Mikel Landa afronta su cuarta Vuelta a España consecutiva en una posición muy diferente, con las expectativas de su tercer puesto en el pasado Giro de Italia. El escalador alavés será el tercer vértice del tridente del Astana, junto con Vincenzo Nibali y Fabio Aru. Landa regresó a la competición en la Clásica de San Sebastián y la Vuelta a Burgos, después de una concentración de dos semanas en Navacerrada, y confía en alcanzar la forma y el nivel del Giro para “pelear por una etapa y estar metido en la general”, o intentarlo al menos.
¿Qué sensaciones ha tenido en su regreso a la competición?
Quizá no he encontrado las sensaciones que esperaba. Ha sido mucho tiempo sin correr y, aunque he trabajado para estar al máximo, me ha costado un poco más de lo que pensaba. De todas formas, pienso que para la Vuelta voy por el buen camino. El regreso de la altura (estuvo dos semanas en Navacerrada en julio) desequilibra un poco el cuerpo. Aunque he estado otros años, era la primera vez que subía en 2015 y me está costando darle la vuelta al cuerpo. La caída de Burgos no tuvo importancia, chapa y pintura. Después, he decidido no volver a altura, estar en casa tranquilo, hacer algún buen entrenamiento, descansar y coger fuerzas para la Vuelta.
Desde 2012 disputa la Vuelta, es una prueba que le gusta.
Es una carrera que he repetido desde que debuté; cada año he sumado más experiencia. Este año estoy con ganas de afrontarla después del Giro y ver qué cosas puedo hacer. Eso sí que ha cambiado. La gente va a esperar un poco más de mí y me va a exigir estar con los mejores, pero también es para estar contento que la gente espere cosas de mí porque las puedo dar. Ya veremos lo que pasa después en la carretera.
¿Cuál es su objetivo personal en la salida?
Me encantaría pelear por una etapa y estar metido en la general. Yo lo firmaría desde ahora. Se trata de seguir la línea que cogí desde el año pasado, en una línea ascendente, siempre en la pelea. Y, aunque llevo tiempo sin correr, me gustaría volver para coger ese ritmo y disputar. Un recorrido tan montañoso supone, además, muchas oportunidades para intentar pelear por una etapa y la General.
Astana viene a la Vuelta a ganar, con Nibali y Aru.
En la salida estamos los tres y después iremos viendo día a día dónde nos quedamos cada uno. El objetivo del equipo es ganar y esperemos que el equipo se la juegue con cualquiera de nosotros. El año pasado ganaron con Nibali el Tour y este año quieren repetir y volver a ganar una grande, con un equipo que aspira a eso. Y desde la salida tendremos esa presión. Tenemos un bloque muy fuerte siempre en las carreras de tres semanas. Es un equipo que gestiona muy bien a sus corredores para llegar al cien por cien a las grandes y traemos un equipo bastante competitivo para ello.
Rivales no les van a faltar.
Este año se han juntado los cuatro primeros del Tour, Aru y yo que hicimos segundo y tercero en el Giro. Va a ser una Vuelta de nivel y de mucha batalla. Serán tres semanas bastante peleadas.