Una vez que llega la primera, vienen todas seguidas, se suele decir. Así le ha pasado a Óscar Freire en la Vuelta a Andalucía. Emergió entre las vallas publicitarias que se inmiscuyeron en el camino del sprint final en la cuarta etapa y en la última, fácil, sin escollos y con menos rivales, pues Koldo Fernández de Larrea ha tenido que ver la carrera desde la cama del hospital y Fran Ventoso, magullado, no ha disputado el final, ha terminado sumando su segunda victoria de la temporada, un escalón más hacia el Olimpo de la Milán-San Remo.
La llegada a Antequera era muy Freire, de esas que se aventuran al sprint de los valientes, lo del potencia no solo para las llegadas completamente planas si no con una leve cuesta en su final. Ahí no tiene rivales el cántabro. Aún así, Samuel Sánchez se aventuró a probar. Segundo. La etapa cantada de Freire tuvo no solo un guión previsto en su final, si no también en su desarrollo. En el camino desde Córdoba y sus vientos que desvisten vallas publicitarias para tirar ciclistas al suelo, tres fueron los escapados. David Bernabéu, Xabier Zabalo, Cyril Bessy, del Saur Sojasun y Jan Barta, del NetApp echaron un pulso al pelotón controlado por el RadioShack del líder Markel Irizar.
Sin sorpresas, todo calculado. A tres kilómetros para el final, la escapada fue anulada e Irizar comenzó a cantar victoria, en bajo, por si acaso. Por si las vallas. Nada más allá de lo previsto sucedió. Victoria de Freire y confirmación para Irizar, la de la general de la Vuelta a Andalucía, su primera gran victoria directa a las arcas del RadioShack.
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