La clásica donostiarra celebrada ayer, y donde los aficionados pudieron contemplar la asombrosa victoria de Remco Evenepoel, sirvió también como despedida y homenaje a Markel Irizar, tras 16 temporadas como ciclista profesional.
El oñatiarra puso punto final en Donosti a una trayectoria en la que se ha ganado el cariño y respeto del pelotón internacional. En su palmarés, suma dos victorias, la Vuelta a Andalucía 2011 y una contrarreloj del Tour de Poitou Charentes, además de participaciones en 20 grandes vueltas y 22 monumentos.
Antes de colgar la bicicleta, ayer tuvo tiempo incluso de meterse en la fuga del día, para deleite de los aficionados locales, aunque el fuerte ritmo impuesto en los compases finales le impidió llegar al boulevard con los mejores. Allí, la organización de la Clásica San Sebastián le rindió un sentido homenaje, en compañía de los miembros de su peña ciclista, su familia y amigos.
El ciclista del Trek Segafredo, que padeció un cáncer testicular, será recordado siempre por su capacidad de superación y un talante positivo a la hora de afrontar las dificultades, tanto dentro como fuera del pelotón. Irizar seguirá estando muy presente en el mundo del ciclismo, como embajador de la marca Trek en España, y como colaborador de su equipo profesional.