Que un ciclista tarde apenas dos días en ganar, “bueno, yo llevo uno de competición”, aclara él, “que para mí la crono de ayer no cuenta”, viene a decir mucho de la calidad y el talento que atesoran sus piernas. Daniel Martín ha logrado erigirse ante el todopoderoso Sky y ganarles en su propio terreno, que también era el suyo, para lograr su primer triunfo de la temporada con su nuevo equipo, el Etixx-Quick Step. “Es un inicio fantástico con el equipo. Es una gran sorpresa para mi haber ganado, me he sentido bien pero ganar es diferente y difícil”.
En toda su carrera como ciclista profesional, y son ya nueve años de los 28 que tiene, “nunca había empezado así de bien una temporada”, confiesa, “pero me he sentido muy bien y me han dado la confianza en el equipo para ganar”. Puro talento. “Pagarles así me hace muy feliz”. No duda Daniel Martin que “este triunfo me da mucha confianza para la temporada”.
En la general, el ciclista del Etixx-Quick Step no ha logrado reducir su desventaja con el líder Wouter Poels, está a 15 segundos y de momento, no piensa en la lucha por la general. “Veremos el sábado si estoy en condiciones de pelearla pero mis objetivos están más adelante”. No le preocupa.
Lo de Daniel Martin es talento y algo de genética. Le viene de familia. Su tío es Stephen Roche. Creció viéndole correr y ganar el Tour de Francia y ahora comparte pelotón con su primo Nicolás, el hijo de Stephen que corre al servicio de Chris Froome en el Sky y también está en esta Vuelta a la Comunidad Valenciana que lidera Poels. Todo queda en familia.
Daniel debutó en el 2008 en el Garmin donde ha estado corriendo hasta la pasada temporada. No tardó en demostrar su calidad. Ese mismo año se llevó la Ruta del Sur francesa y el Campeonato de Irlanda. En 2011 estrenó su casillero en la grandes vueltas con un triunfo de calidad en La Covatilla frente a Bauke Mollema y a Juanjo Cobo, que posteriormente ganaría el maillot rojo. Apenas un año más tarde lo hacía en Bagneres de Bigorre, en el Tour de Francia
En los últimos tres años, Martin ha protagonizado la construcción de un ciclista ejemplar, atacante e inteligente. Gracias a eso tiene dos monumentos en sus piernas: la Lieja-Bastogne-Lieja y el Giro de Lombardía en el 2014 que guarda en su casa de Girona, donde reside. Aquel Lombardía le sirvió para desquitarse de la mala suerte que le acompañó ese año cuando se puso el Giro de Italia como objetivo y tuvo que abandonarlo en la puerta de casa. En la crono inaugural de aquella ‘corsa rosa’ que partía de Irlanda, Daniel Martin se cayó y se vio obligado a retirarse. 2015 lo acabó en blanco pero Daniel Martin ha vuelto a la senda del triunfo. Por puro y simple talento.