6º etapa. El veneno de La Cobra pudo con Valverde

Riccardo Riccó gana el primer asalto a la montaña y deja sin premio al Caisse d' epargne

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6º etapa. El veneno de La Cobra pudo con Valverde
6º etapa. El veneno de La Cobra pudo con Valverde

Foto: SDS

A las cobras les gusta hipnotizar a sus víctimas, sumirlas en un sueño profundo. Cuando pican, observan las consecuencias de su mordisco. Vuelven la cabeza para ver el daño que producen. Riccó, la cobra con pedales vestida de amarillo, hizo lo mismo en Super Besse. Primero envenenó a sus rivales con un ataque mortal y los hipnotizó. Después volvió en dos ocasiones la mirada hacia atrás, para certificar el destrozo. Todo, en menos de 500 metros. Los últimos de la sexta etapa, la primera con final en alto del Tour de Francia. Su veneno pudo con todos, hasta con Alejandro Valverde. El murciano retomó las buenas sensaciones tras el susto de ayer con su caída y finalizó segundo. La magullada parte derecha de su cuerpo aguantó los envites durante toda la jornada, pero el veneno de la cobra pudo con él en los últimos metros.

El Caisse d' epargne había preparado la etapa para él. Ayer se acostó tranquilizando a sus compañeros y directores de equipo. Había amanecido en perfectas condiciones, sin apenas dolor. Estaba bien. No necesitaba más que un vendaje para aguantar. Coraza para proteger al gladiador. En los últimos treinta kilómetros de la etapa, la escuadra de Eusebio Unzué lo certificaba. Todos en bloque trabajando para echar abajo al trío que marchaba fugado, Sylvain Chavanel, Freddy Bichot y Benoit Vaugrenard. Otra vez tres franceses abrían la carrera. Su carrera. En menos de diez kilómetros, los hombres de negro se comieron a Chavanel y Vaugrenard. Bichot se lució siete kilómetros más.

De ahí, hasta el asalto del último y definitivo kilómetro del alto de Super Besse, varios fueron los aventureros que buscaron la escapada desde lejos. Vladimir Efimkim, David Moncoutié, Christian Vandevelde...Todos fueron neutralizados por un Caisse d' epargne que cerraba filas e imponía un fuerte ritmo. El grupo se partió en dos. Todos los favoritos se quedaban alante. Pasaban la primera criba. En plena ascensión a Super Besse atacó Leonardo Piepoli. El italiano ya se conocía el puerto. Pero lo suyo era solo un aviso. Abría la carrera para La Cobra. Unos días antes, el veterano escalador ya le había hablado de aquel puerto. Le dijo que se adaptaba a sus características. Sabio.

Caída del líder

Cuando Piepoli fue neutralizado junto a Vandevelde, el grupo en el que viajaba el maillot amarillo y los grandes favoritos de la carrera cruzaban el arco del último kilómetro. Todos menos Cunego. El italiano se desfondó en los últimos compases de la etapa. La cuesta se empinaba hasta llegar al 10% de pendiente media. Fue entonces cuando Stefan Schumacher se agarró a la rueda de Kim Kirchen. El alemán no quería despegarse del que era su gran rival para arrebatarle el maillot amarillo. Tanto se aguerrió a él que rozó su rueda delantera con la trasera del corredor del Columbia y se fue al suelo. Para cuando se levantó, Kirchen se había esfumado y con él, el maillot amarillo.

Por delante, Alejandro Valverde ya sólo tenía un corredor de apoyo. Óscar Pereiro avanzaba por la dura rampa de Super Besse comandando al grupo y buscando dejar a su líder en la mejor posición. Casi hasta la meta. Casi. Su ayuda fue inestimable. Pero cuando se abrió, dejó espacio suficiente para que La Cobra alargara su lengua y envenenara a Valverde. El murciano sintió el efecto de la picadura. No pudo responder al ataque.

Antes de entrar en meta, Riccó miró hacia atrás y certificó el daño. Le quedaban unas pedaladas más hasta cruzar la meta. Otra mirada atrás. Valverde estaba hipnotizado. Envenenado. Ya sólo le quedaba celebrarlo. Había llegado al Tour a última hora, tras la baja de José Ángel Gómez Marchante y después de acabar segundo en la general del Giro de Italia y ganar dos etapas en la corsa rosa. Hoy ha dado al Saunier Duval la mayor alegría en lo que va de temporada.

El segundo gran protagonista al concluir la etapa era Kim Kirchen. Tras la caída de Stefan Schumacher, el alemán se subió al podium para recibir el maillot amarillo. Son las dos estrellas que piden paso. Las que se abren camino. "Ganar una etapa en el Tour de Francia siempre ha sido mi sueño", confesaba Riccó, y dejaba claro que "lo que venía a hacer, ya lo he hecho". Hipnotizar a sus rivales. Su veneno, como en el Giro de Italia, sigue en forma. Sólo queda esperar para ver hasta dónde llegan sus picaduras.



- Clasificación de la 6º etapa

- Clasificación general