Una gran etapa frustrada por los elementos

Una espectacular granizada y dos riadas de barro hicieron impracticable la carretera y obligaron a neutralizar una jornada que estaba siendo espectacular.

EFE / Ciclismoafondo.es. Foto: EFE

Una gran etapa frustrada por los elementos
Una gran etapa frustrada por los elementos

Hoy hemos vivido una gran etapa de ciclismo frustrada por los elementos. Mientras Egan Bernal dinamitaba la carrera con un ataque de campeón en la duras rampas del Col de L´Iseran, 30 kilómetros más allá se estaba desencadenando la tormenta perfecta, que acabaría por estropear una jornada de gran ciclismo.

Al día siguiente de batirse el récord de temperaturas registradas en Francia, el Tour se vio obligado a suspender parte de su antepenúltima etapa a causa de una tempestad de granizo que inundó la carretera y la hizo impracticable para el ciclismo. Se trata de un hecho inédito en una carrera que celebra su 106 edición, pero una decisión que todo el mundo aceptó una vez que vio las imágenes de las máquinas quitanieves tratando de sacar granizo y agua de la calzada en Val d'Isere.

La decisión se conoció pocos minutos después de que los corredores pasaran por la cima de Iseran, el techo de la edición, coronado el alto por el colombiano Egan Bernal, que se había lanzado en un trepidante descenso para no ceder la renta lograda en el puerto. Los organizadores pararon el descenso que se dirigía hacia una pista de patinaje y **decidieron que los tiempos fueran tomados en la cima de Iseran**, aunque no declararon a ninguno vencedor de etapa, **lo que le sirvió al colombiano para vestirse de amarillo**. "No me lo podía creer, no quería parar", aseguró Bernal, que solo recuperó la sonrisa cuando el director de la prueba, Christian Prudhomme, le dijo que sería el nuevo maillot amarillo. El colombiano pidió que se lo dijeran en español, porque aunque vive en un equipo inglés y habla bien ese idioma, sus oídos no podían creer lo que estaban escuchando. **"Van tan concentrados en la victoria que no se dan cuenta de los riesgos, por eso no querían parar y por eso era importante que detuviéramos la carrera cuanto antes"**, afirmó Prudhomme. Cincuenta kilómetros de granizo y dos riadas de barro, describió el director de la prueba, que aseguró que cuando mostraron a los corredores las imágenes de la intemperie, todo el mundo entendió la decisión. **Además de la inundación, dos riadas de barro interrumpieron la calzada**. "Estaba impracticable, cuando los elementos se ponen en tu contra no hay nada que hacer", señaló el director de la prueba. Durante kilómetros, los responsables de la carrera se obstinaron en parar a unos ciclistas que se negaban a frenar en el rápido descenso hacia Tignes. Nunca antes había sucedido algo así. **El Tour ha visto como en el pasado el clima ha obligado a renunciar a parte de sus recorridos, pero nunca durante el transcurso de una etapa por una tempestad**. En la memoria queda la etapa del Mont Ventoux de 2016, cuando a causa del fuerte viento registrado en la meta los organizadores renunciaron a llevar la meta hasta la cumbre. La nieve también ha provocado que en muchas ocasiones se recorten etapas, pero la jornada de hoy quedará en la memoria por las circunstancias en las que tuvo lugar.