Eran ciclistas con
barro por todo el cuerpo, del casco a los botines, de la cabeza a los
pies. Eran héroes sobre una bicicleta regalando estampas para los
anales de la historia, ofreciendo imágenes extraordinarias, hermosas,
de otro tiempo, de puro ciclismo. Era Vincenzo Nibali ensuciando su luz
rosa en una curva maldita, Carlos Sastre lamentando su mala suerte, el
Liquigas maldiciendo a esos 'locos' románticos a los que se les ocurrió
que aquello era una buena idea. Eran Evans, su jersey arco iris
empañado, y Vinokourov, sus brutos gemelos martilleando con esfuerzo y
alegría, creando una batalla épica, única, increíble. Eran las
estrellas del Giro de Italia 2010 rebozándose por la tierra de La
Eroica.
Tierra que era barro. Tierra que inundó por completo las admiradas
figuras de los ciclistas, esos chicos que inventaron una novela
preciosa en Montalcino. Abrieron la puerta que da acceso a la leyenda
del ciclismo. Fue una de las etapas más bonitas, más grandiosas, más
divertidas, más bestiales, de cuantas se recuerdan en el deporte de las
dos ruedas, en el deporte de los pedales.
Jornada que Angelo y sus hombres quieren que se repita en la quinta
etapa de un Giro entristecido, con el joven Wouter Weylandt en la
memoria. Porque la 'Corsa Rosa' vuelve a la tierra en su quinto día de
carrera. Orvieto, esa ciudad italiana que se alza sobre una roca,
recibirá a los corredores después de que éstos abandonen por un rato el
asfalto y visiten la tierra.
La aventura comenzará allá por el kilómetro 151, poco antes de comenzar
a subir la Croce di Fighine. Serán 7,5 kilómetros de tierra en total,
con 3.000 metros infernales, amenizados con porcentajes que llegan al
15%. Tras el descenso, tocarán de nuevo las habituales carreteras hasta
toparse con otros 2.000 metros de 'sterrato' en el kilómetro 163,2 y
con 9.500 metros en el 166.
19 kilómetros por tierra para que lo deportivo recupere el protagonismo
tras la trágica tercera etapa y el homenaje para la historia de la
cuarta. Se abre un nuevo capítulo del Giro de Italia 2011.
Giro de Italia 2011: Vuelve la tierra
Tras el éxito de Montalcino en 2010, los tramos de tierra vuelven a tomar protagonismo en la quinta etapa de la presente edición de la 'Corsa Rosa'