Mikel Landa afrontaba con gran ilusión la jornada de hoy, con final en el temido Blockhaus, ya que era el test perfecto para medir si volvía a encontrarse a su mejor nivel. Ese que le llevo a ganar dos etapas y a subir al podio en el Giro de Italia en 2015. Pero todas sus esperanzas se han torcido de forma inesperada cuando apenas restaban unos pocos kilómetros para encarar la ascensión al puerto final. Inexplicablemente, un carabinieri se ha detenido en el margen derecho de una carretera que no tenía arcén y el pelotón, que venía ocupando todo el ancho de la calzada, no ha podido evitarle. El resultado: caída masiva y tres de los principales candidatos al rosa descartados de la general. Hablamos de Geraint Thomas, Adam Yates y el propio Mikel Landa.
"Me he caído y me he levantado muy rápido, pero me he dado cuenta de que no podía dar pedales", ha explicado el ciclista del Team Sky a Marca antes de que se marchara a someterse a distintas pruebas médicas para conocer el alcance de su lesión. "Tengo un golpe lateral, supongo que será muscular y ahora lo miraremos".
El ciclista del Sky ha cruzado la meta con grandes dolores y a 26 minutos del ganador Nairo Quintana. "He subido como he podido, con una pierna. Ahora toca descansar y en la crono a ver si recupero un poco", comentaba con vistas a las próximas jornadas. Sorprendentemente, Landa no culpaba en exceso al motorista, si no que atribuía la responsabilidad a los riesgos que se asumen en el pelotón. "Pienso que no cabemos todos. Queremos pasar todos y no se puede. Esto pasa por nosotros".