El triunfo de etapa en la última jornada de la París-Niza no ha hecho más que confirmar lo evidente: David de la Cruz ha comenzado la temporada de una manera espectacular. Después de ser séptimo en la Volta a la Comunidad Valenciana donde debutó, el catalán corrió el Tour de Omán donde estuvo siempre con los mejores. Un error le privó de disputar la etapa reina, pues se equivocó con el desarrollo haciendo caso de las directrices del Quick Step en vez de tomar el consejo de Purito Rodríguez. “Las piernas estaban para hacer algo mucho mejor”, se lamentaba entonces.
Pero no era el fin del mundo. Su primer gran objetivo en la temporada 2017 que tan ilusionante se presenta para él era la París-Niza y ha cumplido con creces. De la Cruz se ha terminado erigiendo como el hombre más fuerte del Quick Step Floors. Solo el liderato de Julian Alaphillipe le ha privado de demostrarlo, pues tuvo que quedarse junto a él y hacer las labores de gregario para ayudarle. Perdido el maillot amarillo, el ciclista de Sabadell tuvo al fin la libertad que merecía para jugarse un último triunfo de etapa que cayó de su lado. “Fue una recompensa por parte del equipo ponerme en la fuga”, confesaba. El premio después de tan buen trabajo realizado.
“Cuando vi que Alberto (Contador) estaba allí traté de quedarme con él porque le conozco y sé que nunca se da por vencido hasta la meta. Me las arreglé para permanecer a su rueda, queríamos ir a por la general con Dan Martin y no colaboré con Alberto hasta que no vi que si no lo hacía se nos podía escapar la posibilidad de ganar la etapa. Cuando vi que no nos atrapaban empecé a pensar en ganar la etapa. Di todo lo mejor de mi mismo para conseguirla. No ha sido hasta los últimos tres kilómetros cuando he estado seguro que teníamos una buena ventaja para jugarnos la victoria de etapa. He sufrido mucho pero me he podido mantener delante en el descenso. Estoy muy contento. Es uno de los mejores días de mi carrera”.
Con este triunfo y su magnífica prestación toda la semana, David de la Cruz comienza a confirmar que el triunfo de etapa en el Naranco y su liderato en la Vuelta a España no fueron una casualidad y, sobre todo, que su gran objetivo de pelear por un top5 en la próxima edición de la Vuelta es factible. “La victoria a estas alturas es muy importante porque yo soy un corredor que no suelo empezar muy bien el año y esto significa que las cosas me están saliendo un poco más rodadas, eso me aporta confianza”. Su próximo destino, la Vuelta al País Vasco, pero primero hace balance de esta París-Niza que es mucho más que su triunfo de etapa.
“Ha sido una semana increíble desde el primer día para el equipo con Julian ganando la crono y Dan Martin pescando el podio. Todos hemos trabajado muy bien. El año pasado estuve cerca de ganar esta etapa y esta vez lo he conseguido. Si no ganaba uno de nuestro equipo me hubiera gustado que habría ganado Contador porque se lo merecía, lo que ha hecho está al alcance de muy pocos pero cada uno mira por lo suyo y yo he sido capaz de seguirle y conseguir esta etapa tan bonita”.