Fotos: Tim de Waele
España entera estaba volcada con él, con su forma de correr, con su forma de ser. Era el héroe del pueblo, la estrella admirada con la que mejor se identificaba cada aficionado. Su mirada era la de un hombre humilde, sin más labor que la del sacrificio para conseguir cada meta que se proponía, la de ese escalador añejo que tus padres, que tus abuelos, te descubría como el protagonista de episodios épicos de la historia del ciclismo. Su batalla, la más galáctica de su libro de recuerdos, con Vincenzo Nibali en la Bola del Mundo, en esa pared de cemento que conduce al cielo de Madrid, hizo vibrar al mundo entero. Ezequiel Mosquera (19 de noviembre de 1975), gallego, estaba en el cielo, saboreando la gloria de vivir un sueño. Sin embargo, un par de semanas después, la sombra del dopaje le golpeó hasta esconderle durante más de un año en el trastero trasero de ese injusto ciclismo. En él, a la espera de saber qué ocurre con su positivo por hydroxyethyl, que ni siquiera está en la lista de productos dopantes, sigue. Con la esperanza de ver la luz, de volver al cielo.
¿Cómo se encuentra anímicamente un deportista que, sin ser sancionado, sin ser suspendido, lleva más de un año sin correr?
Imagínate. Empiezas con rabia, con ganas de arreglarlo y aclarar todo cuanto antes, pero, al final, acabas con una especie de resignación. Estoy entre triste y resignado. Y viendo la velocidad de otros procesos, qué te voy a contar...
Hace unos días se conoció que la juez instructora de tu caso ha propuesto una sanción de dos años. ¿Te lo esperabas?
Sí, sí me lo esperaba.
¿Te han dado alguna fecha exacta para la resolución final?
No. Supongo que ahora habrá que presentar alegaciones y en base a ello, lo que diga el Comité. Así es como funciona el proceso.
Has dicho en una entrevista que hace poco fuiste a una reunión en Madrid y que te dieron ganas de levantarte. ¿Por qué?
Hay una especie de tirantez. Yo estaba allí y no sabía ni a qué iba. No sé muy bien por qué, pero entre los abogados de una parte y otra, hay tirantez. Así que vista la actitud, me esperaba la propuesta de dos años.
¿Piensas que hay intereses extradeportivos para que tu caso acabe en sanción?
Quiero pensar que no, pero ya pienso de todo.
Kolobnev dio positivo por un enmascarador en el pasado Tour y su Federación le ha absuelto. Contador dio también positivo y ha seguido corriendo. Sin embargo, Valverde, sin dar nunca positivo, lleva casi dos años parado y tú más de uno sin que hayan encontrado ninguna sustancia prohibida. David Blanco, en su Facebook, dijo que hay distintas varas de medir. ¿Cuál es tu opinión?
Te puedo decir que en su momento, en Suiza, un poco por cómo iban los acontecimientos aquí y visto el trato, entendimos que teníamos que ir allí, aunque no sirvió de nada. Igual que fuimos, volvimos. Llevábamos ya meses igual y nos decían que lo estaban mirando, que estaban investigando, pero lo que ves, es lo que vale. Por eso, no me sorprende nada la propuesta. Me entristece. Es algo que en su momento no daba crédito, pero en el fondo me lo esperaba.
Si te dicen que estás sancionado dos años y que este tiempo parado, no cuenta, ¿volverás dentro de dos temporadas a ponerte un dorsal o adiós ciclismo?
Ya no soy un niño. Si lo que buscan es que deje la bicicleta, esa es la postura más idónea para que mande todo a tomar por saco. Eso está claro. Bien es cierto, que sólo por respeto a los aficionados que me han mostrado su apoyo durante todo este tiempo, sobre todo en Galicia, y después de ver muestras de apoyo que he visto y que no esperaba que llegaran a tanto, pienso que tengo que dejar el ciclismo encima de la bicicleta. Por lo menos, también para que tu imagen no quede empañada y para demostrar lo que no era verdad. Por respeto al aficionado. Son cosas que hay que valorar, pero ahora estamos en lo que estamos.
¿Te equivocaste optando por la táctica del silencio?
Quizá, sí, y quizá, no. La realidad es que después del caso de Contador, de la que se había montado y viendo que el río bajaba muy revuelto, hablé con mi abogado y pensamos que lo mejor era llevar todo con la máxima discreción posible y hablar al final. Luego, ya pasaron un mes, dos meses, tres meses, cuatro... y ya no me sentía cómodo callado. Tenía ganas de que la gente supiera lo que pasaba. Si que es verdad que visto ahora todo, lo que estoy explicando ahora hubiera estado bien haberlo explicado antes. Cosas como la del viaje de mis frascos, que viajaron a otros laboratorios sin avisarme. Nos enteramos de rebote y en julio. Son detalles en los que fijas y te preguntas: '¿pero aquí qué pasó?'. Es probable que si fuera ahora, cambiaría de táctica, pero son posturas que en su momento adoptas y no hay que darle más vueltas. Lo hecho, hecho está.
¿Crees que la Federación Española podría haber hecho algo más para ver a Mosquera corriendo en 2011?
Cuando acabe el proceso, haré ver mi postura sobre todo esto, sobre la actitud de unos y otros. Contento no estoy, qué te voy a contar. Trece meses dan para mucho. Trece meses sin saber de albañilería, ladrillo a ladrillo, yo construyo una casa. No sé si hacen falta trece meses para un caso como el mío.
Si te nombro a Pat McQuaid, ¿qué te viene a la cabeza?
No sé cómo contártelo para que él no se tome la justicia por su mano, que se la toma. Me remito al artículo de hace unos días de Carlos Arribas.
En agosto dijiste que habías levantado el pie, que no te apetecía seguir entrenando. ¿Ha cambiado la situación o sigues con el pie levantado?
Sí, sigo con el pie levantado desde entonces. Es una tontería seguir entrenando igual. La competición es la competición y la intensidad que te da ella es muy difícil llevarla entrenando. Bien es cierto que yo tenía una buena 'grupeta' con David Blanco, Alex Marque... y me medía con ellos y no me encontraba mal. Al contrario, tuve épocas de encontrarme bien. Pero siempre pensando, y más con las conversaciones que tenía con Vancansoleil, que en cualquier momento me iban a llamar a filas y que tenía que ir a la guerra. Cuando ya ves que no es así, dije: '¿pero qué hago?'. Al final tienes más cosas que hacer. Ahora salgo dos horas, dos horas y media, tres... lo justo para mantenerme y como terapia. Salgo a entrenar, hago dos horas por carreteras descongestionadas de tráfico y de gente y vuelvo mucho mejor de lo que me fui. Luego, llego a casa, enciendo el ordenador y me vuelvo a envenenar en media hora otra vez. La bici se la recomiendo a todo el mundo.
Si mañana te dicen que puedes volver a correr, ¿te apetece?
Sí y no. Te puedo decir que me considero un sufridor encima de la bici desde el campo amateur, que después de sufrir como un perro, de no concebir un final en alto, aún sin estar en forma, sin apretar el culo, como decimos aquí, y después de todos estos años ahí dejándome la piel en la carretera, te viene una situación como ésta y dices 'buff, lo dejo', pero por otra parte, considero que el ciclismo es un deporte mucho más noble que muchas cosas que se puedan escribir y, a veces, el hecho de correr aunque sólo sea un año para olvidar todo esto, sería beneficioso para, al menos, mi cabeza. Lo que se sufre en el profesionalismo hay que vivirlo para saberlo.
¿Qué les dirías a esas personas que no creen en tu inocencia?
Sé que a la gente la coletilla de 'yo no me dopé' les suena a lo típico de siempre, pero lo único que les puedo decir es que cuando haces trampas, es cuestión de días y que no hace falta más de un año para que te sancionen. Al final, peleamos, no sé si con buen o mal final, pero a la gente que no me cree es eso lo que les puedo decir y que al final de toda esta historia, les daré los argumentos suficientes para que me crean.
¿Y desde Vacansoleil qué te dicen?
Ellos tienen que velar por su equipo, como es normal, y no van a arriesgar el futuro de todos. Siempre, siempre, siempre, en todas las comunicaciones que había, me han apoyado. Aunque al final, me sancionen, ellos han estado de mi lado. En las concentraciones y en las visitas me han tratado con un mimo especial. Son conscientes de que la situación es la que es.
¿Cómo es un día en la vida de Ezequiel Mosquera?
Ahora soy padre de familia. He tenido una niña pequeña que es un sol, un encanto, y estoy mucho tiempo con ella, porque mi mujer se licenció en septiembre en derecho y ahora está haciendo, casualidades de la vida, un máster, en derecho deportivo, por lo que sigue el proceso con mucho interés. Ella está ahora cargada de trabajo, por lo que yo salgo a hacer mis dos horas de rigor y luego atiendo a la niña o estoy por ahí, viendo un poco el Ibex, por ejemplo. Hasta el mes de agosto entrenaba como cualquier ciclista profesional, pero a partir de agosto empecé a hacer otras cosas. He estado manejando durante estos meses un 'plan b', buscando cosas que me ilusionen por si tengo que dejar el ciclismo. Estoy haciendo cosas que me ayuden a desconectar y que me ayuden psicológicamente.
¿Qué tal se te da lo de ser padre?
Se te da bien o mal dependiendo del empeño que le pongas. Ser padre no es parecido a nada. Te da mucha fuerza. Tener una criatura tuya te hace hacer lo imposible porque todo vaya bien. Yo creo que es imposible ser mal padre.
Si hay una parte positiva de toda esta historia, es que puedes ver crecer a tu hija sin tener que irte cada poco a competir. Supongo que la madre estará encantada de tenerte en casa...
Sí, la verdad es que sí. Esta es una de las cosas que puedo decir que saqué en limpio de todo esto. Tanto como si eres ciclista, obrero o trabajas en una oficina, el vivir día a día con tu hija y poder ver si hace un gesto o una cosa nueva, son cosas que te las pierdes. Muchas veces he escuchado a Veloso, cuando estábamos por ahí un mes fuera, decir que llegaba a casa y que su hijo ya había cambiado muchísimo. Ahora te pones a pensar en ello y sí que te pierdes muchas cosas cuando estás corriendo. Afortunadamente, yo podré decir que viví todo el día a día de mi hija. Eso me quedará para toda la vida.
Durante estos meses, ¿has visto algo de ciclismo por televisión?
Vi un poco de Tour y del Giro. En la Vuelta me propuse a mí mismo no verla, pero caí en el error de ver la etapa del Angliru, que al final es el mejor espectáculo del mundo, y me entristeció. Lo disfruté en su momento, está claro, porque eres ciclista porque te gusta el ciclismo, pero estuve luego toda la tarde con mal sabor de boca. A partir de ahí, sólo vi la etapa que ganó Igor Antón por ser Igor Antón, porque sabía que iba escapado y como es un 'pata negra', esa sí que la vi. Casi me emocioné al verle ganando. El resto de la Vuelta puedo decirte que prácticamente no la seguí. De vez en cuando, miraba por Internet a ver si mi colega de entrenamientos David (Blanco) era protagonista, pero al ver que no, ya no ponía la televisión.
Desde que saltó la noticia de tu positivo, ¿hay alguna persona que te haya dado la espalda sin esperarlo?
No. Que te den la espalda directamente, poca gente lo hace. El hecho de dar la espalda así como suena, no. Lo hacen, sí, pero no a la cara, porque queda mal. En los últimos tiempos, parece que está cambiando la tendencia sobre la postura que toma la gente en torno a un caso de estos, pero hay gente tibia. A esos sí que aprendí a distinguirlos. Te puedo decir que de esos sí que hay unos cuantos.
Para acabar, ¿qué mensaje dejas a esos aficionados que te han apoyado durante todo este tiempo?
Que tengo un año más de contrato con Vacansoleil, que en breve cumplo 36, pero que sigo como siempre, que no sé lo que va a pasar, no me pongo en ningún escenario, y que, si Dios quiere, mi idea no es despedirme así del ciclismo. Dios dirá.