En ocasiones, por no sentenciar que es lo que ocurre en la mayoría de los casos, asociamos los cuadros fabricados a medida con bicicletas de colección, solamente destinadas a satisfacer el placer sensorial de los ciclistas más sibaritas, y olvidamos que uno de los objetivos de tener una bicicleta única es, además de obtener una estética personalizada cuidando los detalles con mimo, la búsqueda de una máquina que se adapte a nuestro estilo de conducción, algo que nos acerca, y por qué no aspirar a ello, a lograr nuestro máximo rendimiento.
DETALLES CUIDADOS. Un sillín personalizado para Sarto, con carcasa y raíles de carbono y tapizado en piel, finaliza un conjunto diseñado con mimo.
Con más de 60 años de historia a sus espaldas, la marca italiana fomenta con orgullo el ‘Handmade in Veneto’ que lucen sus bicicletas. Las 2.500 unidades que produce al año en su fábrica, equipada con cuatro hornos, una sala aséptica en la que se hacen las láminas de carbono y dos cabinas de pintura, siguen un estricto control de calidad que respeta los valores de la empresa, que ha cimentado su crecimiento en la personalización total de las bicicletas según las peticiones de los usuarios. Desde la longitud de los tubos, para obtener una geometría específica, hasta los últimos detalles como la colocación de los adhesivos, el cliente puede controlar un proceso de elaboración con infinidad de opciones: diferentes cajas de pedalier, refuerzos de titanio o kevlar en puntos críticos, enrutamiento interno de los cables, la posibilidad de equipar tija integrada, etc. Todo al milímetro para honrar el nombre de la marca, que en italiano significa ‘sastre’.
ORGULLO ITALIANO. La marca presume de que los 2.500 cuadros que produce anualmente se construyen a mano en su fábrica, situada muy cerca de Venecia.
La Sarto Dinamica es estéticamente arrebatadora y ha sido desarrollada con el foco puesto en la deportividad, para lo que se utiliza en su construcción un carbono de alto módulo Torayca M46J que consigue un cuadro de sólo 880 gramos y un ratio peso / rigidez al nivel de los cuadros más desarrollados del mercado. Además de a petición del cliente, el cuadro está disponible en siete tallas, desde la XXS, con 50,5 cm de tubo horizontal, hasta la XXL, con 59 cm, un amplio rango con el que la marca italiana cubre las medidas más habituales. El catálogo de Sarto se completa con otros cinco modelos de carretera -uno de ellos para frenos de disco- y uno específico para triatlón.
NOMBRE PROPIO. La firma en el tirante derecho marca el signo de distinción a los cuadros de la marca italiana.
En la calle, la Dinamica roba miradas y hace sentir al ciclista como poseedor de una bicicleta que roza la categoría de joya. Ya no sólo por pedalear sobre una bicicleta única, sino por disfrutar de unas prestaciones deportivas muy radicales - agilidad y rapidez de reacciones en la parte trasera y una dirección con respuesta directa- que exigen al usuario cierta experiencia y una conducción precisa. Sarto defiende que no tiene miedo a la competencia y su afirmación, aunque suene un poco pretenciosa, tiene sentido porque están posicionados en un exclusivísimo nicho de mercado junto a un número muy reducido de marcas. De hecho, muy pocas bicicletas de las que hemos probado han llamado tanto la atención ni suscitado tantas preguntas. Una pérdida de intimidad asumible por disfrutar de ella.
INTEGRACIÓN TOTAL. El terminal para cargar los grupos electrónicos queda fijado en la parte inferior del eje de pedalier.
P.V.P. Cuadro y horquilla: 3.200 €