Cuando llegó a la cima de la Green Mountain en el Tour de Omán, Romain Bardet aseguró que había sido uno de los peores días sobre la bicicleta de toda su vida. Quién iba a decirle que en tan corto periodo de tiempo iba a vivir uno aún peor. Porque en aquella jornada reina de la carrera omaní también se fue al suelo, junto al gallego Delio Fernández fue el peor parado, pero no le impidió continuar, con algún rasguño, en carrera y además, ser el primero que atacase de los favoritos en las rampas de la montaña verde.
Ayer en el final de la primera etapa de la París-Niza, su primer gran objetivo del año y gran test de inicio de temporada para el que fuese el segundo clasificado del pasado Tour de Francia y gran esperanza gala para derrocar a Froome, Bardet volvió a irse al suelo. Los nervios de una etapa brutal, con los abanicos y los cortes que se produjeron le llevaron a practicar una de las medidas más repudiadas dentro del mundo del ciclismo cuando las cámaras están encendidas: agarrarse al coche para intentar volver a entrar con el grupo.
A Bardet le cazaron. Y de nada le sirvió que la realización pusiera su granito de arena filmándole el menor tiempo posible. La infracción se estaba cometiendo y era inevitable que el mundo lo viese. Al llegar a meta, con las piernas llenas de heridas y el maillot y el cullotte hecho girones recibió la horrible noticia: estaba expulsado de la París-Niza. Pero lejos de avivar la polémica o clamar por una injusticia, Bardet acató el castigo. “Cometimos un error debido a que no pensamos de manera correcta en un momento clave de la etapa, probablemente como resultado de mi caída y de las circunstancias de una etapa fantástica y muy animada”, comentaba.
“Pido perdón por mi acción porque nada justifica el ayudarte de la asistencia del mecánico del equipo desde el coche tanto tiempo para reparar la bici. Esta práctica, tantas veces aceptada en el pelotón debe ser vigilada y hay que luchar contra ella para asegurar la integridad de nuestro deporte”, manifestó.
“Mi más sincera disculpa a la organización y a los seguidores. Vine a la París-Niza con un deseo y una convicción de ser uno de los grandes protagonistas de la carrera. Ahora me tengo que concentrar en prepararme para las carreras que voy a correr en las próximas semanas
