De la cama al oro

Juanma Gárate es el hombre de confianza de Óscar Freire. Su escudero en el Rabobank y sus ojos y piernas en la retaguardia de cada Mundial. Con él comparte habitación y confidencias. Él será su primera mirada en la mañana del cuarto.

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De la cama al oro
De la cama al oro

La tarde-noche antes de un Mundial, Juanma Garate lo sabe, vaticina aunque esté todavía el desayuno recién ingerido, las botas con calas en las manos y encaminando sus pasos hacia la trasera del Scandic Shyhavnen, el hotel que cobija a España en el extrarradio de Copenhague donde las bicicletas reposan expectantes de los nueve jinetes que se calzan para cabalgar Dinamarca al ritmo de soltar piernas antes del gran día. Juanma ya lo vislumbra. "se pone un poco nervioso", pero recula a la vez porque es tan pequeña esa cantidad de ansiedad que solo los que, como él, a la perfección conocen al genio que es Óscar Freire lo perciben. "Se acuesta antes cuando generalmente es de los últimos que sube a la habitación y quiere tener todo ordenado. La ropa, la mochila...". Como si fuera un preámbulo, un anuncio a lo que en la carrera debe ser. Orden y dominio de la situación.

En el atardecer antes de un Mundial, Juanma es, como en cada carrera, la otra parte de Óscar Freire. La confianza y el remanso. Las confidencias al otro lado de la almohada. "Esa noche habla menos, y nunca sobre la carrera. Hace las cosas fáciles". Pero desde que han pisado tierras danesas, dice Garate, "Freire no para de decirme que lo va a hacer bien seguro". Y sabe también Juanma, nadie se lo puede negar porque los hechos hablan por sí solos, que "cuando él dice que esta bien, no suele fallar".

Nadie, ningún ciclista o compañero lo conoce tanto como el guipuzcoano. Cuenta pues Juanma con autoridad, potestad verosímil para testificar. "Lo veo convencido, seguro de sí mismo y eso se contagia". En realidad toda la selección española porta plena fe en las opciones del cántabro. "Que el líder de la selección esté seguro de su condición física, de cómo está, de lo bien que le puede ir la llegada y del equipo  que tiene a su alrededor, todo en su conjunto hace que todos nos involucremos más si cabe".

De ahí la tensión en la tarde anterior, solo la del Mundial. "En el resto de carreras no le pasa". Garate lleva corriendo cuatro Mundiales desde que Sastre renunció un año y le recomendó al entonces seleccionador Paco Antequera. Cuatro desde entonces. La misma cantidad de arco-iris que Óscar quiere hoy conquistar. "Esta vez está más tranquilo porque depende de él mismo. Se conoce mejor que nadie y tiene buenas piernas aunque haya dejado dudas al retirarse de la Vuelta. Ha hecho entrenamientos tras moto y un día la reventó de la potencia que llevaba en la bici".

Avisa Garate de que "el sprint final, es cuestión de suerte. Que no te cierren en un momento dado pero él esta convencido de que va a estar ahí. Lleva varios días haciendo comentarios de que estará delante". Los secretos mecidos entre las sábanas de la habitación de Juanma y Óscar. El vasco será además su vigía de retaguardia, su director en carrera ante la prohibición del uso del 'pinganillo'. Estar "pendiente de lo que sucede a su alrededor", en el radio cercano de Freire, dice Juanma, para "tomar decisiones al momento".

Espontaneidad con la veteranía como base y la confianza extrema que hace de una mirada, de un solo gesto, toda una incitación a provocar guerra cuando el general supremo, el genio que es Freire lo ordene. Ése que es capaz de ganar tres Mundiales o de olvidarse del nombre de su mujer en los primeros meses de noviazgo. Por eso Óscar, metido en la cama le dice a Juanma que se encargue él de poner la alarma para despertarse, también hoy en lo que será el amanecer en la búsqueda del cuarto.

El año pasado en Australia se despertaron a las cinco de la mañana, dos horas antes, porque el teléfono móvil había cambiado automáticamente el horario al modo europeo. "Óscar decía que era demasiado pronto pero yo me levanté, apagué el despertador y me duché. Luego nos dimos cuenta de la hora que era. Él por si acaso ni se movió de la cama". Rezagado, así le llevará Juanma Garate hoy. De la cama,al oro.