Al norte de la provincia de Barcelona se encuentra una de las cadenas montañosas más impresionantes del prepirineo: la Sierra del Cadí que, con cimas superiores a los 2.600 metros de altura, sirve de frontera natural entre las fértiles comarcas del Berguedà y la Cerdanya, albergando en su interior un buen número de puertos duros donde poder disfrutar de auténticas subidas de alta montaña.
BAGÀ
Esta es la última localidad del Berguedà antes de entrar en el túnel del Cadí, que atraviesa el macizo y por el que pasa la carretera que une Manresa y Berga con Puigcerdà: el moderno "Eix del Llobregat".
Los orígenes de esta villa se remontan al año 1233, cuando los Barones de Pinós le otorgaron la correspondiente "carta de población", convirtiéndola en capital de la baronía. De su pasado medieval se conservan parte de las murallas, con algunos torreones y un portal, y la iglesia de Sant Esteve (siglo XIII) edificio de transición románico-gótico, que conserva en su interior interesantes piezas de orfebrería. En las cercanías y sobre el río Bastareny se alza el Pont de la Vila de época medieval.
CASTELLAR DE N'HUG
Población situada en el extremo nordeste de la comarca, en el punto de confluencia de ésta con las vecinas del Ripollés y la Cerdanya.
El mayor punto de interés turístico del municipio son las caudalosas Fonts del Llobregat, lugar del nacimiento de este río.
También merecen una pausada visita la iglesia románica de Sant Vicenç de Rus, a un lado de la carretera de la Pobla de Lillet, y donde recientemente se han descubierto importantes murales románicos y la de Santa Maria, en el propio pueblo.
GUADIOLA DE BERGUEDÀ
Esta es una de las poblaciones más extensas del Berguedà y está situada en el extremo norte de la comarca, a los pies de la Serra del Cadí. La población ha sido tradicionalmente punto de parada de descanso de los viajeros, para cuyo fin cuenta con varios establecimientos de hostelería.
Es uno de los centros de comunicación más importantes de la región, no en balde parten desde aquí las carreteras que enlazan con la Pobla de Lillet, Castellar de N´Hug, la Cerdanya, Saldes, Gòsol y el macizo del Pedraforca.
El monumento más importante de Guardiola es el monasterio benedictino de Sant Llorenç situado a un kilómetro al noroeste de la población que fue fundado en el año 898. De la edificación original queda la iglesia (románica) formada por tres naves y una cripta subterránea también de tres naves.
LA POBLA DE LILLET
Localidad construida en la confluencia de los ríos Arija y Llobregat. Esta población posee una bella plaza porticada y un puente románico, llamado el Pont Vell, con un majestuoso arco de medio punto.
En las afueras podemos visitar la iglesia de Santa Maria, antigua parroquia de la población, de origen románico.
También es interesante la visita a la iglesia de Sant Miquel de Lillet, a la que se accede por una pista que parte del pueblo, bonito edificio románico del siglo XII de curiosa forma circular.
SALDES
Población muy pintoresca situada a los pies del impresionante macizo del Pedraforca.
El acceso se realiza por la carretera que parte desde Berga a Guardiola de Berguedà, 2 kilómetros a la izquierda antes de llegar a ésta. Desde Saldes se puede continuar hasta Gòsol, desde donde, por pista de nueva construcción, se llega hasta la Seo d´Urgell pasando por Josa de Cadí y Tuixént, atravesando la Serra del Cadí y parajes de gran belleza natural. Esta es una ruta muy recomendable para los cicloturistas más aventureros.
Es una zona tradicional de actividades excursionistas y cuenta con muchos y bellos puntos de acampada, un par de refugios de montaña y el famoso mirador de la Vall de Gresolet.
En el municipio se encuentran la iglesia de Sant Martí del siglo XVII, donde se aloja una bonita imagen de la Mare de Déu de Gresolet, las ruinas del Castell de Saldes y las del monasterio de Sant Sebastià de Sull, uno de los más antiguos del país (principios del siglo X).
PUIGCERDÀ
Capital de la comarca de la Cerdanya desde su fundación en 1178, mediante carta de población otorgada por el rey Alfonso I, es uno de los mayores centros de comunicación de todo el Pirineo: por la carretera C-1313 con la Seu d´Urgell, por la N-152 con la comarca del Ripollès, por el norte con Francia (la frontera está en la misma población) y con Barcelona mediante el moderno túnel del Cadí.
Su historia está plagada de episodios bélicos debido a la situación estratégica que ostenta; entre los más devastadores destacan el de 1652 por el Duque de Noailles y el dels Segadors en 1678, a consecuencia del cual se destruyeron las murallas que la protegían.
Podemos visitar la villa empezando por la plaza de los Monjes y la iglesia parroquial gótica de Santa María. Su plaza Mayor porticada, con varios edificios renacentistas, es el punto de partida de la calle Major, arteria comercial de la villa. En la plaza de Santa Maria, se alza el gran campanario gótico de la antigua iglesia destruida durante la guerra civil del 36-39.
ALP
Es una de las poblaciones más turísticas de la Cerdanya donde abundan los apartamentos y hoteles para la temporada de esquí debido a su proximidad con las estaciones de La Molina y Masella.
En el casco antiguo de la población, se pueden visitar la iglesia de origen románico de Sant Pere, y el edificio del Ayuntamiento (Casa de la Villa), que luce una fachada neoclásica del siglo XVIII.
Los Puertos del Cadí
Las Sierra del Cadí y la de Moixeró albergan en su seno los pasos de montaña que comunican las comarcas naturales de la Cerdanya y el Berguedà. En la actualidad el túnel del Cadí es el que registra la mayor afluencia de vehículos que atraviesan este sistema montañoso, habiendo quedado relegados los puertos de montaña para el uso turístico y para dar acceso a las estaciones de esquí de Masella y la Molina. Fuera de la temporada invernal podemos disfrutar de unas carreteras con poco tráfico, disfrutando de muy buen estado de conservación.
Collada de Tosas 1800 m
Comenzamos en el kilómetro 169 de la carretera N-152, llegando hasta el P.K. 145 en el Collado de Tosas. Se trata de una ascensión muy cómoda que en ningún momento supera el 5% de pendiente, imponiendo su nivel de dificultad los 24 kilómetros durante los que se prolonga la subida.
Salimos de Puigcerdá en dirección a Barcelona y afrontamos un tramo de dos kilómetros de descenso suave que termina cuando cruzamos sobre el Segre. La subida comienza de forma paulatina debiendo superar las rampas más duras (5%) en las inmediaciones de la población de Urtx, que dejamos a la izquierda.
A medida que ganamos altura la carretera se estrecha y el firme empeora quedando rodeados por un denso pinar que se prolonga hasta donde nos alcanza la vista.
A nuestra derecha abandonamos varias pistas secundarias que se dirigen hasta la estación de esquí de La Molina, que veremos en el fondo del valle a medida que vayamos ganando altitud.
Muy cerca de la cota más alta pasamos junto a dos fuentes de agua potable y, al llegar a la cima, se unirá por nuestra derecha la carretera que desciende desde el Coll de la Creueta.
Coll de la Creueta 1900 m
Hasta la construcción del túnel del Cadí, en 1984, este era el único paso de montaña para comunicar el Berguedà con la Cerdanya y el Alt Urgel.
La ascensión comienza al salir de la localidad de la Pobla de Lillet, donde tomaremos el desvío a Castellar de N'Hug. Las primeras rampas suaves nos llevan hasta las instalaciones en ruinas de la primera fábrica de Cementos Asland. Muy cerca de la carretera, a nuestra izquierda, veremos el Chalet Refugio de Catllaràs que Eusebio Güell encargó al arquitecto Antonio Gaudí. En este punto del recorrido podemos desviarnos por una pista de grava que nace a nuestra izquierda para descender, 1 km. aproximadamente, hasta el parque Can Artigas también diseñado por Gaudí.
Volviendo al itinerario original, nos metemos de lleno en la cerrada garganta que ha excavado el río Llobregat con el paso de los siglos y superamos alguna rampa con pendientes superiores al 10%. En el punto kilométrico 4,5 descendemos ligeramente hasta cruzar sobre el cauce de una torrentera y volvemos a padecer de las duras rampas de esta subida. Antes de llegar al P. K. 6 dejaremos a nuestra derecha la Ermita de St. Vicent del Rus (románico, siglo IX, rehabilitada recientemente), distante pocos metros de la carretera por una cómoda pista de tierra.
Continuamos la ascensión, ahora de forma más regular, y atravesamos unas cascadas del Llobregat (Les Fonts) que pasan bajo la carretera atravesando un pintoresco lecho de piedra.
Llegamos a Castellar de N'Hug, un bello pueblo de estilo medieval; ahora podemos bajarnos de la bicicleta y descender, algo menos de 1 kilómetro por un sendero perfectamente marcado, hasta las Fuentes del Llobregat (también se puede visitar este lugar desde la referencia anterior pero esta alternativa es más cómoda).
Desde Castellar de N'Hug la carretera se hace más estrecha y el firme más rugoso. El arbolado desaparece dando paso a grandes praderas alpinas salpicadas con grandes bloques rocosos.
La subida se mantiene con una inclinación en torno al 7% de media durante los próximos kilómetros. Ahora disfrutamos a nuestra izquierda de una bellísima panorámica de la Sierra del Cadí, pudiendo llegar a contemplar en los días despejados la impresionante mole rocosa del macizo de Pedra Forca.
A medida que nos aproximamos a la cota más alta del paso de montaña el desnivel se reduce, llegando al 2% de inclinación durante el último kilómetro de ascensión.
El Coll de la Creueta no está marcado con ningún tipo de señalización, por lo que lo descubriremos cuando la bicicleta comience a desplazarse sin precisar del impulso de los pedales.
Continuando por esta misma carretera llegamos al Coll de Tosas después de recorrer 7 kilómetros de suave descenso.
Collada de Tosas 1800 m (por la Molina)
Este itinerario se puede enlazar con la subida directa a Tosas desde Puigcerdà, completando así un circuito anular de unos 50 km. de longitud de una gran belleza.
La subida se realiza por la misma carretera que se emplea para acceder hasta el aparcamiento inferior de la estación invernal de la Molina y que parte desde la misma localidad de Alp.
Los 5 primeros kilómetros son ciertamente desconcertantes ya que, ante la ausencia de las curvas clásicas de una carretera de montaña, esconden a nuestros ojos rampas con el 6% de inclinación que son descubiertas al sentir que las ruedas se pegan al asfalto en medio de una inmensa recta.
Rebasadas las instalaciones de La Molina, situadas en la cota 1.400, la carretera discurre por un tupido bosque de coníferas, entre instalaciones hoteleras y pequeños chalets, que le dan al itinerario un cierto aire turístico.
Cuando aparecen las primeras curvas cerradas el desnivel se acentúa, llegando en algunos tramos al 8% de pendiente, y el firme empeora.
Hacia el kilómetro 11 de la subida llegamos a los remontes superiores de la estación de esquí, disfrutando temporalmente de algún pequeño tramo llano que desaparece después de atravesar un pequeño túnel.
En el tramo final de la ascensión superamos un kilómetro con el 7% de inclinación que da paso a una larga recta que nos lleva hasta el collado de Tosas.
Cuando la carretera pierde la dureza aparece a nuestra derecha el desvío que nos lleva hasta el aparcamiento nº 5 y, posteriormente, al Coll de la Creueta.
Coll de Pal 2080 m
Esta es una auténtica ascensión de alta montaña donde no faltan ninguno de los ingredientes de las mejores rutas de este estilo: 1235 metros de desnivel, 19 kilómetros de longitud y varias rampas del 10% que ponen a prueba a los mejores escaladores.
Para tomar la pista que asciende hasta el Coll de Pal debemos atravesar la población de Bagà en dirección a Gisclareny; justo al superar una empinada rampa en las afueras de esta localidad veremos a nuestra derecha el desvío que nos conduce hasta el puerto.
Los tres primeros kilómetros son bastante suaves pero, cuando aparezcan a nuestro alrededor las primeras paredes rocosas de este sistema montañoso, la carretera se inclinará hasta el 9% de pendiente. Hasta el P. K. 8 las rampas son bastante irregulares pero, al superar esta referencia, nos recibirá una carretera recién asfaltada donde la pendiente media es del 8%, estando salpicada por algunos muros del 10% de pendiente.
A partir de los 1800 metros de altura la vegetación desaparece y nuestro entorno se vuelve agreste y hostil, al más puro estilo de la alta montaña.
Rebasada la cota 1900 la pendiente se suaviza y llegamos al Xalet de Pal (refugio de montaña) pero, rápidamente, la ascensión vuelve a endurecerse y llegamos a la cumbre con rampas cercanas al 9% de inclinación.
La carretera asfaltada termina a los pocos metros del collado pero, si hemos utilizado una bicicleta de montaña para el ascenso, podemos continuar, por pista de tierra, hasta Masella y Alp.