Alberto Contador será el primer ciclista en vestir el maillot amarillo en el Criterium del Dauphine tras cuajar una sensacional actuación en la cronoescalada de cuatro kilómetros que ha abierto la cita preparatoria por excelencia para el Tour de Francia.
Este innovador formato, un prólogo de menos de cuatro kilómetros con un porcentaje medio del 9'7%, y varias rampas que superaban el 20%, ha destapado el buen trabajo acumulado por el ciclista español en su camino hacia la Grand Boucle. "Sabía que era una buena oportunidad este recorrido, pero no sabía si estaría suficientemente fuerte para ganar. A mis piernas les faltaban algo de velocidad, y el corazón iba a tope, no puedo decir que sea una sorpresa batir a Chris Froome pero no esperaba ganar. Ha sido una contrarreloj muy dura, especialmente el penúltimo kilómetro con rampas superiores al 20%. El hecho es que al final toda esta dureza se adaptaba muy bien a mí".
A partir de mañana, Contador, junto a sus compañeros del conjunto Tinkoff, tendrán que defender un liderato que no obsesiona al Pistolero pues afrontar la carrera con una única meta: acumular kilómetros de competición que le permitan llegar al 100% a la salida del Tour. "Ha sido un día perfecto, perfecto. Hemos tenido una etapa corta, la hemos hecho a tope y desde ahora me tomaré la carrera día a día. Mi ventaja es muy pequeña y algunos equipos, especialmente Sky, han venido aquí a ganar. Han traído un equipo con cuatro o cinco corredores que podrían optar a ganar la general, y serán ellos los que vayan a por ello. Mi objetivo es seguir mejorando mi estado de forma de cara al Tour de Francia. Será una semana larga para mí y para el equipo con el objetivo de ponernos a punto para la ronda francesa. El objetivo de lograr la general sería un gran desgaste para nosotros, asi que dejaremos que otros equipos tomen la responsabilidad".