Tras las críticas recibidas por su precipitada aprobación, su radical retirada de las bicis profesionales y del cúmulo de interrogantes que desató su uso en las primeras carreras de la temporada 2016, con el incidente protagonizado por el corredor del Movistar Team Fran Ventoso como punto de inflexión en su implementación generalizada, la UCI vuelve a darle una oportunidad a la utilización de frenos de disco en las bicicletas de los equipos profesionales.
Ha sido el Comité Directivo de la UCI quien ha tomado esta decisión, que se ha producido tras meses de discusiones entre los representantes de los equipos, los corredores y la industria (la principal interesada en su aprobación) y, tras la confirmación de la Asociación de Ciclistas Profesionales (CPA) y la Asociación Internacional de los Grupos Ciclistas Profesionales (AIGCP), entidades que han apoyado esta nueva oportunidad, se ha decidido volver a utilizar el sistema de frenos de disco.
Todo esto sucede tras un ámplio examen -esta vez, al parecer, sí se ha realizado con gran detalle- de los equipos de frenado y un informe detallado en el que la seguridad de los ciclistas es el punto principal interés, se ha acordado con los fabricantes que el uso se reiniciará el 1 de enero 2017. Pero hay que hacer cambios profundos en el sistema de frenado: se deben modificar los discos para asegurar que el borde perimetral del rotor del freno no tiene bordes de 90 grados, por lo que se ha exigido su achaflanado u otro tipo de protección frente al ocasional corte. En el comunicado oficial no se especifica si también se ha contemplado una protección o cobertura de los discos, pero podría ser una posibilidad.
Otra decisión crucial que se ha tomado es hacer un seguimiento, mes a mes, de la evolución y las consecuencias de la implementación de los frenos de disco que, de momento, a partir del próximo 1 de enero de 2017, se podrán utilizar en Luxemburgo, el 27 de enero de 2017 durante el Campeonato Mundial UCI de Ciclocross.
