Entre críticas y alabos los recorridos de la Vuelta a España, en su etapa más contemporanea, busca posicionarse a la altura de sus competidoras naturales, Giro y Tour, utilizando todo tipo de estrategias, que van desde la inclusión de metas inéditas, puertos de exigencia máxima, hasta lugares de comienzo anodinos, como un portaaviones, o etapas con iluminación nocturna. Las audiencias han sido favorables a esta nueva estructura de etapas y para los aficionados no han faltado argumentos de atención. Pero si queremos comparar los momentos de máximo interés, resulta casi obligado enfrentar las que se han considerado como etapa reina de cada una de las Tres Grandes, respetando en ADN que cada una de estas mega citas deportivas tienen: la explosividad del Giro, el conservadurismo del Tour y la innovación de la Vuelta.
Giro de Italia 2015
- Etapa 16, recorrido: Pinzolo-Aprica, 175 kilómetros.
- Puertos: Carlo Magno, Passo Tonale, Aprica (2 veces) y Mortirolo.
Con más de 4.550 metros de desnivel positivo acumulado, sobre el papel, esta puede ser la etapa más exigente de las tres pruebas, aunque sólo las rampas del Mortirolo, con tramos infinitos por encima del 10% de inclinación, suponen un territorio exclusivo para escaladores. La victoria se la adjudicó Mikel Landa, tras una buena estrategia del Astaná.
Tour de Francia 2015
- Etapa 19, recorrido: St Jean de Maurienne-La Toussuire, 138 kilómetros.
- Puertos: Chaussy, Croix de Fer, Mollard y la Toussuire.
Recortando la distancia al límite, la organización del Tour ha recurrido a la mítica Croix de Fer y al novedoso (y espectacular) Chaussy, para sumar más de 4.200 metros de desnivel en la meta de la estación de esquí de la Toussuire. El argumento de dureza está más relacionado con la longitud de las ascensiones que con su pendiente: clásico planteamiento de las etapas de montaña de la ronda gala.
Vuelta a España 2015
- Etapa 11, recorrido: Andorra-Cortal de Encamp, 138 kilómetros.
- Puertos: Coll de Beixalis, Coll de Ordino, La Rabassa, Coll de la Gallina, la Comella y Cortals de Encamp.
Con una longitud idéntica a la de la etapa reina del Tour, se ha apostado por la dureza máxima, pero distribuyéndola en seis puertos que se encadenan sin tramos llanos de transición, consiguiendo más de 5.000 metros de desnivel acumulado. Debido a la complejidad de la morfología del territorio Andorrano, donde se disputa el 100% de la etapa, los descensos son muy complicados, con carreteras estrechas y curvas enlazadas de trazado muy complejo.
¿Qué etapa consideras más dura de las tres?
