Los discos están cada vez más presentes en los catálogos de los fabricantes de bicis. De hecho, muchas de las novedades para el próximo año son sólo la introducción de este sistema de frenos en las gamas más deportivas, el segmento en el que, tras la aceptación en las de ciclocross y granfondo, más dificultades están teniendo para despegar, sobre todo por las limitaciones que la UCI ha impuesto. El gran problema que solemos encontrar en estas bicis respecto a sus hermanas con frenos tradicionales es el aumento de peso, un aspecto en el que, además de la suma del añadido por el refuerzo del conjunto cuadro / horquilla y el grupo específico para discos, las principales responsables son las ruedas, donde aún no existe una oferta de gama media con un peso contenido que permita equilibrar los costes de las bicis montadas.
Sí hay, sin embargo, opciones de gama alta de diferentes fabricantes, como Zipp, que dispone de versiones de freno de disco en todos sus modelos, incluso de la lenticular Super-9 que presentó a finales de agosto. Más tiempo en el mercado, casi dos años, lleva esta versión para discos de sus afamadas 202, las ruedas de carbono con menos perfil de su gama -32 mm-, que comparten llanta con la versión para frenos tradicionales, por lo que en ella nos encontramos una innecesaria pista de frenado. Es un punto que seguro que Zipp subsanará con una llanta específica en unas ruedas que durante varios meses probamos a la par que las 202 de la BH Ultralight de la prueba de larga duración.
Más allá de la carretera
Ligeramente más pesadas, apenas 100 gramos -la mayoría en la delantera por sus 4 radios más para el montaje a dos cruces, en vez de radial-, las sensaciones de reactividad fulgurante de sus hermanas se reducen en la dirección, aunque la disposición de los radios mejora aún más su absorción utilizando las mismas cubiertas de 25 mm, a lo que también contribuye su anchura interior de casi 17 mm que permite que las cubiertas aumenten su balón.
De cualquier manera, han reducido considerablemente, hasta en casi medio kilo en el caso de la Lapierre Xelius 600 Disc, el peso de las bicis que hemos utilizado para la prueba, mejorando su comportamiento de manera significativa. Utilizan los bujes 77/177 que la marca estrenó en las Firecrest, que no cuentan con ajuste de precarga porque la marca incide en que no es necesario, un aspecto que hemos probado en anteriores test y que corroboramos de nuevo, ya que los rodamientos no han cogido la mínima holgura. En el trasero, el núcleo es el tradicional de tres trinquetes, una característica que en próximas versiones seguro que cambiará para adoptar el Cognition de las nuevas NSW, pero que ha demostrado su fiabilidad de engranaje para el uso que le damos la inmensa mayoría de los usuarios.
Según Zipp, estas 202 para discos están preparadas para aguantar un uso más exigente en el incipiente segmento del gravel, un aspecto que hemos probado con cubiertas de 30 mm, aunque sólo por pistas relativamente sencillas sin piedras ni raíces. El motivo, además de que nos ha dado reparo dañarlas, es que no es posible tubelizarlas como las Course 30 que probamos hace ya un tiempo en el montaje de la Cannondale Synapse monoplato. No es su uso principal, aunque sería un buen detalle a revisar en el futuro, y tampoco decidirá la compra de unas ruedas que se presentan como una de las mejores opciones -al exclusivo precio de Zipp, eso sí- que existen en la actualidad en el mercado.
Lo mejor
» Ligereza.
» Comodidad.
» Resistencia.
Lo peor
» Con pista de frenado.
» No compatibles con tubeless.
Ficha Técnica
Medidas:ancho ext. 25,5 mm; ancho int. 16,4 mm; perfil 32 mm
Peso: 1.555 g (del.719 g; tras. 836 g)con adaptadores de9 mm)
Cierres: 89 g
Incluye: adaptadores de 12x100 mm; 12x125 mm; 12x135 mm; 15x100 mm
Precio: delantera 1.150 €; trasera: 1.350 €
Distribuidor: Team Bike, 965 681 554