Cuando su hija mayor comenzó a competir en patinaje de velocidad, Orlando Solares, ingeniero asturiano, se fijó en el diseño de los modelos más avanzados y se convenció de que podía hacer un modelo similar, pero añadiendo un elemento de personalización que hasta entonces estaba sólo al alcance de la élite mundial. Utilizó sus conocimientos de materiales y los unió a su experiencia en ortopedia y prótesis a medida, por un accidente de moto que tuvo hace años, para construir unas botas en las que primase el rendimiento. Así, diseñó un proceso de fabricación que comienza con el modelado de una réplica exacta del pie del usuario, que puede definir el equilibrio entre rendimiento y comodidad eligiendo el grado de rigidez de la suela y otros parámetros, como el gramaje de los tejidos, para el diseño final de la zapatilla, en la que se utilizan entre 4 y 7 compuestos diferentes: fibra de carbono de alto módulo Toray, aramida, fibras innegra…
Sus modelos, como él mismo explica, son “como coches deportivos desarrollados para la competición, donde los adornos no son necesarios ya que se busca la máxima ligereza, precisión y aerodinámica para que el cliente ejerza los máximos vatios posibles directamente en las calas”. Sin embargo, el diseño también tiene su cabida en la parte exterior de piel natural o microfibra, según las peticiones de los clientes, que es personalizable en colores, bordados o vinilos para no desentonar con nuestra equipación preferida; mientras que el interior es de piel natural de becerro en todos los modelos. Las casi infinitas opciones de personalización y el ajustemilimétrico ha convencido a algunos de los mejores patinadores y la marca ha estado presente en los Mundiales de la especialidad en los últimos años -no sólo con españoles, también con deportistas de otros países-, logrando una medalla de bronce con el patinador colombiano Steven Villegas en el Mundial celebrado a mediados de septiembre en China.
La modalidad de pista fue la puerta de entrada de la marca en el ciclismo, donde comenzó con prototipos hace cinco años. El velocista olímpico Juan Peralta; el asturiano Jaime Vega, varias veces campeón de España; el ciclista paralímpico Amador Granados; y Tania Calvo, olímpica y dominadora de la pista femenina, son algunos de los que confían en Carbone Radical para unas pruebas en las que la máxima rigidez es fundamental. En carretera llevan un par de años con modelos menos exigentes que en la pista -utilizando fibras en la parte superior para asegurar la movilidad del pie- y el año que viene las utilizará el ciclista alicantino Rubén Plaza, ganador de etapa en Tour de Francia y Vuelta a España. El proceso artesanal permite introducir cambios rápidamente en la producción y en ello trabaja la empresa asturiana, que además de permitir elegir la rigidez y el tipo de suela, el color del carbono, etc. está desarrollando un potenciómetro integrado en la suela para controlar en cada momento los vatios generados. Poco a poco, la empresa, que comenzó en un garaje como las icónicas compañías tecnológicas estadounidenses, se va a dando a conocer ofreciendo soluciones a medida para ciclistas que buscan diseños exclusivos o modelos de alto rendimiento, con precios al nivel de los modelos más avanzados de las marcas punteras.
UN PROCESO MINUCIOSO
Un metro, yeso, un cubo de agua… Los materiales para la fabricación del negativo de los pies pueden parecer extraños en un primer momento, pero se entienden rápidamente cuando Orlando explica todos los pasos y la necesidad de tener una copia exacta de nuestro pie para obtener una zapatilla 100% adaptada. La medición (Foto 1) de la anchura del empeine, la longitud de los dedos, la circunferencia del tobillo… es el primer paso antes de colocar el pie en una especie de cuña sobre la que se realiza un proceso similar al de escayolado. Empapadas en agua y yeso, se colocan gasas (2 y 3) que se endurecen progresivamente adaptándose a la forma del pie. Una vez que el molde está seco, se corta (4) siguiendo el tubo de plástico colocado para que sirva de guía. Ya tenemos la forma de nuestro pie, que servirá para construir una zapatilla con las medidas exactas y con los parámetros que deseemos para su personalización.
NUESTRAS CARBONE RADICAL
Muy ligeras (428 gramos el par), corporativas con los colores de nuestra revista hermana Bicisport… y extremadamente duras. Nuestra primera impresión con las zapatillas al ponerlas vestidos de calle fue de una enorme rigidez, comparable a marcas que utilizan grandes planchas de carbono y refuerzos en los talones como Lake o Bont. Siguiendo los consejos de Orlando, las utilizamos primero en casa, aplicando calor en un secador en la parte superior para adaptarlas al empeine y posteriormente las usamos en una salida corta de recuperación tras una carrera máster. Aumentamos la duración de las salidas y en una semana completamos casi 4 horas sin molestias destacables, sólo pequeños roces por nuestra manía de apretar demasiado los diales.
Los dos cierres de cable que incluyen nuestra zapatilla están por debajo en cuanto a la calidad de los BOA o Atop que dominan el mercado, un detalle que se puede configurar y que ya está disponible para la personalización. Sobre la bici, la sensación de rigidez es muy perceptible, al nivel de las dos marcas antes citadas, aunque la generosa plataforma donde se atornilla la cala impide sentir molestias en la planta. Quizá echamos en falta un poco más de ventilación, aunque esto es subsanable eligiendo una parte superior más ventilada, un aspecto que nosotros decidimos supeditar al de la rigidez de la suela. En resumen, una zapatilla que en nuestro modelo hace honor a su nombre -Radical- porque nosotros lo quisimos así, pero que, gracias a la posibilidad de elegir materiales y diseños, puede adaptarse a las necesidades de los que buscan modelos menos deportivos.
Más información en la página web de Carbone Radical