímidos y mirando para atrás solo le servían para comprobar que Aru sufría más de la cuenta en seguirle la rueda. Era cuestión de tiempo que Martinelli y el propio sardo le dieran luz verde para luchar por la etapa. Les costó, eso sí, hasta que a falta de dos kilómetros dejaron que el alavés al fin volara a por su triunfo merecido que no disputó Contador. “Pero el capitán sigue siendo Aru", defiende Mikel. “Alberto no iba a dejar que ganara por orgullo". Tampoco hubiera podido el sardo. “Dejando ganar a Landa, Contador quiere sembrar la cizaña en casa Astana", opina el ex ciclista Gilberto Simoni.
CLASIFICACIÓN DE LA ETAPA
1 LANDA MEANA Mikel AST 04:22:35
2 TROFIMOV Yury KAT 04:22:37
3 CONTADOR VELASCO Alberto TCS 04:22:40
4 ARU Fabio AST 04:22:41
5 KRUIJSWIJK Steven TLJ 04:23:13
6 AMADOR Andrey MOV 04:23:17
7 KONIG Leopold SKY 04:23:35
8 KANGERT Tanel AST 04:23:45
9 GENIEZ Alexandre FDJ 04:24:24
10 CARUSO Damiano BMC 04:24:48
CLASIFICACIÓN GENERAL
1 CONTADOR VELASCO Alberto TCS 60:01:34
2 ARU Fabio AST 02:35:00
3 AMADOR Andrey MOV 04:19:00
4 LANDA MEANA Mikel AST 04:46:00
5 KONIG Leopold SKY 06:36:00
6 TROFIMOV Yury KAT 06:58:00
7 CARUSO Damiano BMC 07:10:00
8 MONFORT Maxime LTS 08:20:00
9 VISCONTI Giovanni MOV 09:53:00
10 GENIEZ Alexandre FDJ 10:03:00
Perfil de la próxima etapa
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Análisis del recorrido por Chechu Rubiera
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