Cuando alguien habla de dinamos siempre hay quien se lleva las manos a la cabeza “¡de dinamo, nada!, eso pesa, roza, emite poca luz, falla mucho, es caro, incompatible con mi bici, complicado de instalar, feo, poco aerodinámico...”. Sin embargo, no tiene por qué ser así si elegimos un sistema de luz adecuado y lo instalamos correctamente. Veremos que la tecnología ha evolucionado considerablemente en los últimos años, aportando emisores LED cada vez más eficientes, ópticas novedosas optimizadas para sacar lo mejor de los LEDs y tenemos, sobre todo, generadores eléctricos más ligeros, compactos y eficientes.
Criterios a valorar
Enfocando este asunto hacia el ciclismo deportivo de larga distancia, tendremos en cuenta:
- Potencia, ancho y homogeneidad de la iluminación de la calzada por delante del ciclista para ver claramente la mayor cantidad de carretera.
- Eficiencia energética, es decir, el roce de la dinamo eligiendo la que robe menos energía.
- Ligereza y aerodinámica.
- Precio, cómo no.
- Fiabilidad y resistencia a la intemperie y a golpes fortuitos.
- Bondad del diseño para no deslumbrar a los demás usuarios de la vía.
Un sistema de luces de dinamo completo consiste básicamente en tres componentes: un foco delantero, un generador o dinamo y una luz trasera.
Focos delanteros alimentados por dinamo
El ciclismo deportivo nocturno por carreteras sin alumbrado público requiere un foco potente para iluminar la calzada varias decenas de metros por delante del ciclista. En llano necesitamos ver bien como mínimo unos 30 metros hacia delante y si pudieran ser 60 metros, mejor. Si bajamos un puerto de montaña, las necesidades de iluminación se multiplican. Los fabricantes suelen expresar la potencia de sus focos en lumen y/o en lux. Un lux es un lumen por metro cuadrado. Para uso fuera del asfalto la potencia lumínica expresada en lúmenes nos puede ayudar a seleccionar el foco adecuado, pero en caso de uso en carretera es un criterio muy insuficiente. Necesitamos mucha luz (es decir, muchos lúmenes) sí, pero la luz debe estar homogéneamente repartida sobre la calzada hasta muy lejos por delante del ciclista y sin deslumbrar el tráfico que viene de frente. Dada además la escasa potencia eléctrica disponible, estamos ante un reto que pone a prueba el nivel tecnológico en electrónica y en óptica de cada fabricante. La cantidad de lux anunciada por el fabricante nos da una idea del alcance del foco: cuantos más luxes, más lejos por delante de la bici podremos ver la calzada. Pero la cantidad de luxes no dice nada sobre el ancho del haz de luz -es deseable que sea bastante ancho- y tampoco dice nada sobre reparto de luz -preferible que sea muy homogéneo entre la bici y la zona lejana donde aterriza la parte más potente del haz de luz. Tan importante como la potencia del propio sistema de LEDs son los reflectores que se usan en los focos, es decir, la parte de espejo que está detrás del LED. Los reflectores con forma de cuchara son los más usados en los mejores focos de bicicleta disponibles en el mercado. Existen buenas ópticas de distinto diseño pero hemos de mencionar que los sencillos reflectores con forma de paraboloides de revolución -frecuente en linternas diseñadas en China- no son idóneos para uso deportivo en carretera. Otra variable a considerar a la hora de adquirir un foco es que éste disponga de una superficie reflectante que permita reflejar la luz recibida, dado que legalmente en España para circular por la noche debe existir este dispositivo. Casi todos los focos lo traen pero hemos estar pendientes de este detalle. Para concluir, os presentamos algunas luces de altas prestaciones diseñadas para su uso con dinamo en bicicleta.
Es el foco tope de gama de esta marca que pretende ser el líder tecnológico del sector. 70 lux a 10 metros, haz de luz modélico, muy ancho y homogéneo. Peso 136 g, precio 90 €.
Ofrece otros modelos adecuados para ciclismo deportivo de carretera. Por ejemplo el IQ Cyo Premium: 80 lux a 10 metros, 100 g y 75 €. O el pequeño pero potente Eyc: 50 lux, de tan solo 70 g y 50 €.
Es el tope de gama de la marca holandesa. 70 lux a 10 metros, haz de luz ancho y una homogeneidad muy regular y aprovechable; 130 g y 55 €. Existe otra versión con puerto USB y enfoque automático por unos 30 € más.
El más potente de los focos de bici alimentados por dinamo. Más de 90 lux a 10 metros con un haz de luz excelente: ancho y homogéneo. Curiosamente, lleva un re ector fabricado por la casa Busch&Müller. 110 g con el soporte de sujeción y 140 €.
LA LUZ TRASERA
Tan importante es ver cómo ser vistos y aquí entra en juego la luz trasera. A continuación mencionamos algunos consejos que quizá sea conveniente considerar:
Deben cumplir su función, es decir, ser vistas. Pero su potencia y colocación deben ser tales que si rodamos en grupo no cansen al ciclista que va detrás. Por experiencia sabemos que si vas detrás de alguien con una luz roja potente, te acaba agotando. Hay que orientar el haz de luz horizontalmente hacia atrás y no hacia el cielo. Existen modelos alimentados por pilas o por dinamos. Olvidaos de las pilas, mejor instalad una luz trasera de dinamo. Aunque instalar sus cables en una bici semi-deportiva de carretera sin que rompan demasiado la estética o sean molestos puede ser un quebradero de cabeza importante. Las mejores en cuanto a robustez-fiabilidad-luminosidad son las que se instalan en transportines. Pero estos artilugios aún en el mundo randonneur no son aceptados por muchos ciclistas que tienen una visión muy deportiva de todo este mundo de la larga distancia. Sin embargo, un transportín con una buena luz trasera puede ser una magnífica opción. Casi todas tienen un modo parpadeante, pero hemos de saber que este modo no es legal en algunos países y es necesario ponerlos en modo fijo para evitar ser multados. Es muy interesante una característica que tienen algunos de estos focos y es la existencia de un LED de iluminación lateral, o al menos sería deseable que el foco tenga una disposición de los LED que permita que se observe desde ángulos amplios. En casi todas las pruebas de larga distancia de 1.200 km, en la revisión previa que se hace a las bicicletas los focos traseros y delanteros son los elementos más vigilados y generalmente se pide mostrar repuestos de las pilas, se exigen dos focos traseros y otras normas relacionadas con la iluminación. Algún ciclista puede verse tentado a reducir el asunto de la iluminación trasera a una mera cuestión legal, pero has de saber que ir sin una buena iluminación trasera es muy peligroso porque el conductor de otro vehículo, sea coche, bicicleta o lo que sea, puede no vernos y el riesgo de accidente se dispara.
La próxima semana completaremos este artículo con la descripción de algunas dinamos y un pequeño análisis de variables a considerar si optamos por implementar focos de pilas en nuestra bicicleta.