Fabio Aru debutaba en el Tour de Omán plagado de las dudas que todo ciclista tiene en cada inicio de temporada. No saber si todo el trabajo hecho ha sido el correcto, desconocer cuál va a ser el punto de forma comparado con el del resto de rivales. Pero el ciclista sardo puede marcharse satisfecho de Omán con su debut. Fue segundo en la etapa reina, lo que le ha aupado al tercer cajón del podio que mañana completará foto de este Tour de Omán junto a Rui Costa y Ben Hermans. “No pensaba estar tan bien a inicio de la temporada”, confiesa sorprendido.
El ganador de la Vuelta del 2015 se prepara para una nueva temporada en la que se ha convertido en el único y gran referente del equipo Astana. La marcha de Nibali le deja como líder único y punta de lanza para las grandes. Para el Giro que partirá de su bella Cerdeña y después de la Vuelta.
Todo el peso que recae sobre él, Aru lo ha traducido en la adquisición de responsabilidades, en acarrearlas y ponerlas en práctica en un invierno que, no deja de repetirlo, ha trabajado duro. “Con mucha serenidad y tranquilidad pero esforzándome mucho”. Cada periodista que se le ha acercado esta semana con una grabadora se ha llevado registrado lo mismo. “He trabajado bien este invierno. Me he entrenado desde noviembre y todos los sacrificios que he hecho yo, mi familia y el equipo se empiezan ahora a ver”.
Aunque asegura que no esperaba encontrarse tan bien, su equipo dio la cara toda la jornada. “El Astana ha hecho un trabajo impresionante para reducir la ventaja de la fuga, tengo que felicitarles. Me da pena no haber conseguido la victoria, pero es la primera carrera del año y noto que aún me faltan los esfuerzos que estoy haciendo en carrera. Desde el Giro de Lombardía no los hacía así que estoy contento”.
