Con un amanecer próspero pero a su vez fresco, comenzaron a llegar los primeros participantes, gota a gota el grupo se iba haciendo cada vez más grande. Para esta primera edición tuvimos la suerte de estar acompañados por Gari Bravo, corredor del Caja Rural que horas antes fue confirmado como nuevo fichaje del Euskaltel-Euskadi.
El grupo se puso en marcha camino de Elizondo, compacto y ordenado, lo que facilitó el paso por el tramo más complicado en cuanto a tráfico. Tras atravesar la localidad de Irurita comenzaba la ascensión a Artesiaga, primera cota de la jornada, 12 kilómetros que cada pelotón afrontó a ritmos diferentes. Los kilómetros pasaban y el sol ganaba la partida a la niebla, escenario perfecto para disfrutar de unos kilómetros montañosos. Descendido Artesiaga, llegó el avituallamiento gentileza de Kastonea y Maxim, momento de bromas, saludos y alguna que otra anécdota para la posteridad. Ya en carreteras galas, el grupo rodó en busca del último collado de la jornada, el mítico Izpegui,icono de la prueba, que recibió a los participantes con un sorpresivo nuevo asfalto y un sol de justicia. Cada uno, poco a poco y a su ritmo, afrontó las constantes rampas del puerto franco-navarro que comparte vertientes. Tanto de manera individual como en grupo, los participantes coronaban la cima donde eran recibidos por los más aventajados. Fotos para la posteridad antes de emprender de manera conjunta la veloz bajada hacia Erratzu, punto y final a la primera parte del evento. Tras la ducha, comida opcional en familia degustando un exquisito menú de la zona con las alubias como carta de presentación. No hay nada mejor que una salida en bici y un buen menú para rematar el día.
La primera edición de la Kastonea-Beloki es historia y los organizadores ya piensan en la siguiente. Agradecer desde la organización a Ciclismo a Fondo, Campagnolo, Hormigones Vascos, Zirauna, Maxim y a cada uno de los voluntarios sin cuya colaboración esto no hubiese sido posible. En breve se anunciará la fecha de la próxima edición.