Gracias a la facilidad de comunicación de las modernas redes sociales se ha difundido una realidad que ya causaba problemas hace más de una década entre los cicloturistas federados
Internet es
una gran herramienta de
comunicación. El mundo entero está a un "clic" y la
información fluye sin cesar. Lo que hoy conocemos gracias a este avance hace
algunos años era poco menos impensable. Gracias a Internet hemos sabido que las
pólizas de los seguros federativos poseen tales exclusiones que, por ejemplo,
pueden dejar a un ciclista atropellado sin cobertura médica. Hemos analizado
las pólizas, interactuado con personas que no han podido reclamar
indemnizaciones a los seguros federativos porque no había tramitado la correspondiente
Territorial este seguro -por motivos burocráticos y
crematísticos a mas INRI- a un federado que causó un accidente por descuido a
un tercero, aun habiendo este federado en cuestión abonado su licencia
religiosamente.
Hemos
puesto en evidencia cómo los seguros de la Mutualidad General
Deportiva, esos que tienen la mayoría de las Territoriales e
incluso la RFEC, están claramente por debajo de los mínimos al excluir los
atropellos o la posible negligencia o descuido del ciclista, por no mencionar
que los que utilicen licencia de un día en las Territoriales que suscriben los
seguros con la MGD poseen unas coberturas limitadas a 3.000 euros de
cobertura sanitaria en vez de 18 meses de gastos médicos ilimitados a los que
la Ley obliga...
Hemos
colgado de la Red las pólizas y los anexos plagados de exclusiones que se han
ido renovando desde el 2004 y que siguen vigentes, pero... ¿y qué pasaba antes,
cómo nos enterábamos de lo que ocurría?
Antes del
año dos mil pocos eran los que utilizaban Internet. Por no existir, creo que la línea ADSL era un
futurible por popularizar, y los documentos se enviaban por el popular fax.
Pero existía un arma de interacción que nunca pasará de moda: las cartas al
director.
El otro día
estaba hojeando un ejemplar antiguo de Ciclismo a Fondo, y me llevé un enorme
pasmo. Un cicloturista ya denunciaba en 1997 que la Mutualidad General
Deportiva le había dejado sin coberturas y que se veía
obligado a pagar de su bolsillo los gastos médicos. Lo curioso es que la propia Federación
Madrileña trató de mediar y no logró sus objetivos de que la
MGD se hiciera cargo de este accidente. O sea, que el caso es conocido y acabó
en fracaso. Evidentemente no se pusieron los medios para que no volviera a
suceder.
El delito
del ciclista federado fue ser víctima de un accidente por atropello, y nuestro
maravilloso seguro no contemplaba lo que la MGD denominaba "accidente de
circulación". O sea, que un ciclista que está entrenando, según la MGD
debería irse al velódromo porque cualquier contingencia con vehículo a motor
será considerado accidente no deportivo.
Como vemos,
todo lo que denunciamos viene de antiguo, e incluso desde 2004 existen en la
póliza suscrita con la MGD las exclusiones por atropello de modo explícito,
luego que no nos vengan a vender ninguna moto ni emitir certificados que
incitan a la confusión, que las cosas están muy claritas y las intenciones,
más.
Os
pregunto: ¿cuántos se habrán quedado sin cobertura y simplemente desconocemos
sus casos? ¿Por qué el Presidente de la Madrileña de turno, en vez de "tranquilizar" a todos sin cambiar una coma de las pólizas, no se dedica a
derogar unas exclusiones o a contratar con otra compañía un seguro acorde con
los mínimos legales?
En mi época
en la que tuve ocasión de asesorar a Castaño, anterior Presidente de Madrileña,
ya en febrero del año pasado mandamos un correo a la MGD pidiendo que se
derogaran un buen número de exclusiones. La MGD se negó en redondo, recalcando
su negativa a eliminar las exclusiones por atropello o descuido del
ciclista. Seguí buscando, por indicación de la Asamblea, otros seguros, y
cuando ya gestioné para Madrileña un borrador de otra Compañía en la que no
existían exclusiones, ya se había renovado la póliza de la MGD en idénticas
condiciones que nos perjudican a los ciclistas.
Yo no
tengo la culpa de vuestros errores, pero los federados tampoco. Y los
Presidentes de los Clubes, las Juntas Directivas y los propios clubes no tienen
por qué ser responsables civiles o penales de lo que, en puridad, es
responsabilidad única de las Federaciones.
Pulsa en este enlace para leer la "carta al director" que publicamos en su día.