Contador: "La apuesta del equipo debo ser yo"

Tenía pensado atacar sobrepasada la mitad de la ascensión, pero "he visto la situación y he probado"

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Contador: "La apuesta del equipo debo ser yo"
Contador: "La apuesta del equipo debo ser yo"

Foto. Tim de Waele 

Exultante como en las grandes tardes. De sonrisa gigante. Ocupa todo su rostro cuando habla, irradiado por el amarillo, Alberto Contador no escondía la plena satisfacción que sentía tras corroborar su victoria de etapa con las grandes diferencias que ha establecido frente al resto de candidatos a la victoria. Casi cuatro minutos a Carlos Sastre, dos y medio a Andy Schleck, y un minuto y 34 segundos a Lance Armstrong. "Las diferencias son bastante grandes", admitía. Un abismo. "Estoy contentísimo". Justificado. Por eso, ataviado con el maillot jaune, le manda deberes al Astana y a Johan Bruyneel. "Ahora la apuesta del equipo sí que debo de ser yo", clama.


Reconoce que "he atacado antes de pensado. Tenía previsto hacerlo a falta de cuatro o cinco kilómetros para el final, pero he visto la situación y me he dicho, voy a probar". Glorioso tanteo. "He pensado, menudo calentón que me voy a dar". Hizo subir el termómetro de Verbier. Temperatura máxima. "Las diferencias son grandes y estoy seguro que en el equipo no habrá problemas para que los compañeros hagan un trabajo para mi", señaló.


Confesaba que "lo que me interesaba era que se subiera a tope". En las primeras rampas a contado con la ayuda de Chris-Anker y Nicki Sorensen, además de la de Fabian Cancellara, que han endurecido el comienzo de la subida en favor de su líder Andy Schleck. "Es un puerto muy corto y pronto nos hemos quedado cinco corredores". Al madrileño le acompañaban Lance Armstrong, Bradley Wiggins, Frank y Andy Schleck antes de que lanzara su tiro victorioso que le ha llevado a vestirse de amarillo dos años después de hacerlo por última vez, en los Campos Elíseos de París que esperan su llegada, teñido del mismo color el próximo domingo.