Desde que en 1986 Adri van der Poel logró la victoria, ningún corredor neerlandés se había impuesto en el Tour de Flandes. Niki Tersptra acabó con esa sequía, y firmó la décima victoria para su país en la De Ronde, con un imponente éxito en Oudenaarde que, tras 264 kilómetros, premió su valentía y confirmó el favoritismo de un Quick Step que mantiene su rodillo esta campaña en las clásicas belgas. Un Quick Step que, tácticamente, lo bordó en esta edición con el marcaje de la velocidad crucero durante muchas fases iniciáticas de la misma, alimentando algunas escaramuzas y respondiendo a muchas otras posteriormente.
Tercero en 2017, segundo en 2015, Terpstra cimentó su éxito, el tercero de este curso, el segundo Monumento de su palmarés tras la París-Roubaix de 2014, con una aceleración en el terreno posterior al paso por el Kruisberg, el antepenúltimo de todos los muros del recorrido. En el falso llano que sigue a sus rampas aceleró su compañero Stybar y de manera inmediata respondieron a ese movimiento Kwiatkwoski (Sky), Sagan (Bora) y, sí, Vincenzo Nibali (Bahrein-Merida). Terpstra no tardó en llegar y cuando Nibali quiso prolongar ese movimiento, en plena fase de constantes escarceos, se marchó junto al italiano. Ambos rodaron brevemente, porque en un tramo que picaba hacia arriba el de Quick Step dejó de rueda al flamante último ganador de la Milán-Sanremo.
Comenzaba ahí otra carrera, la definitiva. Tres ciclistas, los neerlandeses Langeveld (EF Education First) y Van Baarle (Sky) y el danés Pedersen (Trek Segafredo) rodaban en ese momento con unos 40 segundos de adelanto. Ese trío se había conformado definitivamente tras el paso de la carrera por el Koppenberg, allí donde la carrera iba lanzadísima, donde el propio Tersptra había tanteado el desgaste del personal con una aceleración y donde, poco antes, había llegado a su final una fuga del día de la que perseveraron, resistieron y brillaron el belga Tom Devriendt (Wanty) y el español, asturiano, Iván García Cortina (Bahrein-Merida). Ese trío era cabeza de carrera y Tepstra, el perseguidor.
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Tersptra, desatado, alcanzó al trío cabecero en el último paso por el Oude Kwaremont y les rebasó. A la de De Ronde le restaban menos de 20 kilómetros. Pedersen se resistió a ceder. Aguantó lo que pudo tras su estela y, sobrepasado por la apuesta de Terspstra, perseveró en la persecución. El jovencísimo danés nunca llegó a ceder más de una treintena de segundos, alimentando por momentos la incertidumbre de una caza en esas postreras rectas tan expuestas al viento rumbo a Oudenaarde. Allí lo iba dando todo el neerlandés y todo lo había dado en el Paterberg.
Tersptra había doblegado el Paterberg con fortaleza y posiblemente andaba más pendiente de Sagan y compañía que de Pedersen. Atrás se quedaban sin margen. El eslovaco, bien protegido por Oss durante muchos kilómetros previos, arrancó en la cima del Paterberg, pero para entonces los favoritos ya cedían 42 segundos. Inicialmente Sagan se marchó solo, porque Vanmarcke se quedó sin piernas en esa última rampa, pero posteriormente sería cazado. Por momentos hubo varios ilustres (Van Avermaet, Stuyven, Benoot, Van Aert,…) que se relevaron, bien marcados por Gilbert y Stybar. Instantes en los que especular con una neutralización. Terpstra lo dio todo sobre la bici y la De Ronde tampoco es pródiga en cazas a estas alturas. Con margen, celebró su éxito. También sonrió Pedersen, brillante segundo. Y en el sprint del grupo, zas, Gilbert. El año pasado ganó él y Tersptra acabó tercero. En 2018, esos papeles se intercambiaron. "Es un sueño hecho realidad, siempre soñé con ganar aquí", dice Terpstra.
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Top diez del Tour de Flandes 2018.
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