Involucrado de lleno en la caída a menos de un kilómetro de la meta de Oviedo, Alejandro Valverde cruzó la meta magullado y con algo de sangre en uno de sus dedos. “Me he caído casi parado", contó. “Ha sido lo típico: mucha velocidad y mucha tensión. Se han tocado y nos hemos ido al suelo", narró el campeón del mundo.
“Se veía venir, la llegada picaba para arriba y podía haber cortes en la general. Por eso había que estar delante". Contó que “me molesta un poco la muñeca pero espero que sea sin consecuencia alguna. Creo que no será nada".
Exceptuando ese final accidentado y con el susto de besar el suelo, Valverde decía que “de la etapa de los Machucos he recuperado bien. Quitando la caída, he salvado la etapa de manera bastante decente".