Después de que la mala fortuna volviera a acompañar a Alberto Contador en la primera mitad del Tour de Francia, en la que sufrió cuatro caídas, el líder del Trek-Segafredo va recuperando las buenas sensaciones una vez comienza a reponerse de los golpes y se muestra optimista con respecto a la inminente llegada de los Alpes. “Es cierto que la general está muy lejos, aunque no hay que dar nada por imposible. Es difícil saber qué sucederá en dos jornadas tan duras como las del Galibier e Izoard, pero ahora el objetivo es disfrutar de la carrera y conseguir una victoria”.
Contador, además, ha asegurado que si no se hubiera visto lastrado físicamente por tanto accidente habría estado en la batalla por la general. “Sin las caídas estaría luchando por el maillot amarillo. Me dejé cuatro minutos camino de Chambery por dos caídas que no fueron mi culpa. En Peyragudes cedí otro par de minutos por los golpes que acumulaba más las dos caídas que habría sufrido el día anterior. Tanto incidente me llevó al límite psicológicamente, pero nunca me planteé la retirada”. A modo de conclusión, el ciclista de Pinto quiso resaltar el buen estado de forma con el que llegaba a la ronda gala. “Antes de venir aquí batí mi récord en uno de los puertos en los que me he entrenado siempre en Madrid”.