Alejandro Valverde ha hecho realidad hoy en París uno de los grandes sueños que le quedaban por cumplir como ciclista profesional; subir al podio del Tour de Francia. "Siento una ilusión grandísima y agradezco que mis hijos hayan podido estar a mi lado. Estoy satisfecho, cansado y contentísimo".
El murciano -tres veces vencedor de la Lieja, tres de la Flecha, seis veces medallista en los Mundiales, ganador de la Vuelta a España y otras cinco veces podio en la ronda español- tenía clavada muy adentro la espinita del Tour de Francia y quizá el año que menos lo esperaba, le ha llegado el premio del podio en la ronda gala. "El podio del Tour de Francia es especial porque es diferente, es más grande y es un honor poder subirse a él. He sentido emoción, alegría…es un premio a muchos años de lucha y sacrificio y nunca pensé que fuera a conseguirlo. Quizás, el hecho de no tener la presión del líder me haya ayudado a estar delante”.
Valverde fue preguntado por sus planes para lo que resta de temporada y confesó que estará en la Clásica de San Sebastián, la Vuelta a España, el Mundial y el Giro de Lombardía. A pesar del cansancio de estos días, El Bala ya piensa en su próximo objetivo. "Ahora quiero ser campeón del mundo".