Rubén Peris: “Antes estábamos en la UCI y ahora estamos en planta”

Entrevista con el director de la Volta a Catalunya, la carrera por etapas decana del calendario estatal. “El matrimonio con ASO se está comenzando a ver", valora.

Texto: Juanfran de la Cruz. Fotos: Namuss Films.

Rubén Peris: “Antes estábamos en la UCI y ahora estamos en planta”
Rubén Peris: “Antes estábamos en la UCI y ahora estamos en planta”

A la 98ª edición de la Volta a Catalunya le quedan pocas horas para pasar de la potencia al acto. De la imaginación, la organización y el libro de ruta a su desarrollo competitivo. La cuenta atrás es imparable y la sede de la carrera es un lógico runrún de últimas horas. Y a su director, Rubén Peris (Barcelona, 1953), se le encadenan cuestiones de última hora y compromisos entre los que se encuentran unos minutos con  la web de Ciclismo a Fondo.

¿Cómo va esta cuenta atrás?

Van bien, van bien. Aunque cuando faltan dos o tres días se acumulan las llamadas, aparecen, entre comillas, algunos problemas… Lo lógico y normal.

Presentada la carrera oficialmente, más allá de todo el poso de recepción que tiene en ciclistas, medios y aficionados, ¿qué lectura hacéis desde la organización de esta propuesta para la nueva edición?

Al final, como siempre decimos, aquí los protagonistas son los corredores y ellos son los que hacen la carrera. Cualitativamente hemos dado un salto, ha sido un cambio en toda regla. Los nuevos diseños para los maillots que, respetando señas de identidad modernizan los símbolos, un mayor trabajo en las Redes Sociales, un importantísimo incremento en la parcela televisiva llegando a 190 países… Crecemos en calidad. El, de nuevo recupero las comillas, matrimonio con ASO se está comenzado a ver. Y seguro que más que se verá, seguro.

¿Teniendo en cuenta que ASO ya tenía presencia estatal a través de la Vuelta, esa vinculación a la Volta supone que nace alguna especie de grupo organizador en ‘España’ o es una mera coyuntura?

Hay una gran diferencia. La Vuelta es de ASO al 100%. Nosotros, al contrario, no. La Volta es del Club Volta Ciclista a Catalunya, pero hemos iniciado un acuerdo comercial con ASO. Nosotros ya tenemos una relación con la Vuelta a España, la teníamos y la tendremos, una relación de amistad y de respeto. Teníamos una relación fluida e intensa con Javier Guillén y con todos sus colaboradores.

 La Volta no ha vivido momentos fáciles en tiempos muy recientes. Las nuevas coyunturas, el avance y llegada de mejorías a buen seguro permiten hablar de esos días sin tabús…

Bueno, a mí me gusta decir que antes estábamos en la UCI y que ahora estamos en planta. Porque tampoco podemos lanzar las campanas al vuelo ante la situación actual. No me refiero por la situación política, porque ahí no entramos, sino a la económica. Este año, por primera vez en unos años, llegan varios nuevos patrocinadores. Contamos con el apoyo de empresas privadas, pero tenemos mucha dependencia de las Instituciones Públicas. De la Generalitat, de las Diputaciones y de los Ayuntamientos… No hay que olvidar que el ciclismo, y es algo cada días más patente, tiene a mostrar, explotar y defender la unión entre ciclismo y turismo. Al margen de la prueba ciclista, en nuestro caso también vendemos Catalunya. Y en esta línea de trabajo las televisiones cada vez lo hacen mejor y también los organizadores. Nosotros, de cara a este 2018, hemos elaborado un guión en catalán, castellano, francés e inglés para todas las televisiones, un guión donde se explican las localizaciones de las etapas… A ver, esto no es algo que hayamos inventado nosotros, el Tour de Francia lo viene haciendo desde hace años.

Rubén Peris posa con una bicicleta retro durante la presentación de la Volta 2018.

Mencionaba la situación política y es inevitable, lo entenderá, no preguntar por su influencia en la confección de una carrera ciclista…

Es un tema en el que, con sinceridad, no queremos entrar. Sí es verdad, y lo digo como organizador de una carrera deportiva, y por tanto un evento ajeno a todo, que sí es algo que un poco afecta. Se ha notado. El deporte, la Volta, siempre ha estado por encima de los temas políticos. Y lo estará. Trabajamos con todo el mundo por igual. Aquí no hay ideas. La Volta siempre ha estado por encima de todo esto, siempre tiene que estar y siempre lo estará. Y la mejor prueba es que afrontamos nuestra edición número 98.

“Nosotros no somos una empresa como tal”

Javier Guillén, director de la Vuelta a España, suele indicar que el porcentaje de dependencia del dinero de los finales oscila en torno a un tercio del presupuesto total de la carrera. Comentaba antes que la Volta depende mucho de las instituciones ¿De qué porcentaje estaríamos hablando en el caso de la ronda catalana?

Si agrupamos a todas las instituciones, es un porcentaje alto. Más que el de la Vuelta, por ejemplo. La Vuelta, para empezar, tiene más publicidad que nosotros. Es más grande. Y son más días. También manejan más dinero. Aunque no lo he valorado ni cuantificado, con sinceridad lo digo, quizá nos moveríamos en un 60 o un 70%. Pero hablo en general, contando diferentes conceptos como subvenciones, los finales de etapa, patrocinios institucionales…  Además, nosotros no somos una empresa como tal. Y no buscamos el beneficio económico. Nosotros somos una carrera con un cuerpo de voluntarios denso. Durante esta semana somos 100 personas haciendo la Volta a Catalunya y ninguno somos profesionales. No buscamos objetivos económicos. El objetivo es que nuestra cuenta de resultados tiene que ser igual a 0.

¿Qué retos de futuro tiene la Volta por delante?

No se pueden plantear grandes objetivos. Tenemos que ir año a año. Es cierto que ya tenemos algunas cosas cerradas de cara a 2019. Y por otra parte también que en nuestro horizonte tenemos el 2020, cuando celebramos la edición 100. Pero más allá de eso trabajamos en el día a día con la meta de no comenzar una edición de la Volta sin tenerla completamente cubierta; no ha cobrada, porque la administración tiene sus tiempos, sino cubierta. Como decía antes, no somos una empresa. Ni podemos hacer apuestas empresariales que, si salen mal, tenemos que afrontar personas particulares que alimentamos este club. No podemos, ni debemos ni tampoco queremos pedir créditos…

¿Algún esbozo de esas ‘cosas cerradas’?

No, no (risas). Son cosas que están ahí y que tienen que esperar. Ahora tenemos una edición 2018 que se presenta apasionante, interesante.

¿Qué es lo que más le gusta de esta edición 2018?

Es una pregunta de respuesta difícil. No por esta edición. Por cualquiera. Es como preguntarle a un padre cuál de sus tres hijos le gusta más. Desde la organización luchamos por una totalidad que luego podrá quedar mejor o peor en función de la evolución deportiva de la carrera. Es cierto que siempre hay etapas que te pueden gustar más o menos en función de tus gustos personales, como que también haya ciclistas que tengas mejor o peor sintonía… Es un todo. A todos nos gusta la montaña, pero cuando asistes a un buen sprint o un circuito de Montjuïc disputado, no dices que eso no es ciclismo.

Rubén Peris posa con una bicicleta retro durante la presentación de la Volta 2018.

Rubén Peris posa con el remozado jersey de líder de la Volta a Catalunya, que se estrena de cara a esta edición 2018.

Enrique Franco, del que se ha celebrado recientemente diez años de su fallecimiento, siempre dijo que tenía como grandes sueños el poder ver una Vuelta acabar en las Canarias y el poder afrontar la Bola del Mundo. En esta línea argumental Rubén Peris, como director de la Volta, ¿qué metas o sueños se plantea?

La Volta a Catalunya ha hecho muchas cosas interesantes. Visitar l´Alger, en Cerdeña, viajar a la isla de Menorca; las metas que se han hecho en Perpignan o en Colliure, entre otras… Me gustaría, y es algo que hemos hablado alguna vez en la directiva, poder hacer una etapa circular en los Pirineos más orientales. Una etapa que involucrase ambas vertientes. Es una asignatura que tengo pendiente, el poder hacer allí una buena etapa… o dos.

Marzo, hándicap y ventaja

Las redes sociales, las nuevas plataformas de comunicación, las nuevas herramientas con utilidades geográficas y aplicaciones deportivas han permitido que muchos aficionados hayan dado pasos adelante descubrimiento y proponiendo localizaciones, fundamentalmente montañosas. ¿La Volta también experimenta este fenómeno? ¿Os llegan muchas propuestas?

Sí, por supuesto. Siempre hay sugerencias. Un ejemplo, que metimos en la carrera hace unos años, fue el de incluir la Collada de Toses por una vertiente distinta de la que nos informó un aficionado. Nos la comentó, la vimos y por ahí metimos la Volta… Pero en este sentido tenemos que tener en cuenta dos cosas. Que no es lo mismo una marcha, o una salida recreativa, que una prueba como la Volta. Y no lo es por múltiples factores. Por su naturaleza en sí, por el volumen de personas, por su influencia en el tráfico,… A nivel de Volta a Catalunya tenemos un hándicap y una ventaja que pivotan en torno a las fechas actuales.  Marzo es un mes que nos permite contar con una muy buena participación, eso es evidente, pero en la parcela orográfica hay puertos que no podemos tocar. Un ejemplo: ese año vamos a Vielha, lo hacemos después de 25 años, y lo vamos a hacer  por el túnel. ¿Qué nos gustaría hacerlo por el Port de la Bonaigua? Claro. Pero el puerto puede estar cerrado.

Un ejemplo de puerto “tremendo” es el Coll de Pradell, en el Berguedà y un paso virgen en competición oficial…

Nos hablaron de él, sí. Incluso lo conocemos in situ, lo hemos visitado. Lo hemos estado mirando, pero su incursión hoy por hoy es problemática por cuestiones climatológicas.

Por otra parte, desde una perspectiva aséptica, y por concretar en otro ejemplo, sorprende que una montaña como Turo l´Home, tan cercana a Barcelona, tan accesible a muchos aficionados, sólo se haya subido en una ocasión, y lejana (1976)…

Al tratarse de un Parque Natural no es fácil por una cuestión de permisos. Organizar una prueba ciclista, y más una como la Volta, no es sencillo. Hay muchos impedimentos que no se ven, que no llegan al gran público. Organizativamente es un deporte complejo. No es simplemente por una cuestión de logística o infraestructura. El ciclismo implica cerrar carreteras, afecta a residencias y a industrias… Y la complejidad va a más si cambiamos una etapa en línea por una contrarreloj, que exige más horas de cierre de las vías públicas.

Javier Guillén cuenta que, en estos nuevos tiempos de modelo claro y mejoría financiera, la Vuelta ya no va exactamente donde la piden, que también ella da pasos adelante para ir a ciertos sitios donde quiere llegar… ¿Será factible con ASO detrás de la Volta?

Pues ojalá así sea. El tema con ASO es comercial. Si entra más dinero, teniendo en cuenta como decía antes que nuestro objetivo es quedarnos a cero, pues sí existe la posibilidad de apostar por llegar a ciertos sitios, reinvertir esos hipotéticos excedentes en cubrir gastos donde de otra forma no sería fácil llegar.  Ojalá podamos hacerlo.

En 2018 se estrena una prueba femenina a la que habéis bautizado como la Revolta.

Aprovechando las posibilidades que nos brinda el circuito, vamos a apostar por el ciclismo femenino. Nosotros, en nuestro barrio, ya hemos organizado para las categorías inferiores alguna competición mixta, chicos y chicas. Esto es una nueva apuesta. Y la idea es ir paso a paso. El club Ciclista Baix Ter organizaba este mismo día una carrera femenina [NdR: Gran Premi de Fèmines Jodofi Supermercats] y, para ayudarnos, la hacen un día antes. ¿Quién dice que la Revolta no se puede consolidar y que en vez de un día, y en un circuito, pueda contar con dos fechas o tres o incluso que no tenga lugar en otro momento del año y con más etapas?

Rubén Peris posa con el remozado jersey de líder de la Volta a Catalunya, que se estrena de cara a esta edición 2018.