Alberto Contador "Sin duda, uno de los grandes rivales de toda mi carrera deportiva. Era muy competitivo desde el inicio de temporada hasta el final y en las primeras vueltas del año teníamos duelos, en todas. Éramos dos corredores muy diferentes; él sabía que su punta de velocidad, el sprint final más las bonificaciones que había, corrían a su favor y siempre vivíamos esa pelea. Es un superclase. Con cuarenta años sigue enfrentándose de tú a tú con ciclistas a los que dobla en edad. Y con la ilusión de un juvenil. Eso es lo que hace que puedas mantener el nivel y te sacrifiques, que entrenes con toda la ilusión del mundo pensando en conseguir resultados. Le queda un año de contrato, pero no descartaría que continuara un poco más porque se ve que disfruta como un niño con lo que hace y, de paso, nosotros con él". Javier Mínguez "He sido su seleccionador en seis mundiales, de Florencia a Innsbruck, donde por fin consiguió el oro después de un historial fuera de lo normal. Había demostrado que tenía calidad para ser campeón del mundo y en Florencia pudo serlo tranquilamente, no fue así en cierto modo por culpa suya, pero al fin lo logró en 2018. Del Valverde de mi primer Mundial al último he visto más serenidad y menos inquietud. Y no creo que esa evolución haya sido por la edad. Con él es muy fácil trabajar. La comunicación siempre fue muy sencilla, no pone problemas ni una sola queja. Pero el entorno yo no lo controlaba y hubo momentos que fue perjudicial para él. Trabajamos mucho para meterle en la cabeza que en los mundiales había que correr de pobre, sin dejarse ver en ningún momento hasta el final, para salir de rico y, gracias a que encontró esa tranquilidad, le llegó su gran momento en Austria. Ojalá volvamos a verle ganar otro mundial". Pablo Lastras "Es una de esas 20 o 30 personas en el mundo tocada con una varita mágica. Hemos tenido mucha suerte de que eligiese el ciclismo, podría haber sido el mejor en cualquier otro deporte. Ser tan buena persona le ha quitado tener más victorias en su palmarés y eso se traslada a la hora de tratar a todos sus compañeros, staff, jueces, organizadores, prensa, compañeros de grupeta..., siempre con respeto y saber estar. Se hace querer y es muy fácil trabajar con él, tanto de ciclista como de director. Le encanta todo lo referente al material, sabe hasta lo que pesa un maillot o cómo frena una prenda poco aerodinámica. Uno de sus secretos es disfrutar con lo que hace y cuidarse mucho para alargar su vida deportiva. Compañero como nadie, implicado, puntual, disciplinado y alegre, da sentido a todo el mundo que trabaja a su lado. Tiene un gran compromiso con la sociedad y con el ciclismo, de ahí sus equipos de formación. Alejandro, gracias por enseñar tanto, hacernos disfrutar y darlo todo siempre. Leyenda de nuestro deporte". Juan Mari Guajardo "El primer recuerdo que tengo suyo es el Campeonato de España sub23 que ganó en León. De ahí en adelante, un montón de carreras y vivencias. Con él he estado mucho tiempo en el podio, eso indica todo lo que ha pasado por ahí. Siempre un saludo, nunca esquivo, no ha cambiado nada estando en lo más alto. Podría no ser tan cercano y es justo al contrario. Es una gozada ver cómo el público se emociona con él, especialmente en la Vuelta a Murcia, en su casa, donde es un ídolo. Le he visto llorar de alegría y emocionarse, como en su regreso tras la caída del Tour cuando ganó en Albuixech en la Vuelta a Valencia. El abrazo ese día fue muy especial, igual que en la trastienda del podio del Mundial de Ponferrada. Era mi segundo mundial como speaker; en el primero, en Madrid 2005, ganó otra medalla. En la última Challenge de Mallorca le enseñé los apuntes sobre él. '¿Todo esto?', me decía. 'Y más', contesté. Páginas y páginas con todos sus éxitos. Una de las grandes alegrías que me dio fue verle ganar La Vuelta de 2009, porque hasta entonces siempre se decía "gran corredor pero...". Virenque me preguntó hace dos años cuándo se va a retirar. Le respondí que ojalá nunca". Óscar Sevilla "Viví con él su primera etapa como profesional. Tenemos muy buena amistad, coincidimos en muchas cosas. En la ilusión que tenemos por la bici, la pasión, la profesionalidad y trata de ser siempre competitivos. Le gusta ganar, sea en entreno o carrera. Cualquier pancarta te la esprinta. Ha mejorado mucho con los años, era más clasicómano cuando llegó al Kelme, tipo Freire, pero supo bajar el peso y, sin ser un escalador nato, estar con los mejores en la montaña, ganar La Vuelta y hacer podio en el Giro y en el Tour. Recuerdo unas vacaciones en Canarias, que si yo hacía cinco kilómetros, él hacía seis; si me comía algo, él comía un poco menos. Seguimos activos tras un montón de años y hemos visto pasar generaciones, pero los dos disfrutamos mucho más que antes. Yo, en Colombia, más tranquilo; él, con un poco más de estrés, aunque no tiene que demostrar nada a nadie. Es un ejemplo". Peter Sagan "Cuando pasé a profesionales, él ya era uno de los más grandes ciclistas del mundo. He ido creciendo y ganando carreras y ahí continúa, en lo más alto. Y muchas veces ganándome. Lo suyo es impresionante, un auténtico campeón. Ha visto pasar un montón de generaciones de ciclistas y ha seguido venciendo, y lo hace ante rivales muy jóvenes. No hay otro como él. Con su edad me parece increíble tener la motivación para sacrificarse tanto y pelear por todo lo que corre. Me sentí muy orgulloso de que fuese mi sucesor como campeón mundial y me hizo ilusión entregarle la medalla en el podio. Si cogemos todas las generaciones a las que ha sobrevivido y ganado, podemos afirmar que es el ciclista más fuerte del mundo en cuanto a longevidad y cantidad de rivales a los que ha batido. Es una leyenda del ciclismo". Samuel Sánchez "Un amigo dentro y fuera de la carretera. Un rival pocas veces batible. Un espejo en el que me miraba para poder entenderle y buscar su punto débil. Destacaría su nobleza y una ambición incansable de ganar que no le ha apartado de saber de dónde procede. No ha perdido ni un ápice de su personalidad dicharachera. Hemos crecido juntos desde sub23. Si le querías vencer, implicaba ser mejor ciclista, mejor estratega. Me abracé con él en sus victorias y él me abrazó en las mías. La amistad que nos une va más allá de la rivalidad deportiva. Me hubiera gustado compartir equipo con uno de los más grandes de la historia del ciclismo. Es inimitable, incomparable y seguramente irrepetible. Genio y figura para todo". José Ramón Jaba Ramírez "Le conozco desde su época de adolescente. Son muchas las experiencias vividas con Alejandro y resulta muy difícil escribir sólo unas líneas sobre su lado humano. Es una persona excelente, con una nobleza que se ve en sus ojos. Sabe ponerse en el lugar del otro y transmitir la capacidad para actuar correctamente en cualquier circunstancia. No se cree por encima de otras personas y comparte su tiempo con los demás sin esperar nada a cambio. Lo que más valora es la lealtad. Le estaré eternamente agradecido, ya que tras un atropello que sufrí donde me fracturé la pelvis y la clavícula, llamó personalmente al equipo médico que le recuperó de su gravísima lesión de rodilla para que se pusieran a mi disposición en la rehabilitación. Una gestión gracias a la cual estoy recuperado. La gente desconoce que es mejor persona que deportista. Muchas gracias, Balica. ¡Felicidades veterano y bienvenido a la categoría reina del ciclismo, Máster 40!". Joaquim Rodríguez "Es el ciclista al que más me he parecido. Los dos teníamos explosividad y ese último kilómetro fantástico del que a lo mejor otros, que subían igual, no disponían. Ha sido mi gran rival y mi palmarés se ha visto muy reducido teniendo un corredor de su altura a mi lado. Incluso creo que el suyo también, con un corredor como yo enfrente que de vez en cuando le podía ganar. También nos privó a los dos de muchas victorias, con ese 'tira tú, tiro yo' con la boca pequeña, a ver quién tiraba más. Éramos los dos bastante putas. Sobre todo yo, que tenía menos motor que él y me faltaba ese punto de velocidad. Intentaba pillarle a contrapié en la situación que fuese. Me siento muy orgulloso de haber corrido contra él y contra Alberto Contador, dos fuera de serie y por méritos propios entre los mejores del mundo, en la historia del ciclismo a la altura de Eddy Merckx, Fausto Coppi, Moser o Indurain. El día que seamos muy viejos y se presente la Vuelta a España 2045 pondrán imágenes de Contador y Valverde y se verá a un chiquitín a su lado, peleando contra ellos. No subía como Alberto ni tenía el sprint de Alejandro, pero llegué a estar a su nivel. Y he disfrutado mucho con ellos. Es una barbaridad que continúe pensando en seguir como ciclista profesional, cuando ya lo ha ganado todo y no tiene nada que demostrar. Lo único que le puede motivar es disfrutar de la vida que lleva como ciclista. Eso es lo que más le gusta". Eusebio Unzué "Lo más grande que le puede ocurrir a un mánager es tenerle en su equipo. Un ciclista que allí donde va es una opción real de victoria y llevamos 15 años así. Habrá habido corredores mejores en algunas cosas, pero ninguno con su capacidad de brillar en cualquier sitio. Ves su palmarés y la diversidad de carreras que ha ganado es increíble: por delante de sprinters, cronos, clásicas, vueltas de una semana, de tres, el Mundial... Difícil encontrar alguien tan polivalente y mucho más que lo haya hecho ante tantas generaciones. Es una leyenda del deporte español. A ella contribuye su forma de ser, lo respetuoso que ha sido con todo el mundo y lo sencillo que es. Encuentra soluciones a los pequeños y grandes problemas. Nada le ha hecho cambiar y sabe hacer que los disgustos duren siete minutos y no dos días. Nunca me había ocurrido que hayan venido grandes ciclistas a decirme que les gustaría poder correr aunque fuese un año con él. Eso te da una idea de hasta qué punto le admiran. Disfruta como un crío con esto. Espero que tenga una despedida como merece y no dé una pedalada más de las debidas. No le voy a ayudar a seguir, a que esté más tiempo del debido como ciclista, aunque mientras mantenga la ilusión en el día a día, que es lo más duro, no hay ninguna razón para pensar en verlo lejos de la bicicleta". Julian Alaphilippe "Es mi rival más grande, fue muy duro ganar mi primera gran clásica frente a él. Siempre le he tenido mucho respeto. En el pelotón es una persona muy leal. Se ha ganado el aprecio de todo el mundo del ciclismo y es un ejemplo para todos los corredores que nos medimos a él, especialmente para los jóvenes. Su palmarés es impresionante y no deja de sorprendernos. No sé si yo voy a llegar a estar encima de la bicicleta cuando tenga 40 años como él y al nivel que demuestra. Eso le hace alguien especial y único, además de muy profesional con lo que hace. Siento mucho respeto por Valverde. Me cuesta expresarlo con palabras, pero es uno de los ciclistas más grandes de las últimas décadas". Juan Carlos Escámez "Alguien muy especial con el que he compartido muchas cosas muy bonitas. Me siento orgulloso de que con mi trabajo pueda aportar un granito de arena a esa gran montaña que es Alejandro Valverde, esa leyenda. Pasa el tiempo, cambian las carreras y los rivales, pero el que siempre está ahí es Alejandro. Es un tío con una calidad innata, pero no se ha relajado en ningún momento. Es uno de los más profesionales que hay en todos los sentidos. Dentro y fuera de la bici, porque se necesita eso para llegar a los 40 de la manera que lo ha hecho y con los triunfos que atesora. Más que un currículum, tiene una enciclopedia por tomos. Hay que sacrificar muchas cosas para lograrlo. Pasan los años y no pierde la motivación. Incluso con el confinamiento, alguien con su edad y con todo hecho podría volverse más apático o empezar a pensar que el rodillo da pereza y qué va, todo lo contrario. Se lo toma como una nueva etapa. Consigue extraer el lado positivo de la rutina. En los parones, no sé qué es lo que hace pero el tío aguanta y le acaba sacando el doble de partido que otras personas. Ha roto todos los límites habidos y por haber. Cada año pensábamos que iba a ser el último en el que estaría a tope y nos ha sorprendido una y otra vez. Con Alejandro se puede creer en todo. Eso es lo bonito, que te hace ilusionarte y siempre aporta esperanza. Es como un hermano". Chente García Acosta "Era muy fácil trabajar con él como compañero y como director, igual. Alejandro es un tío muy agradable y hace mucho grupo. Es su mayor virtud. Encima tiene la ilusión de un crío, se entrena y cuida como nadie. Siempre ha sido un fuera de serie encima de la bici y al bajarse nunca le he visto un alarde de 'aquí estoy yo'. Desde que lo conocí hasta ahora sigue siendo el mismo, con las bromas de siempre. Ya le digo: 'Alejandro, ¡cambia un poco el repertorio!'. Solíamos compartir habitación cuando yo todavía corría. Imagínate cuando está aburrido lo peligroso que es. Yo, un veterano que quería tranquilidad y que nadie me molestase, y él que no paraba de hacerte bromas. Ahora se las hace a los chavales y me río más porque ya las conozco y sé por dónde va a salir: quitarte el móvil y llamar a alguien de tu agenda, hacer alguna foto... jamás son bromas pesadas. Dirigirle es muy fácil porque hace todo sencillo. Tiene mucha experiencia y su propio punto de vista. Lo único es que hay que decirle muchas veces que se lo crea, que es el que más va. No dudes es una de las frases que más le repito. Lo demás es muy sencillo porque tiene una gran visión de carrera y con una mirada hace que sus compañeros se convenzan. Nos une la amistad desde que ambos éramos ciclistas. Él sabe como pienso yo y yo sé como piensa él. ¡Bienvenido a la nueva década, cuarentón!". Natalia Mateo "Como mujer de Alejandro y madre de sus hijos os puedo hablar de su faceta más personal: la de marido y padre. Es una persona metódica y sacrificada, tanto en la bici como con su familia. Es muy hogareño, le encanta pasar tiempo de calidad con los suyos. Disfruta jugando con sus hijos y sus perros. Algo que ha aprendido de mí es su amor por nuestros cuatro perros. Necesita los abrazos, los besos y poder cogerme el pelo. Es feliz con una comida sencilla, aunque le encanta descubrir conmigo nuevos sitios y restaurantes. Lo que no perdona nunca es la cerveza y el helado de chocolate. Le encanta viajar cuando tenemos ocasión. No habla idiomas, pero disfruta llevándome de intérprete. Nuestro destino favorito es Nueva York, donde llevamos a Pablo la pasada Navidad. También adora Ibiza, su vida diurna y sus playas, aunque es tan friolero que apenas se baña más arriba de la cintura. Cuando podemos nos acercamos solos como escapada relax. Es conformista, caprichoso, pero sobre todo muy impaciente. En este aspecto hay que saber llevarlo, es bastante obstinado. Despistado con las fechas y los detalles, aunque siempre trata de compensarlo. Le encanta que lo cuiden y estén pendiente de él. De igual manera, él intenta cuidar a los suyos siempre. Detesta las discusiones y es parco en palabras; usa el silencio por respuesta. Cree en la suerte y para él es muy importante hablar con sus hijos antes de competir, que Pablo y Natalia le deseen suerte. Al acabar cada carrera me llama para contarme, desahogarse o buscar ese aliento que lo hace sentirse mejor. A veces es como un niño pequeño. Alejandro es una persona con un gran corazón, casi tanto como su palmarés". Enric Mas "Antes de entrar en el equipo, durante los tres años que estuve en QuickStep siempre me daba consejos, tanto en carrera como fuera. Siempre me decía qué iba a pasar o qué me esperaba en el puerto que tocaba después. Tengo una anécdota en el Tour 2019. El día de los abanicos había mucha tensión, se hizo el primer corte e íbamos un grupo de treinta ciclistas muy pegados por una carreterita estrecha. Yo iba a rueda de Alaphilippe, se cerraron delante y para pasar tenía que molestar un poco al Movistar porque ellos iban pegados a la cuneta derecha. Alejandro iba el último y cuando me vio llegar pegó un grito a sus compañeros para que pudiera pasar. Eso no lo hace cualquiera. Para mí fue un gesto que valió mucho. Ahora me siento encantado de compartir equipo con él. Siempre aprendo algo, ya sea de carreras, entrenos, nutrición... de todo. Te explica las cosas con naturalidad y que alguien tan grande sea así y le pueda tener cerca es todo un orgullo". Carlos Arribas "La carrera de Valverde se resume en dos mandamientos, ganar y resucitar. En la España que dio al mundo los Beatles de Cádiz, que sonaban a chirigota, también ha nacido el Merckx de Murcia, pero este no es cosa menor. Es Alejandro Valverde, que ya llegó al pelotón como una estrella, la primera del siglo XXI, y que 20 años después, y 20 vidas casi, lo sigue siendo. Ya no hace falta hablar del Merckx de Murcia, sino al revés, cada joven que sale en cualquier rincón es para los especialistas un Valverde en potencia. Llegó al ciclismo en los años turbulentos y nunca se ahogó. Varias veces -Operación Puerto, fiscalía italiana, clavícula rota, rodilla rota, despistes, caídas varias, pasos por filosofías ciclistas tan diferentes como Belda, Echávarri y Unzué- se le dio por casi muerto o acabado, y de todos los momentos bajos regresó a la vida con más fuerza aún de la que mostraba antes. Después de ser fundamental para que Freire ganara su tercer Mundial se fue al Illes Balears y, al año siguiente, más fuerte que nunca, debutó en el Tour y lo hizo con una victoria sobre el Armstrong del séptimo que permitió que se le augurara un brillantísimo porvenir en la Grande Boucle. Dos días después se retiró con un golpe en la rodilla. Tampoco terminó el Tour de 2006, el que comenzó con la limpia de la Operación Puerto, porque se rompió la clavícula delante de Merckx en Valkenburg. Volvió de la suspensión en 2012 ganando en la vieja colina de Willunga, en Australia; y en su regreso al Tour venció en Peyragudes. Y aún le quedaba tiempo para una nueva resurrección, la que experimentó a los 38 años: siete meses después de romperse la rodilla en el prólogo del Tour, y después de semanas de rehabilitación y dudas, ganó una etapa en la Comunitat Valenciana. Fue el inicio de un 2018 que culminó con el arcoíris de Innsbruck. Seguro que cuando regrese a la competición, con los 40 bien cumplidos, estará más fuerte que nunca, y el Monte Fuji de los Juegos de Tokio, en julio del 21, será testigo de ello". Óscar Freire "Con Alejandro he tenido un poco de todo, tanto como rival como de compañero en la selección. Nuestra rivalidad ha sido muy sana y buena. Recuerdo la primera vez en el Trofeo Luis Puig 2004. Me escapé en los últimos kilómetros y gané; él quedó segundo por sólo unos metros. Ya se veía que apuntaba alto. De ahí en adelante nos disputamos muchísimas cosas, aunque él era capaz de ganar en todos los terrenos. Fue un gran compañero de pelotón y siempre un amigo. Es de los pocos corredores que todo el mundo se alegra cuando gana. Y cuando él te batía dolía menos por su superclase. Tengo bonitos recuerdos de las veces que hemos compartido selección, tanto en Mundiales como en Juegos Olímpicos. Hemos sido buenos compañeros. En algunos momentos la selección no estuvo unida, pero en otros muchos sí y la prueba está en mi tercer título mundial. Él me lanzó el sprint y podría haber hecho su resultado porque estaba capacitado. Eso lo valoro mucho, alguien que puede hacerlo bien y aparca sus intereses por los tuyos. Es un superciclista. Un corredor enorme, que vive entregado a su deporte". Imanol Erviti "Su sencillez hace que sea fácil trabajar con y para él. Tienes siempre la puerta abierta para decir algo o corregirle cosas y que él lo haga contigo. Te entrega su confianza y crea un gran ambiente. Que un tío tan bueno en la carretera sea luego tan sencillo lo hace mucho más grande. Tiene mucho sentimiento de equipo y sufre por los compañeros cuando no nos va bien. Incluso a sus 40 y con todo ganado, está abierto a aprender y mejorar. Ha entendido que este deporte cambia y se renueva cada día. El ciclismo al que llegó es muy diferente del actual y continúa disputando las mismas carreras. Ha sabido adaptarse y sobreponerse a un montón de varapalos. Su secreto es la mezcla de muchas cosas: un talento brillante con cualidades muy buenas para competir, más la profesionalidad que tiene y la pasión por lo que hace. Compartir habitación con él es un gusto, aunque casi siempre se despierte antes de que suene la alarma. ¡Es un inquieto! Y te despierta dándote algún susto. Ya empiezas el día con risas. Me chincha y me incordia, pero si yo tengo el día de tocarle las narices, pues lo hago y nos reímos los dos. Le encanta hacer bromas, pero también las acepta muy bien". Ion Izagirre "Lo que más recuerdo es cuando nos caímos los dos en el Tour, en Düsseldorf. La mente borra los malos momentos, pero de vez en cuando me acuerdo de estar juntos en el hospital. En un país diferente y con una lengua que no conoces, tenerle en la habitación de al lado hizo más fácil aquellos días tan duros. Nos hacíamos visitas con las muletas. Como ciclista no voy a descubrir nada, es un campeón. Y como persona puedo decir que me sorprendió mucho cuando me incorporé al Movistar Team. Hasta entonces no tenía ningún trato con él, nos saludábamos y poco más. Cuando Gorka y yo llegamos al equipo estuvimos muy bien con todos, pero me chocó que él, el líder del Movistar junto a Nairo, se mostrara tan cercano. Nunca ha querido un trato especial ni se ha sentido mejor que nadie. Tuve la suerte de vivir el Mundial de Innsbruck a su lado, desde la concentración en Granada que hicimos un gran bloque, pasando por el viaje y el vuelo que se nos retrasó y el día de gloria de convertirse en campeón del mundo. El grupo que hicimos fue la clave y mucho de eso lo aportó él, aunque en la celebración fue un poco abuelo y nos costó tirarle a la piscina. Como gregario te vacías por tu jefe de filas, pero siempre hay gente por la que te exprimes más, por afinidad, y Alejandro ha sido un líder así para mí. Un ejemplo. Por él dabas el 120%, porque siempre ha sido muy agradecido con sus compañeros". Luis Pasamontes "Le admiraba cuando llegué al equipo, lo seguí haciendo cuando me fui y le admiro ahora. Alejandro Valverde es el líder para el que más a gusto he trabajado. Al ciclista ya lo conocéis, es ése que consigue estar en puestos cabeceros y disputar victorias pese a ser el corredor más vigilado. Pero lo más enriquecedor es conocer a la persona, la que se enfundaba el maillot de campeón mundial y ahora viste el de España. Alejandro es sencillo, humilde y cercano. No es un tópico, es real. Recuerdo cuando llegué al equipo y me dijo: "¿Qué pasa chaval, cómo estás?". Se acercó a saludar a los nuevos y eso tranquiliza, te quita un peso de encima evitando que seas tú el que deba tomar la iniciativa. Es tranquilo y posee mucha seguridad en sí mismo, autoconfianza. En las concentraciones del equipo íbamos a los karts para hacer grupo y conocernos mejor. Hacíamos mangas clasificatorias; él esperaba a la final y ganaba. Ojo, esto no significa que no viva sus emociones internamente. En ocasiones creemos que Alejandro puede con todo y no le afecta nada, cayendo en el error de olvidar su reconocimiento, diferente al que le pueden dar la prensa o los seguidores. Siempre digo que el líder necesita un reconocimiento en pijama, de tú a tú. Me gustaba conversar con él de esta guisa, antes de dormir o justo al despertar. También tiene días tristes, de preocupaciones, como todos. Era difícil percibir cómo estaba y yo me esforzaba en hacerlo. Es tan profesional que no exterioriza sus sentimientos, quiere proteger a su equipo. Lo que más se valora de un líder es el reconocimiento que muestra hacia sus hombres de equipo. El Bala agradece una y otra vez todo lo que haces por él y eso te motiva a dar más y más. Recuerdo las celebraciones de su cumpleaños durante las Ardenas, compartiendo unas pizzas y brindando, desconectando días antes de alzar los brazos en meta. Le tengo gran aprecio y lo considero único. Habrá otros grandes ciclistas, pero no serán Alejandro Valverde". Joseba Beloki "19 años en la élite. No sé cómo no me he decidido por este titular. Potente, global... 19 años son muchos y encima al máximo nivel. Puestos a escribir, nos saldrán más titulares repasando la trayectoria del ciclista español más completo de la historia. Veis, otro titular. Mi primer recuerdo de Alejandro se remonta a 2002. Él neoprofesional y yo ahí, apretando al máximo en las grandes vueltas. Así como de Joaquim, Alberto o Luisle conocía su día a día, de Alejandro no tenía apenas referencias. Sabía quién era por las clasificaciones, pero no le había visto en directo. No me hizo falta mucho para comprobarlo; como me dijo una vez un director, "los buenos corredores destacan por los pequeños detalles". Challenge de Mallorca 2003. No sé si fue un enganchón o un pinchazo, pero con ver cómo pasó Valverde a cabeza, con desparpajo y decisión siendo sólo un chaval, me quedó claro. Recuerdo que por la noche lo comentamos en la mesa y días después consiguió la victoria final en la Challenge. Un corredor especial, rematador nato, un 9 de libro, peculiar para entrenar y apasionado del ciclismo. En Courchevel logró lo que pocos corredores: intimidar a Armstrong en los últimos metros. Fue una etapa de desgaste donde nosotros nos destruimos e Illes Balears cogió las riendas en bloque como el antiguo ONCE. Mancebo aguantaba como un koala y Alejandro tiraba de oficio de joven, el del potencial. Sobrado esperaba su distancia, la de su consagración. Nadie fue capaz de disimular su admiración por él. Armstrong luchó hasta el final y no pudo con su explosividad. Los cimientos que con desparpajo asentó en 2003 pasaron a ser una gran construcción. Un clásico en La Vuelta, los Mundiales y las clásicas, fijo en pruebas de cinco días, un ciclista lineal de principio a fin, capaz de dar viabilidad a un proyecto con sus triunfos. Regresó en 2012 y la falta de ritmo le duró un suspiro. A las primeras de cambio ya remató, pero de otra manera, mucho más maduro y leyendo las carreras con maestría. El control de sus impulsos lo hizo aún más fuerte. Me quedo con su tercer puesto en el Tour y las lágrimas en París. Aunque el Mundial fue lo máximo, eso vino después. Con la retirada de Alberto y Joaquim, ha sostenido la antorcha. Le vamos a echar de menos. Por cierto, me gusta lo del ciclista español más completo".