La memoria en el deporte suele ser muy corta y tras un mal año para el rendimiento al que acostumbraba a ofrecer Alberto Contador prácticamente todo el mundo dio por sentado que el ciclista del Tinkoff-Saxo se encontraba ya en el ocaso de su carrera. Alberto ayer hizo creer a los descreídos, emocionarse a los escépticos y vibrar como nunca a los que siempre estuvieron con él.
La jornada comenzó marcada por los sorprendentes abandonos de Richie Porte (Sky) y Thibaut Pinot (FDJ). En el inicio de la etapa se formó una numerosa fuga compuesta por Ben King (Garmin), Grivko (Astana), Geschke (Giant), Brandle (IAM), Hansen (Lotto), Popovych (Trek), De la Cruz (NetApp) y Paolini (Katusha) que llegaron a tener hasta 11 minutos de ventaja.
La principal dificultad montañosa del día, el Alto de Lanciano, provocó que la diferencia de los fugados se redujera drásticamente por los movimientos que llegaban desde el pelotón. Igor Antón (Movistar) comenzó a tensar la carrera y de esta aceleración se aprovecharon Nairo Quintana y Contador para marcharse en solitario. La falta de entendimiento entre ambos permitió que el grupo de favoritos, donde ya no estaba el líder Michal Kwiatkowski, volviera a cogerlos. Contador, una vez más, recurrió a ese ciclismo ofrensivo y épico del que ha sido el principal valedor en la última década y con un duro hachazo dejó sin respuesta a todos sus seguidores.
En el descenso se lanzó a la caza de la cabeza de carrera y se unió al frente de la etapa a los supervivientes de la fuga, De la Cruz, Geschke, Hansen y King. El corredor español asumió la responsabilidad y en cabeza continúo aumentando el ritmo y abriendo una brecha cada vez mayor con respecto a Nairo Quintana que perdía ya dos minutos con respecto al pinteño.
La etapa se decidió en el muro de Guardiaglere, 600 metros al 23% de desnivel medio y con un pico del 30%. King fue el primero en probarlo con un durísimo ataque que le permitió coger unos segundos con respecto a Contador que fue limando la diferencia mientras serpenteaba por las inhumanas rampas finales. Sabedor de que estaba a punto de escribir una nueva página que agrandará su leyenda, Contador se levantó sobre sus pedales y poco a poco comenzó a distanciar a Geschke y King hasta cruzar la línea de meta donde se llevó las manos a la cabeza y volvió a disparar su pistola como reconocimiento a su gesta.
Nairo Quintana entró a 1.51 y queda en la general a 2.08 en segundo puesto. Roman Kreuziger, compañero de Alberto Contador, escala hasta el tercer puesto tras firmar un gran final de etapa en el que fue séptimo. Michal Kwiatkowski (Omega), líder hasta el día de hoy, se hundió en el Alto de Lanciano y llegó a más de seis minutos de Contador.
Con esta ventaja con respecto a Quintana, Contador tiene virtualmente ganada la Tirreno salvo desgracia pues ya no hay terreno donde reducir distancias. Hoy de nuevo tenemos una etapa para sprinters y mañana la carrera pondrá punto y final con una contrarreloj individual de 9 kilómetros.
Clasificación general – Tirreno-Adriático
1. Alberto Contador (Tinkoff/ESP) 4.54.42
2. Simon Geschke (Giant/ALE) 0.06
3. Benjamin King (Garmin/USA) 0.42
4. Adam Hansen (Lotto/AUS) 1.01
5. Jean Chistophe Peraud (Ag2r/FRA) 1.26
Clasificación general – Tirreno-Adriático - Etapa 1
1. Alberto Contador (Tinkoff/ESP) 21.01.30
2. Nairo Quintana (Movistar/COL) 2.08
3. Roman Kreuziger (Tinkoff/CZE) 2.15
4. Julián Arredondo (Trek/COL) 2.39
5. Jean Chistophe Peraud (Ag2r/FRA) 2.40
6. Mikel Nieve (Sky/ESP) 2.50
7. Daniel Moreno (Katusha/ESP) 2.51