Cuántas veces hemos escuchado en los corrillos este debate, sobre todo en plena primavera, en las cercanías la cita oscense. Que si las marchas no son marchas y son carreras encubiertas, que si no se deberían coger tiempos, que si cada uno va al ritmo que quiere, que si quieres correr vete a las carreras, etc?.
Sin embargo, hay una marcha por estos lares que aúna ambas vertientes, una marcha diseñada para satisfacer a todos los públicos. Así que acudimos a comprobarlo por nosotros mismos a tierras Navarras.
La concepción de esta marcha es muy simple. Se trata de una marcha de ritmo libre con un recorrido de enorme dureza a ambos lados de la frontera. En una zona plagada de puertos relativamente desconocidos en el entorno del bosque de Irati, que sin duda resulta ser lo mas duro del pirineo por la concentración de ascensiones en pocos kilómetros y la gran dureza de todas ellas. No hay tiempos, ni clasificaciones salvo en un tramo de la misma, la ascensión al exigente Larrau, donde se realiza una cronoescalada controlando el tiempo con chip. De esta forma se consiguen matar dos pájaros de un tiro, ya que aquel que va a disputar la crono realiza el resto de la marcha a un ritmo muy tranquilo y la cronoescalada a un puerto con tanta fama como Larrau resulta un gran aliciente para los mas competitivos, mientras que para los mas turísticos teníamos un recorrido de nada menos que
La primera parte de la marcha transcurre por la carretera que nos lleva desde Ochagavia en dirección a Pamplona. Es el típico terreno del norte, rodeado de prados y con constantes tachuelillas. Mi intención en esta marcha es probarme en la subida al Larrau de cara a la Quebrantahuesos así que voy a un ritmo suave, charlando con los compañeros y disfrutando del entorno. Hacia tiempo que no me tomaba una marcha en este plan. En la localidad de Aribe, nos desviamos para adentrarnos en la montaña en dirección a Fabrica de Orbaizeta donde la organización nos ha puesto una pequeña encerrona en forma de durísima rampa de hormigón con porcentajes del 20%, un preludio de lo que nos vamos a encontrar desde aquí al final, con lo que conviene avituallarse bien en la citada localidad antes de afrontar la ascensión a Azpegi donde cruzaremos la frontera. A partir de aquí las carreteras se vuelven estrechas pistas asfaltadas, rugosas, donde cuesta hacer avanzar la bici y los duros porcentajes comienzan a ser una constante. Sin embargo lo duro de verdad llegará tras descender hacia Esterenzubi donde afrontaremos el infernal puerto de Errozate-Artaburu. Mirar su altimetría simplemente asusta. Con kilómetros enteros mas allá del 12%. Por muy tranquilo que sea el ritmo, estos porcentajes hacen daño en las piernas. Aunque la recompensa en forma de bosques y profundos valles que nos rodean bien merece la pena tanto sufrimiento.
Coronado Errozate, nos adentramos en una zona de alta montaña entre praderas e intrincados valles buscando la salida por el Col de Irati/Bagargui, otro puerto Tour, aunque su cara dura sea la que nosotros vamos a descender buscando la localidad de Larrau, comienzo del puerto homónimo donde la alfombra del chip nos indica que es el momento de gastar las fuerzas que nos queden. Se acabo el ver los paisajes y sacar fotos y es el momento de luchar contra los minutos y los segundos. 12 kms de dura agonía donde luchar contra uno mismo, contra el compañero de grupeta o como hacían muchos, ignorar que llevamos un chip y continuar como en el resto de la ruta.
Terminamos con el relajado descenso hacia Ochagabia donde la habitual comida a base de pasta pone fin a una gran jornada de ciclismo mientras como comentaba antes, en el ambiente se ve que la sensación general de todos los participantes es de satisfacción mientras nos apuntamos la fecha para futuras ediciones.
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