Después de que Femke Van den Driessche protagonizará durante el pasado Mundial de Ciclocross el primer caso de dopaje tecnológico de la historia, la UCI ha maximizado sus esfuerzos para evitar la posibilidad de que un hecho así pudiera repetirse en el ciclismo de carretera. Por ello, se implementará el uso de cámaras térmicas durante el próximo Tour de Francia.
El gobierno francés, la Unión ciclista Internacional y ASO, organizador de la Grand Boucle, han anunciado que realizarán controles a todos los ciclistas que participen en la ronda mediante cámaras térmicas capaces de detectar cualquier tipo de anomalía mecánica en la bicicleta. Estos controles se realizarán en plena carrera posicionando las cámaras en los laterales de la carretera.
“Proteger el Tour de Francia es capital y ahora tenemos un método de disuasión real para luchar contra las trampa”, ha declarado Christian Prudhomme, director de la Grand Boucle, tras anunciar esta nueva medida a cuatro días de que arranque la carrera.