Que la Vuelta a España 2011 acabe con el mismo resultado que la de 2010, con un éxito rotundo, con los aficionados tomando las cunetas de las carreteras, conquistando todas y cada una de las ascensiones, pegados, sin pestañear, sin cerrar los ojos, a la televisión, según Javier Guillén, depende de que la fórmula pensada, la de ofrecer lo mismo pero con diferente paisaje, continúe gustando.
El 20 de agosto, una semana antes de lo habitual, comenzará, en la Costa Blanca, en la capital del turismo, en Benidorm, un duro, largo, bonito y sufrido camino que llevará a los corredores hasta Madrid. Del mar al centro.
Una crono por equipos de 16 kilómetros subirá el telón de un evento que cada temporada, que cada año, recupera, poco a poco, la repercusión que tuvo antaño, cuando la siesta desapareció del vocabulario de los españoles. Benidorm será el estreno, la primera piedra del trayecto hasta Cibeles, hasta La Castellana. De allí, del paraíso del ocio, los protagonistas de la Vuelta se marcharán a La Nucía, desde donde partirán hasta Orihuela, territorio conquistado el pasado año por Alessandro Petacchi. La tercera etapa, de Petrer a Totana, guarda, a tan sólo diez kilómeros de meta, el Alto de la Santa.
Comienza la montaña
Ya en la cuarta etapa, en la bienvenida de Andalucía a la Vuelta, las carreteras empinadas, las cuestas interminables, las mil y una curvas que nunca se acaban, aparecerán, por primera vez, en el recorrido gracias a una jornada que podrá dejar muy tocado a todo aquel que no encuentre respuesta en sus piernas, que no llegue con las fuerzas suficientes para luchar por 'La Roja', por esa prenda que deberán pegarse camino de Sierra Nevada. Antes, la Sierra de Filabres, de primera categoría, y Blancares, de tercera, evitarán que naveguen cómodos hasta la primera llegada en alto de la 66ª edición de la ronda nacional.
El que sobreviva a esa dura jornada, deberá enfrentarse el día siguiente al muro que derribó Igor Antón en 2010. Las calles de Valdepeñas de Jaén volverán para martillear el cuerpo, para desgastar energías, para romper aún más la clasificación, con aquel 27% que regaló estampas para recordar, imágenes para encuadrar y recordar por qué el ciclismo es tan bonito, tan espectacular, tan épico.
La sexta etapa, la de la despedida del sur de España, llevará al pelotón desde Úbeda hasta Córdoba, con el Alto de San Jerónimo, de segunda categoría, a poco más de diez kilómetros del final, como máxima dificultad. Luego, Castilla la Mancha cogerá el testigo. Almadén recibirá a los ciclistas para dejarlos en tierra de Arroyo, en Talavera de la Reina, desde donde cabalgarán un día más tarde a San Lorenzo de El Escorial. Rampas de hasta un 28% rematarán a aquellos que hayan conseguido sobrevivir a Mijares, de primera, al Alto de Collado Mediano y del Hoyo de la Guija, de segunda, y al de San Lorenzo, de tercera.
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El Angliru y País Vasco, vuelven
Si hay un nombre con el que los ciclistas, con tan sólo oírle, con tan sólo leerle, tiemblan, ese es el del Angliru, que amenazará a los corredores, que, además, tendrás que subir el Alto del Tenebredo, de segunda, y el del Cordal, de primera. Un día marcado en el calendario de los que sueñen con vestir 'La Roja' en Cibeles, que sueñen con inscribir su nombre en un escenario histórico, de esos en los que sólo los mejores, los más grandes, ganan.
Después de tanta montaña, llegará la calma. Haro acogerá la llegada de una jornada para velocistas. Pero sólo por un día, ya que Peña Cabarga, aquel lugar al que nunca llegó Igor Antón, tendido sobre el asfalto a los pies de la ascensión cántabra, se cruzará en el camino de la Vuelta en la 17ª etapa. Y antes de que Euskadi reaparezca, Solares y Noja, salida y llegada, protagonizarán la 18ª etapa.
Y por fin, llegará el turno de País Vasco. El 9 y el 10 de septiembre de 2011 pasarán a la historia del ciclismo. Bilbao y Vitoria celebrarán las llegadas de las dos etapas que significarán el regreso 33 años después de la Vuelta a España. Sólo un día más tarde, Madrid será el escenario del paseo que comenzará en el Circuito del Jarama, otra de las novedades de la 66ª edición de la Vuelta a España. Misma fórmula, distinto escenario.