Fiel al estilo valiente y ofensivo que le ha permitido calar entre los aficionados al ciclismo, Alberto Contador afrontó la primera jornada decisiva de la Vuelta a España 2016: 189 kilómetros con final en los Lagos de Covadonga, donde fue el primero, junto a Nairo Quintana, en atacar y poner patas arriba a la carrera. "Me jugué la carta de subir con Nairo y me ha salido mal. Intentar seguir su ritmo me ha pasado factura. La subida se me ha hecho larga y he perdido muchísimo tiempo", explicaba decepcionado en la línea de meta después de que no pudiera soportar el ritmo del colombiano del Movistar, que con un duro ataque le dejó a falta de tres kilómetros de meta.
El último tramo de la ascensión se le hizo interminable al ciclista madrileño que vio como le rebasaban y le dejaban atrás Chris Froome y Alejandro Valverde, y ya en la misma meta el colombiano Esteban Chaves. Finalmente, cedió 1:05 con el colombiano y 40 segundos con respecto al triple vencedor del Tour de Francia. "El balance es malo porque hemos perdido tiempo. Las diferencias son enormes y se nos pone cuesta arriba la Vuelta. Ahora es momento de recuperar, de seguir trabajando con los fisios y aprovechar el día de descanso de mañana. El miércoles hay una nueva batalla y espero encontrarme mejor para entonces", aseguraba Contador que reconoce que prefiere pensar "en frío" qué planteamiento seguirá a partir de ahora pues "mi objetivo no es hacer una buena carrera, sino luchar por ganar".
Con respecto a la llamativa forma de ascender que ha empleado Froome en Lagos de Covadonga, el líder del Tinkoff ha comentado antes de poner rumbo al autobús que "ya sabemos cómo sube los puertos: él solo mira sus vatios y de ahí no quiere pasarse para no cargarse de ácido láctico. Y al final, es una táctica que le funciona de maravilla".
Mañana, la Vuelta a España vivirá su primer jornada de descanso a la que Alberto Contador llega en quinta plaza y a 2:54 del maillot rojo de Nairo Quintana, pero aún vivo, que era el objetivo que se fijó tras la caída camino de Puebla de Sanabria. Estamos tan solo en el ecuador de la Vuelta y queda mucho terreno por delante: Peña Cabarga, la etapa reina con final en el Aubisque, Formigal, la contrarreloj de Calpe y el decisivo final en Aitana.