Suma y sigue el Rabobank. Y da igual
que sea de forma individual o como equipo, de todas formas saben
ganar. La primera etapa de la Tirreno-Adriático, una contrarreloj
por escuadras lo ha refrendado. El equipo holandés ha sumado su
duodécima victoria de la temporada, y solo estamos en marzo. Etapa y
liderato para los holandeses, jersey azul que vestirá el gigante
Lars Boom, el primer hombre de la formación en cruzar la línea de
meta.
Lo hicieron juntos, acompasados. Marcaron un tiempo de 18 minutos y ocho segundos sobre los 16.8 kilómetros que inauguraban la carrera de los dos mares. Segundo fue el Garmin Cervélo, a nueve segundos, y tercero por un segundo más, el HTC de Cavendish. Las dos formaciones españolas no rindieron precisamente a un buen nivel. El Movistar se tuvo que conformar con la 15º posición, a 51 segundos, y el Euskaltel-Euskadi fue último, dejándose en meta más de un minuto.
Tampoco le fueron especialmente bien las cosas a Joaquim Rodríguez y su Katusha. El equipo ruso se dejó 53 segundos. Nada, por otro lado, que no sea salvable con todo lo que queda de una carrera que mañana partirá con Lars Boom como líder, un gigantón de un metro y 91 centímetros que fue campeón del mundo de ciclocross hace tres años y que combina ahora el barro en invierno y la carretera, su gran pasión durante el resto del año. El teórico jefe de filas del Rabobank para Tireno-Adriático es Robert Gesink, pero el recorrido, especialmente con la contrarreloj de la última etapa, le favorece más a él que al escalador.
Además, Boom ya fue capaz de ganar a todo un Fabian Cancellara en el prólogo de Qatar. "Aún así no me planteo cada carrera como un uno contra uno. Hay muchos corredores y rivales", dice el ganador, que espera afinar en esta Tirreno-Adriático, "para ayudar a Freire a ganar la Milán-San Remo" y después, hacer él lo propio en las clásicas del pavé, su gran sueño.