El Mont Ventoux y un durísimo ataque de Jonas Vingegaard mostraron las primeras debilidades en el Tour de Tadej Pogacar, quien a pesar de todo consiguió salvar la etapa sin pérdidas de tiempo tras alcanzar al danés del Jumbo-Visma en el rápido descenso hasta la meta de Malaucène.
El esloveno reconoció que el ataque de Vingegaard en la segunda ascensión al Mont Ventoux le hizo "explotar" y perder su rueda, pero aseguró que mantuvo la calma y pudo salvar los muebles.
"No he podido seguirle, ha sido súper fuerte, ha atacado con todo, demasiado para mí, me ha fundido. He tratado de llegar lo antes posible a la cima y descender. Al final, he salvado los muebles, pero ha sido una jornada muy dura", dijo el defensor del título y líder de la general.
El danés logró una renta de medio minuto en la cima, pero en el descenso Pogacar, acompañado del colombiano Rigoberto Urán y del ecuatoriano Richard Carapaz, logró atraparle. "No me ha invadido el pánico, sabía que la cima no estaba muy lejos y que podía recuperar bajando. He mantenido mi cadencia y luego he recuperado la potencia y he podido cazarle", señaló el esloveno, que ahora aventaja en 5´18" a Urán, en 5´32" a Vingegaard y en 5´33" a Carapaz. Ben O´Connor, que era segundo de la general, ha cedido cerca de 4 minutos con el esloveno, y ahora es quinto a casi 6 minutos.
"Al final ha sido un buen día para mi, hacía mucho calor, ha sido muy duro. INEOS buscaba la victoria de etapa u otra cosa y ha endurecido la carrera. Pero he podido controlar la situación", señaló Pogacar, quien sin embargo, hoy ha sufrido como nunca en este Tour tras el potente ataque del ciclista danés.
"Vingegaard ha demostrado de lo que es capaz. Ahora estoy deseando que lleguen los Pirineos para demostrar que estoy en buena forma", avisó el esloveno.
