Muchos kilómetros, mucha subida, mucha dureza… La prueba en ruta masculina del domingo promete ser, por su trazado, una de las más exigentes de la historia de los Mundiales, con sus 4.670 metros de desnivel positivo en 265 km. Solo apto para ciclistas de fondo con muy buen nivel como escaladores.
A la hora de analiza el trazado podemos dividirlo en 3 partes:
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Una primera de 85 km, entre la localidad de Kufstein e Innsbruck, con varios repechos y la explosiva subida al Gnadenwald (2,7 km al 10%), que servirán de “aperitivo" antes de entrar al circuito central de la prueba.
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Seis vueltas al circuito de 23,8 km, que incluye la ascensión al Igls, un puerto constante de 7,9 km al 5,7% de media, con rampas de hasta el 14%. No es un puerto excesivamente duro (sería una 2ª categoría), pero el hecho de subirlo seis veces, unido a la acumulación de kilómetros, dejará a los ciclistas muy “maduros" de cara a la vuelta final, que incluye una dosis extra de dureza.
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Después de 230 kilómetros, los ciclistas iniciarán la parte final, una última vuelta en la que al circuito antes comentado se le añaden otros 11 km con la durísima subida al Muro de Gramartboden, de 2,8 km al 11,5%, con un rampón terrorífico que llega al 25%, y que se corona a 8 km del final. Desde ese punto, sólo restará un pronunciado descenso y 3 km con ligera tendencia ascendente hasta la línea de meta, lo que hará muy difícil la caza de quien corone con al menos 20" de ventaja.
En resumen: 260 km con nueve ascensiones (una al Gnadenwald, siete al Igls y la subida final al Gramatboden) además de números repechos, para un total de 4.670 metros de desnivel positivo.
Es sin duda el trazado más duro de un Mundial en lo que llevamos de siglo XXI, y tendríamos que remontarnos al de Duitama (Colombia) de 1995 para encontrar un mayor desnivel positivo; en ese caso, 5.460 metros tras dar 15 vueltas a un circuito de 17 km con la exigente subida a El Cogollo. En aquel Mundial, Abraham Olano y Miguel Indurain lograron las medallas de oro y plata en un inolvidable doblete para el ciclismo español.
Sin embargo, el trazado de un Mundial con mayor desnivel positivo acumulado de la historia fue el de Nurbungring (Alemania), en 1966, en el que se ascendieron 5.844 metros en las 12 vueltas que se dieron al circuito, en el que Rudi Altig se llevó el triunfo por delante de Jacques Anquetil y Raymond Poulidor.