El Tour de Francia no termina hasta que no se cruza por última vez la meta de los Campos Elíseos de París. Y a pesar de que Froome domina con autoridad la carrera, eso no exime de ser víctima de la imprevisibilidad del ciclismo, que en un solo palmo de terreno puede arrebatarte todo lo ganado durante tres semanas. Y no hay elemento que vuelva más loca la carrera que la lluvia, que tras provocar el abandono de Dani Navarro y una caída de Bauke Mollema, ha mandado al suelo a Chris Froome y Vincenzo Nibali.
El maillot amarillo ha tocado la pintura en una curva a derecha y ha perdido la rueda delantera. Froome ha golpeado con el hombro y el costado derecho, y tras él ha caído Vincenzo Nibali. Chris Froome ha necesitado que Geraint Thomas le dejara su bicicleta para poder continuar, aunque por fortuna, más allá de estos problemas mecánicos, no ha sufrido grandes inconvenientes a nivel físico. A priori, únicamente padece quemaduras superficiales.