Es lunes por la noche en un hotel de Salobreña. Mientras media provincia de Granada vive con fervor folclórico y etílico sus Cruces de Mayo, en un hotel fuera de temporada sito en un peñoncito sobre el mar se disponen a cenar una pareja y su hija de pocos meses, centro de su atención y sus desvelos. Sólo la camiseta del equipo Prolongo del Club Ciclista Al Andalus, y el tono de los gemelos, nos revela que la madre es ciclista; que el padre es su pareja; y que la niña, Leandra, lleva mamando bicicleta desde antes de nacer, cuando su mamá Lorena Tamayo, enfermera de profesión y deportista por vocación, hacía rodillo con ella en el vientre. “Mucho sacrificio con la casa, el trabajo, la niña, los entrenos… lo he llevado como he podido, pero con mucha ilusión”.
Es con este espíritu que partió esta mañana la primera edición de la Vuelta a Andalucía femenina: con la emoción ávida de quien lleva años deseando su oportunidad. Pese a la previsión de lluvias, el sol no quiso faltar a la cita y brilló sobre Salobreña, cálido y luminoso como las sonrisas de las siete andaluzas presentes en carrera. Entre ellas, una institución como Belén López, veinte años compitiendo en la élite del ciclismo nacional. La gaditana comunicó el invierno pasado a su equipo, Massi-Tactic, que se retiraba. Sin embargo, cuando supo que esta carrera vería la luz, decidió dilatar su vida deportiva una temporada más: lo necesario para asistir al nacimiento de la criatura alumbrada por Deporinter, organizadora también de la versión para hombres de la ronda andaluza.
Los primeros kilómetros de la Ruta del Sol Vuelta Ciclista Andalucía Elite Women discurrieron por la Costa Tropical y fueron de tanteo. La ascensión al Alto de la Trinchera (3ª, km 24,4) desató las hostilidades, mermó al pelotón y propició una rueda de ataques de la que cristalizó una escapada de cuatro ciclistas: Idoia Eraso (Laboral Kutxa), Mireia Benito (Massi-Tactic), Alessia Bulleri (Eneicat RBH) y Matilda Field (Roxsolt Liv SRAM). Trató de entrar en la fuga Eukene Larrarte (Bizkaia Durango), pero su valerosa intentona a contratiempo se reveló vana.
Era la tesitura prevista y apetecida para Movistar Team y UAE Team ADQ, las dos únicas escuadras de categoría WWT (máxima del ciclismo femenino mundial) presentes en la línea de salida. Las mujeres de Pablo Lastras y Michele Devotti asumieron el control del pelotón y de la escapada, que apenas llegó a superar los tres minutos. Fueron estas últimas quienes enfilaron la aproximación al definitivo Puerto de Arenas (2ª, km 104,6), neutralizando a las aventureras y reduciendo la cohorte a apenas una veintena de corredoras, prontas para la estocada de su líder Mavi García.
Cuando la poderosa ciclista balear atacó, fue Paula Patiño (Movistar Team) quien saltó a su rueda. Sin embargo, la colombiana no tenía en sus piernas la respuesta para el órdago de Mavi, que quedó cabeza de carrera en solitario. “Pero la ascensión no era sostenida, sino que tenía bastantes tramos de llano y bajada”, lamentaba a posteriori la balear. Fue en esos tramos que Arlenis Sierra, coequipier de Patiño, se deshizo de la pujante alemana Ricarda Bauernfeind (Canyon // SRAM Generation) y atrapó a su rival. A partir de ahí, un duelo, tirante a ratos: una tiraba, la otra especulaba; una esprintó a por la victoria, la otra se vio cerrada. Fruto de la tensión, la campeona cubana no llegó a alzar los brazos en meta.
No obstante, eso es la competición. Los papeles (y los bytes) reflejarán que la primera ciclista de siempre en ganar una etapa de la Vuelta a Andalucía fue Arlenis Sierra, que ahora deberá defender su maillot amarillo a lo largo de dos etapas frente a la potencia de Mavi García y UAE Team ADQ, y a las embocadas de las demás. También dirán que Lorena Tamayo cruzó la meta penúltima y fuera de control. Sin embargo, más allá de los papeles está la historia; y la que se ha escrito y vivido hoy en carreteras andaluzas bien vale un sol.