Como cada temporada por estas fechas, y ya van 24, las carreteras de la costa sur de la isla de Gran Canaria se han llenado de cicloturistas que, en su gran mayoría, huyendo de los primeros fríos invernales, han seleccionado esta actividad para alargar un poco más el periodo anual de pedaleo.
En esta ocasión la cifra de participantes se ha visto ligeramente mermada, la Vuelta a Maspalomas no es ajena a la crísis económica por la que atraviesa nuestra economía, máxime tratándose de una actividad de muchos días de duración, en la que a los gastos de desplazamiento hay que añadir los de alojamiento y comidas. Aun así, más de 200 cicloturistas, la mayoría acompañados por sus familiares más cercanos, han decidido comenzar el mes de diciembre disfrutando del sol grancanario.
Comienzo clásico
Mejorar lo que ya es bueno no es siempre sencillo, y si algo hay que ensalzar de la Vuelta Cicloturista de Maspalomas son sus excepcionales rutas programadas. Pero cada año, Ángel Bara, su meticuloso organizador, siempre sorprende con alguna nueva alternativa para completar los recorridos más clásicos. A la vista de los rutómetros es fácil analizar que la longitud y dificultad va en orden creciente según avanzan los días, de manera que la aclimatación a los perfiles de la isla se produce de manera gradual.
La primera etapa, la más clásica, se disputó en la tarde de la primera jornada: se trataba de cubrir los 35 kilómetros que llevaron al pelotón a subir hasta el Mirador de Ayagaures (Cima Pedro González): corta, pero intensa, ya que se asciende desde el nivel del mar hasta los 400 metros de altitud en poco más de 4 kilómetros.
En ruta
Tras el prólogo de la ascensión a Ayagaures, un pelotón de cerca de 200 participantes recorrió el sudeste de la isla para ascender hasta la localidad de Santa Lucía donde, tras el avituallamiento, los integrantes del pelotón pudieron seleccionar entre dos itinerarios: uno duro, con rampas de hasta el 21% de pendiente por la variante de Taidía (Montaña Blanca) y otro, el más sencillo, cerrando el círculo de regreso a Maspalomas atravesando las localidades de San Bartolomé de Tirajana y Fataga.
La tercera jornada, programada inicialmente para visitar la ciudad de Las Palmas, fue suspendida por la Dirección Provincial de Tráfico, cambiando el recorrido por otro más pintoresco que llevaría al pelotón por la costa sur hasta la localidad turística de Veneguera.
Para la cuarta etapa, celebrada tras un día de descanso, en el que algunos aprovecharon para participar en la escalada cicloturista al Pico de las Nieves, había una sorpresa reservada: recientemente se ha asfaltado la carretera que lleva desde la cima de la Cruz de San Antonio hasta Ayacata y este sería el escenario donde el pelotón de Maspalomas pedalearía durante la mañana del 7 de diciembre. Previamente se ascendería el puerto de Soria y los tres kilómetros infernales (rampas mantenidas con más del 15% de inclinación) de la quebrada conocida como Barranquillo Andrés.
La quinta y última etapa se ascendería hasta el final del Barranco de Guayadeque, uno de los rincones más espectaculares de la geografía canaria y un hito para los cicloturistas, al celebrarse en su meta el Memorial Antonio Martín Velasco, en reconocimiento a los ciclistas fallecidos.
PINCHA EN LA FOTO PARA ACCEDER A LAS GALERÍAS DE IMÁGENES