Los cerca de 230 kilómetros que debían recorrer los ciclistas del pelotón de la Dauphiné se han resuelto de una manera completamente imprevista, al suceder de todo al estar los ciclistas ya encuadrados por las cámaras de meta.
Nada más darse la salida en Nancy, Héctor Stéphane, Augé Gonzalez, Iñaki Isasi, Paul Voss, y Alexandre Pichot han lanzado un primer ataque, que les ha permitido despegarse más de 10 minutos del gran grupo cuando todavía no se había cubierto la primera cuarta parte de la carrera. Hubo "ayuda" improvisada, ya que el pelotón fue detenido en un paso a nivel con barrera, a la espera de que lo franqueasen dos trenes: el acontecimiento, según reza el reglamento de esta carrera, es considerado como un lance de la carrera.
Los cinco aventajados han sabido afinar los instrumentos y la sintonía ha sido perfecta, hasta que Quick Step y Lampre han decidido mostrar sus cartas de cara al final de la etapa, poniendo un ritmo de caza imposible de soportar, aunque Pichot y Augé lograron poner a salvo los muebles: lástima que la última pancarta que pasaron en solitario fuera la de los 7 kilómetros a meta.
La locomotora estaba lanzada y sólo un resabiado de la clase de David Millar pudo sorprender a los preparadores de los velocistas: valiéndose de su mayor agilidad al rodar en solitario llegó a poner 10 segundos de tierra por medio que, para su desesperación, se diluyeron a 50 metros de la meta, cuando Quick Step imprimió el ritmo máximo. Como era de esperar fue Boonen quien primero mostró sus cartas, hasta que, de forma inexplicable, se vacía a pocos metros de la línea de la photo finish dejando el paso libre a Angelo Furlan, que rodaba tras su estela, sin que nadie pudiera impedirle la victoria en Dijon. Markus Zberg (BMC, suizo) entró segundo y Boonen tercero.
Cadel Evans mantiene el maillot amarillo de líder y Contador y Valverde siguen ocupando el segundo y tercer puesto de la general, respectivamente.
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