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Tom Boonen Remix, el arcoíris en la pista de baile

Titulado 'Tom Boonen Remix', el tema se convirtió al poco tiempo en una melodía festiva recurrente para los flamencos, quienes de paso rebautizaban a Boonen para los restos con ese 'Tommeke' con el que nunca nadie le había conocido.

Lorenzo Ciprés (@LorenzoCipres). Foto: Sprint Cycling Agency

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Tom Boonen

"La verdad es que odio la canción; cada vez que entro en algún bar acaba sonando y me siento como un mono de feria. Todo el mundo se vuelve hacia mí para ver cómo reacciono y me graba con el móvil. No hay semana en la que no me etiqueten en vídeos donde aparecen desconocidos bailándola enloquecidos. Lo único bueno, seguramente, es que los más jóvenes me conocen ahora gracias a ella, y que me ha ayudado a perdurar en la memoria de quienes ya sabían de mí. Hasta en una edición de la gala del Flandrien del Año tuve que escucharla".

Titulado Tom Boonen Remix, creado y producido por un tal Patrick Kacmar bajo el nombre ar tístico de Vir tual Zone, el referido tema vendría a ser una composición eminentemente comercial, sin excesivas pretensiones, donde una melodía machacona que hace de introducción se interrumpe a los dos minutos con las declaraciones del campeón belga tras su victoria mundialista de 2005 por delante de Alejandro Valverde en el Paseo de la Castellana madrileño.

De inmediato, le sigue la narración del final de la carrera realizada por el presentador de la televisión flamenca, y tras las voces regresa la música. El Tommeke, Tommeke, Tommeke, wat doe je nu? ('¿Qué estás haciendo?') de Michel Wuyts terminaría calando muy pronto en el ideario colectivo de la afición flamenca. Ayudado por Internet, todavía en un momento donde las redes sociales estaban en pañales y el ciclismo vivía mayoritariamente de los medios tradicionales, extendió su popularidad incluso a nivel internacional, un tirón todavía vigente justo ahora que se han  cumplido veinte años de aquel caluroso domingo madrileño.

La idea de musicalizar algo tan poco convencional fuera de contexto como la narración del final de un Campeonato del Mundo llegaba pocos días después de la mano de un avispado empresario musical neerlandés. Con el permiso de la cadena emisora primero, propietaria contractual de la voz, y del propio Wuyts después, quien apenas se llevaba unos centenares de euros despreocupado de la dimensión real que su intervención acabaría alcanzando, el tema nacía y se convirtió al poco tiempo en una melodía festiva recurrente para los flamencos, quienes de paso rebautizaban a Boonen para los restos con ese Tommeke con el que nunca nadie le había conocido.

"Aquella época fue un poco caótica -reconoce el ganador de aquel maillot arcoíris recordando la intensidad de los momentos vividos-. Pasamos de ser seguidos por los mismos periódicos y canales de siempre a ver cómo hasta las revistas del corazón se acercaban a las carreras. Fue una transición de este deporte para el que no estábamos muy preparados al principio. Se desató una fiebre sobre mi persona que no era normal. Recuerdo tener que cambiar cada poco de teléfono porque no paraba de sonar".

Hoy, Boonen, sigue siendo una celebridad entre los suyos, pero en otros ámbitos goza de cierta tranquilidad. Buena muestra de ello es que, extrañado tras verle firmar autógrafos este verano en Ibiza, el exfutbolista sueco Zlatan Ibrahimovic se dirigió a él preguntándole quién era. Boonen respondía bromeando sobre su identidad: "Soy Tom, cantautor belga".