Prueba de larga duración: SRAM Red eTap

Rodamos 10.000 kilómetros con el grupo electrónico inalámbrico de SRAM y analizamos si cumple las grandes expectativas que despertó tras un año de uso.

José Vicente Gisbert / Fotos: Álvaro Palomar

Prueba de larga duración: SRAM Red eTap
Prueba de larga duración: SRAM Red eTap

A estas alturas, dudamos que algún lector desconozca qué es un grupo eTap tras el revuelo que despertó su presentación el pasado año y su presencia en distintos test en los que la bicicleta que probamos incluía como montaje el grupo estrella de SRAM, alabando su excelente funcionamiento y la limpieza de líneas gracias a la ausencia de cables y fundas de cambio. Pero todavía no lo habíamos sometido a la prueba más dura y temida: un test de larga duración en el que salen a relucir todos los defectos -y se confirman sus virtudes- tras varios miles de kilómetros de duro trato por todo tipo de carreteras, per­files y condiciones climatológicas.

Desde la sede de SRAM en Alemania nos ofrecieron la posibilidad de probar un grupo completo Red eTap, acompañado de unas Zipp 404 y otros componentes de la marca, todo ello montado en una ligerísima Focus Izalco Max. Para implicarnos más en el test, SRAM se desplazó a la redacción de Bicisport para que nosotros mismos instalásemos el grupo para así conocer de primera mano lo fácil que resulta montarlo. Nada que ver con otros grupos en los que pasar los cables de cambio -electrónicos o no- por el interior del cuadro se convierte en una pesadilla.

En esta ocasión ha habido tortas para decidir quién se estrenaba con ella, imponiéndose -por jerarquía- nuestro director Sergio Palomar, que pedaleó con ella 1.584 kilómetros; al que siguió nuestro jefe de pruebas Joaquín Calderón añadiendo 1.070 km; y los restantes hasta completar los 10.012 kilómetros totales de la prueba, el que éstas líneas escribe.

¿Cómo va?

Esta es la pregunta que más hemos escuchado durante el test. “¡Impecable!” fue nuestra sincera respuesta. A lo largo de los 10.000 kilómetros de la prueba no hemos fallado ni un sólo cambio; pulsar las levas -la derecha para bajar coronas, la izquierda para subirlas y las dos a la vez para cambiar de plato- se ha traducido siempre en una respuesta instantánea del cambio delantero o trasero. Tampoco ha sufrido ningún tipo de interferencia con otros grupos eTap que rodaban junto al nuestro, o de otras señales inalámbricas. Los únicos problemas que han aparecido –ningún grupo es perfecto- los tenéis descritos con detalle a lo largo del texto.

Alguno debido a errores de juventud que han sido resueltos con rapidez por SRAM y en otros asumimos nuestra culpa al ignorar el correcto ajuste de algún componente rebelde. Otra cuestión que siempre ha acabado saliendo a la luz mientras cambiábamos impresiones sobre el grupo con otros ciclistas, es si merece la pena pasarse a un eTap. Aunque damos pistas sobre la respuesta en el apartado “Todo lo que siempre quisiste saber...”, cada cual debe valorar si le compensa o no una inversión -elevada en este caso, no olvidemos que es un grupo tope de gama- en algo que no le va a convertir en mejor ciclista, pero sin duda sí que logrará aumentar el placer de pedalear con la última tecnología.

1 Reprogramación. Durante los primeros kilómetros a veces nos confundíamos de leva de cambio al estar habituados a otros grupos, pero tras unas horas de uso ya no tienes que pensar dónde debes pulsar para cambiar de corona o plato. Si os fijáis en la parte delantera del cuerpo de la maneta, a ésta le falta material debido a una caída -la única- durante el test, pero no se ha roto ni ha afectado al funcionamiento del freno o el cambio. Sólo es una “herida de guerra”.

2 El desviador delantero nos dio algún quebradero de cabeza al rozar con el interior de la biela derecha cuando pedaleábamos con el plato grande engranado. Intentamos regular su posición, pero no nos fue posible debido a que la pieza que hace de tope en el cuadro nos lo impedía y no nos dábamos cuenta. Tras aflojar el tornillo que lo fija, pudimos ubicar el desviador en posición correcta. No volvió a dar problemas.

3 Error de juventud. Junto al ya comentado roce de la pletina externa del desviador, también marcamos la biela derecha con el tornillo inferior que hace de tope del desviador en el plato pequeño -el otro pasa cerca-. El problema ya ha sido solucionado por SRAM reduciendo la longitud de los tornillos en las series actuales y reemplaza de forma gratuita las afectadas.

4 Tornillo rebelde. Al tratar de desmontar los platos para engrasar los puntos de contacto y así eliminar crujidos -aunque al final el culpable de los ruidos resultó ser un casete flojo-, nos encontramos con la sorpresa de unos tornillos que estaban durísimos debido al pegamento de roscas que monta de serie. Pasamos la cabeza de uno de ellos -son de aluminio- y tuvimos que quitarlo taladrándolo.

5 ¡Larga vida a la cadena! Al igual que en otras pruebas de larga duración, hemos medido el desgaste de la cadena, que en este caso -una SRAM Red 22- se encontraba sólo a la mitad de su vida útil. Cada vez estamos más convencidos de las bondades de los lubricantes de cera que hemos utilizado durante el test, aunque a costa de necesitar una aplicación más frecuente respecto a otros basados en aceite.

6 Más opciones para cambiar. Los pulsadores independientes -llamados Blips- son el típico componente que al principio no utilizas, pero que cuando lo haces se vuelve imprescindible. Los hemos empleado sobre todo subiendo puertos, pero también al pedalear relajados en el llano con las manos en la parte superior del manillar. A los 7.000 km el derecho se volvió algo perezoso, debiendo pulsar un poco más fuerte que al inicio del test para que funcionase. Desde SRAM nos confirmaron que se puede cambiar por uno nuevo sin coste.

7 Todo un lujo. Las Zipp 404 de nuestra Focus llamaban tanto la atención que casi logran eclipsar al eTap. No nos dieron ni un solo problema, manteniéndose perfectamente centradas, con un rodar suave y sin holguras durante todo el test. Sólo echamos de menos un perfil más bajo en la rueda delantera en días muy ventosos.

8 Toque personal. Aunque no dudamos de la calidad del sillín de serie -un fi’zi:k Arione R5-, hemos preferido montar, sin abandonar el catálogo de la marca de Pozzoleone, un Antares Custom:Made que nos fabricaron con los colores de la revista y del que pudísteis conocer sus bondades en este test.

9 Adaptación. Para poder mantener nuestras medidas en la diferencia de altura entre el sillín y el manillar sin tener que cambiar la potencia, no hubo más remedio que sustituir la curiosa tapa de la cazoleta de dirección -de plástico y regulable para quitar la holgura- por una convencional de aluminio, pero rebajada al máximo con el torno para disminuir su altura. La fina arandela sobre ella es necesaria para que la potencia no toque con la tapa de la cazoleta.

10 Cuestión de frenos. Al no estar disponible la versión eTap para discos hidráulicos al mismo tiempo que la versión para frenos convencionales, no nos quedó más remedio que utilizar los ya más que probados puentes Red y sentir sana envidia cuando veíamos bicicletas con la nueva versión hidráulica. Excepto en días lluviosos o en descensos muy rápidos y revirados, en los que para frenar hay que aplicarse un poco más de lo habitual, no hemos necesitado más potencia o modulación.

TODO LO QUE SIEMPRE QUISISTE SABER SOBRE EL ETAP Y NO TE ATREVISTE A PREGUNTAR

¿Qué diferencia de peso hay respecto a los grupos electrónicos de la competencia? ¿Y con la versión mecánica Red 22?

Un grupo completo eTap pesa alrededor de 100 g menos que el Dura-Ace Di2, unos 145 g más ligero que un Campagnolo Super Record EPS y 100 g más pesado que la versión mecánica del SRAM Red 22. ­

¿Es más suave y preciso que otros grupos electrónicos?

Es difícil igualar o superar un Shimano Di2, pero no echamos en falta más suavidad o precisión en el eTap. ­

¿Se puede personalizar la velocidad de los cambios múltiples de coronas?

No, es ­fija. Conseguiremos cambios más rápidos pulsando y soltando la maneta correspondiente. ­

¿Se puede montar junto a componentes de otras marcas?

Excepto las manetas y los dos desviadores -que deben obligatoriamente ser eTap-, podemos utilizar bielas, platos, cadena y casete de otras marcas si son compatibles con 11 coronas. ­

¿Para qué sirve el dispositivo USB que incluye el grupo?

Para enlazar el eTap con un ordenador, pero todavía no está disponible el software. Quizá más adelante.

¿Cuánto duran las baterías?

Depende de las veces que usemos los cambios en cada salida, pero apurando podemos llegar en el trasero a los 1.500 km y el delantero un 50% más. ­

¿Y las pilas de las manetas? ¿Es fácil sustituirlas?

Unos dos años de duración según SRAM. Sí, van alojadas bajo una tapa sujeta con tres tornillos. ­

¿Se descargan con rapidez las baterías si no utilizamos la bici?

No. Cuando un sensor advierte que la bicicleta está parada, el sistema de comunicación se desconecta tras unos segundos para ahorrar carga. ­

¿Qué ventajas tiene que las baterías de cambio y desviador sean intercambiables?

Si se agota en marcha la carga de la ubicada en el cambio trasero, podemos parar para cambiarla por la otra y seguir cambiando coronas pero no de plato. ­

¿Qué pasa si agotamos las dos baterías en ruta?

Puede ocurrir si eres muy despistado. En este caso tendremos que pedalear con la combinación plato/corona engranada hasta que las recarguemos. ­

¿Hay interferencias con otros dispositivos inalámbricos?

No. Utiliza un protocolo de comunicación exclusivo de SRAM llamado Airea. ­

¿Puedo usarlo con sólo un plato?

Sí, funciona sin el desviador delantero, pero no podremos usar una corona grande con más de 28 dientes, excepto si montamos el recién estrenado cambio WiFLi de caja larga.